¡Hola queridos amigos! Dejé pendiente en la entrega de Navidad el descifrar juntos el poema: Yo Soy quién Yo Soy, Yo Soy el camino, Yo Soy la verdad, Yo Soy la vida. Antes de seguir, déjenme recordarles el por qué de su nombre que deviene de la santa relación entre El verdadero nombre de Dios: “Yo Soy”, dado por Él a Moisés y las maneras que Jesús se manifestaba.
Los cuatro primeros versos nos muestran que el camino para llegar a “Ser”, con mayúsculas, es yendo a las profundidades de nuestro pequeño ser y quitar de él las creencias adquiridas durante la vida o heredadas de nuestros ancestros o vidas pasadas, más la eliminación consciente de todo bajo sentir, como el rencor, ira, celos, etc., que hayamos acumulado durante este limitado existir, pues todo aquello que no hayamos perdonado, hayamos sido perdonados o perdonarnos a nosotros mismos, es decir, haber hecho lo necesario para que no nos afecte más, servirá de lastre en nuestro crecimiento no permitiéndonos llegar a la tan mentada iluminación de saber, con el corazón, que Yo Soy.
Luego nos lleva a un análisis lógico de cada una de las premisas de Jesús, así en la que nos dice: Yo Soy el camino, la pregunta lógica es, ¿dónde he de preguntar por Ti que no sea dentro de mí?, para continuar analizando que únicamente mi pequeño ser obnubilado por el ego y sus ilusiones mundanas que le ofrecen un inexistente mañana, puede ser el que no quiera reconocer a Yo Soy, por correr tras ese ilusorio futuro.
Deja de vivir el presente ya que toda felicidad la ubica en ese posible mañana, intelectualizando la felicidad se la pierde al no practicarla en el diario vivir.
Toda esta confusión se debe al desconocimiento del gran secreto de la vida que radica en amarme a mí mismo, pues al hacerlo es a Yo Soy a Quien amo, verdadero nombre de Dios que entregó a Moisés para toda la eternidad.
Siguiendo con la lógica del poema, nos dice que al descubrir que Yo Soy está en mí, nos damos cuenta que es el mismo que está en todos y en todo y ahí entendemos lo que es la unidad, quitando la humana ilusión de estar separados el uno del otro por lo tanto no solamente soy Uno con mi hermano, sino con mi amo y Creador, y cuando dice amo es porque al entender la divinidad de Quién Yo Soy, permito que Él se adueñe de mí por lo que dejo que sea Su voluntad y no la mía la que rija mi vida.
Colabora
Graciela del Carmen Zaimakis de Abraham
Escritora- En Facebook Escuela de Pensamiento