
En la tarde del jueves, una profesional de esta ciudad sufrió el robo de su billetera, donde guardaba documentación personal y tarjetas. Más allá del disgusto por la pérdida, descubrió que desconocidos consumieron todo el saldo que tenía en su tarjeta de débito. Compraron ropa y cerraron la noche dándose un banquete “gratuito” en un bar de la costanera. La amarga situación fue vivida por Patricia Smit (32), una psicóloga que hizo público el caso a través de Facebook y lo relató a PRIMERA EDICIÓN.
Como todos los jueves, se encontraba en el balneario El Brete junto a otras colegas al frente de un stand de promoción de salud adolescente. Explicó que como sucede habitualmente, salen a recorrer la playa y las inmediaciones a repartir folletos y brindar asesoría sobre el Plan Nacional de Prevención del Embarazo no Intencional en la Adolescencia. Mientras un grupo realiza la recorrida, dejaron sus pertenencias al cuidado de otro integrante. Al ser un lugar donde circula mucha gente, ese fue el momento en el que el o la delincuente aprovechó un descuido para meter la mano en la cartera de Patricia y llevarse su billetera. No había dinero dentro, sólo documentaciones.
Finalizada la actividad, la psicóloga retornó a casa y al día siguiente, cuando intentó usar la tarjeta, se dio cuenta que se la habían robado. “Tenía la tarjeta de débito, tarjetas de crédito, el DNI, el carnet de conducir y el carnet del colegio de psicólogos”, contó.
Fue así que le pidió a su novio que a través del “home banking” pasara el dinero que tenía en su cuenta a la de él, para poder dar de baja el plástico. Grande fue la sorpresa cuando vio que el saldo estaba prácticamente en cero. Hacía unos días había recibido un depósito de seis mil pesos por actividades que realiza como docente. “Con ese saldo se fueron de shopping”, se lamentó Patricia.
En el listado le aparecían todas las compras que hicieron el día anterior. Entonces supo que el autor del robo realizó los gastos en negocios cercanos a El Brete, después compró ropa cerca de La Placita y cerca de la medianoche del viernes gastó lo que quedaba del saldo en un bar del cuarto tramo de la avenida costanera.
“Me imagino que fue una mujer la que se presentó a hacer las compras, porque además de la tarjeta de débito tiene que acompañar el DNI para poder hacer la compra. Asumo que no le miraron la cara, porque eso lo puede comprobar cualquiera. Cuando uno presenta la tarjeta lo único que hacen es chequear que los datos coincidan con el documento. Seguro no prestaron atención acerca de si era o no la persona que aparecía en la foto”, subrayó.
A pesar del mal trago, Patricia instó a los comerciantes “que tengan cuidado con estas cosas, por eso lo hice público a través de la red social y a través de este medio”, remarcó.
También contó que no se quedó de brazos cruzados y se lo hizo saber al dueño del bar. “Dio la casualidad que tengo una persona conocida que es amiga del dueño donde se tomaron ‘el último trago’. Le mandé un audio de WhatsApp para que se fijen bien y tengan cuidado cuando aceptan la tarjeta de una persona que no es la propietaria de la misma”, recalcó.
Resignada, indicó que se comunicó con el banco y le dijeron que con la presentación de la denuncia policial van a hacer el rastreo de la firma que los delincuentes hicieron en cada transacción. Afortunadamente le iban a reconocer esas últimas compras que ella no hizo.
“El problema no es el dinero y si lo recupero o no, sino todos los trámites y gastos que tengo que volver a hacer para sacar los documentos”, sentenció.
Finalmente pidió encarecidamente a quien encuentre los documentos a su nombre que dé aviso a través de un mensaje o un llamado al 0376-154665856.