Cada uno de nosotros es una parte del reflejo de la divinidad perfecta en su naturaleza. Cada uno de nosotros manifiesta una cualidad, una nota vibratoria, un color, un sonido, un don y también manifiesta una parte no perfecta, la cual poseemos para ser transformada.
Además cada uno de nosotros se espeja en los otros, en las relaciones. Ninguno de nosotros puede ver su espalda, al igual que no podemos ver nuestra sombra.
Nos espejamos los unos a los otros, tanto en lo bueno como en lo malo.
¿Cómo voy a corregir al otro si me está trayendo una parte de la proyección de mí mismo? Lo que veo que no es perfecto sólo está allí para ser transformado en mí. No en el otro.
Todo es perfecto tal y como es y también en el otro se manifiesta una porción del todo.
Si yo quisiera intervenir por creerlo incorrecto estaría juzgando, estaría creyendo que yo soy mejor, me estaría dando el poder de sentirme perfecto en relación al otro.
Todos formamos parte y cada uno de nosotros es completo y perfecto en su esencia.
Tenemos que volver a conectar con la perfección que está dentro nuestro, lo difícil es no distraerse ni dejarse llevar por la corriente externa, que nos mueve en masa hacia otro objetivo. Ni bueno ni malo, diferente.
Primero me busco e identifico dentro y luego al igual que el arquero apunto con mis dones hacia afuera, sólo para manifestar en mi entorno lo que ya encontré dentro.
Disfrutemos de la diversidad del mundo, de la diversidad en las formas, los colores, las razas, los credos.
Disfrutemos de la diversidad y variedad de la vida porque es justamente en la diversidad en la que podemos ver al todo que se manifiesta de diferentes formas para mostrarnos y demostrarnos que en lo diferente podemos encontrarlo también a Él… justamente está detrás de la multiplicidad de las formas.
Todos somos un sí, pero diferentes. No hay uno igual al otro y además en el reconocimiento y respeto en las diferencias podemos reconocernos en la esencia como iguales.
En vos está la divinidad, en mí también y además está tanto en lo bueno como en lo malo.
Está en todo. Somos la síntesis del Universo manifestada. Somos Divinos, nada más que lo hemos olvidado.
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Patricia Couceiro
Consteladora
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