
Más de 30 mujeres del paraje Campiñas de esta ciudad se reunieron días atrás, cansadas del “abandono” que dicen sufrir por parte de la Municipalidad.
Es que en esta colonia, alejada de la zona urbana de Irigoyen y en la que viven unas 200 familias, no tienen caminos, agua potable ni alumbrado público y hace seis meses que esperan la construcción de un puente para que los niños y niñas puedan ir a la escuela.
La falta de una fuente constante y segura de vital líquido es el principal reclamo, especialmente porque la única escuela secundaria de la zona carece del servicio pese a contar con todas las instalaciones para el uso de la red… una vez que llegue.
El edificio tiene entre 10 y 15 años y nunca tuvo agua potable. Cuenta con una torre que tiene siete y ocho años más o menos y nunca se usó, al igual que los baños, por esa misma carencia.
A la hora de limpiar, el portero debe buscar agua de las viviendas de los pocos vecinos que cuentan con el vital líquido.
Hasta para beber los alumnos deben llevar su propia agua de donde pueden, porque es la escuela no hay.
Según explicaron, en el lugar existe un pozo que se hizo hace tres años más o menos y que podría dar solución a todas estas familias, pero nunca funcionó.

“No queremos más promesas vacías”
Los habitantes de Campiñas consideran que las autoridades municipales se olvidaron de ellos, porque cada tanto se enteran que las máquinas entran a Dos Hermanas y a Bernardo de Irigoyen, entre otros pueblos, a solucionar el problema de los caminos o de la energía eléctrica.
Con múltiples preocupaciones en mente, las mujeres de la zona se reunieron la semana pasada con el diputado provincial Martín Sereno (PAyS) y el comunicador y militante político local Ricardo “Lagrimita” Javier, en busca de soluciones.
“Estamos cansadas y es la primera vez en tantos años que decidimos juntarnos. Nunca hicimos un grupo para pelear por nuestros derechos, pero ahora estamos dispuestas a la lucha y vamos a hacer lo que sea necesario para conseguir soluciones”, remarcó una de las presentes, Estela Leites.
La vocera cuestionó que en tiempo de elecciones, todos los políticos visitan al Paraje a pedir votos con bolsas de mercaderías, chapas y algunas otras cosas, y movidas por la necesidad, las familias se conforman con eso. Pero “no vamos a aceptar más promesas vacías: vamos a movilizarnos, porque no hay otra solución. En marzo empiezan las clases y no sabemos cómo van a asistir los chicos a una escuela sin agua. Desde las 7 hasta las 11 de la mañana están sin baños, es un desastre”, se quejó.
Defender sus derechos
Otra de las madres que participó de la reunión, Alejandra Díaz Doprado, manifestó que en este tiempo ven la necesidad de organizarse para reclamar en forma conjunta por sus derechos, básicamente por el agua, los caminos y el alumbrado público.
“El arreglo de los caminos principalmente, es una gran necesidad porque hay algunos chicos discapacitados, como en mi familia, que tenemos un sobrino que es especial y concurre a la escuela. Pero cuando está feo el tiempo o llueve ya no puede ir, porque no puede entrar el vehículo a buscarlo, y es un problema porque la escuela lo contiene, hace rehabilitación y a veces pasa una semana o más sin poder ir”.
Detalló que una vez, hace cuatro meses, la Municipalidad envió máquinas, “pero lo único que hizo es poner algunas piedras, y eso no es la solución porque cuando llueve, al no haber un relleno, un entoscado, el agua lava todo y se lleva las piedras. El camino es uno de los principales problemas y en Campiñas está muy abandonado. Vemos que en Dos Hermanas, los caminos están más arreglados, hacen cosas; pero en nuestro paraje no pasa nada”, protestó.
Según la mujer, “necesitamos que ponga alumbrados, porque los niños y niñas que van al colegio muy temprano; en el invierno a las seis y media está oscuro todavía, y los padres tenemos que acompañarlos a tomar el colectivo porque es peligroso”.
Además, insistió en que “la escuela no da abasto; los niños tienen que estudiar en el salón porque ya no hay lugar, las aulas están saturadas, y muchos chicos no pueden ir a estudiar a otro lado. No tienen baño, ni agua. Por ahí los grandes pueden aguantar, o ir a otro lado; pero para los niños y niñas es un gran problema”.
“No pedimos mucho, sólo lo necesario. Está fea la cosa, por eso nos juntamos para luchar por los temas que nos preocupan y ver qué se puede cambiar. Estamos cansadas de la falta de administración”, concluyó.
Un pozo abierto
Paola Boschetti también cuestiono la falta de servicios básicos como agua, caminos y alumbrado público. “El año pasado empezaron a arreglar los caminos que llevan a la escuela, porque supuestamente entraría el transporte local para trasladar a los alumnos. Se comprometieron a construir un puente sobre en el arroyo Campiñas; pero lo único que hicieron es un pozo y dejaron todo al aire libre. Abandonaron porque justo fue una época de lluvias; pero pasaron esos meses, no llovió más y nunca más apareció nadie. Quedó el pozo abierto, que cuando empiezan las clases será un peligro para los alumnos que van y vienen a la escuela. Solamente existe un puentecito precario para que crucen los chicos y tenemos miedo. Los días de lluvia se inunda el arroyo, el agua se estanca y los chicos que deben pasar por ese puente, corren el riesgo de resbalarse y caer”, alertó.
Agregó que el año pasado iban a construir el puente para que cruce el colectivo y evitar que los chicos no se arriesguen ni se ensucien cuando hay mucho barro, “pero hasta ahora no hicieron nada. En la entrada está el cartel de obra que indica que en seis meses estaría terminado el puente; en marzo se cumple el plazo, pero no vemos que nadie se esté moviendo, no hay nada. Hace más de cuatro meses que está todo parado, abandonado. Cuando nos quejamos, mandan una máquina y, en vez de arreglar, empeoran los caminos”.
Chicos con discapacidad
Todos los testimonios de las familias son coincidentes en cuanto a las carencias y falta de respuesta de las autoridades. Mariela Ribeiro Antúnez también integra este grupo. Tiene un hijo con discapacidad que necesita que los caminos sean transitables, tanto por el transporte escolar como las ambulancias hasta su casa, porque “mi hijo no puede andar caminando y no lo puedo acarrear”.
“Tengo a mi hijo Lucas con un problema. Él fue operado porque tenía pie bot (defecto de nacimiento en el que el pie se encuentra torcido o invertido hacia dentro y hacia abajo) y no puede caminar mucho porque se le hinchan los pies. Él concurre a una escuela especial y necesita que los transportes se acerquen más a la casa, porque de lo contrario, hay que caminar unos 1.500 metros del acceso para poder abordar el transporte. A él le gusta mucho la escuela, le hace muy bien, pero nuestros caminos, son un desastre y cuando llueve es imposible transitar”.
Ultimátum
Las mujeres reunidas la semana pasada anunciaron que van a esperar hasta el 8 de febrero (el próximo viernes), fecha en la que prometieron arreglar los caminos, y que si no cumplen ese compromiso con ellos, se movilizarán hasta la Comuna el lunes 11. “Algo vamos a tener que hacer, si no nos escuchan, vamos a ir a protestar a la Municipalidad y exigir que el intendente Guillermo Fernández nos atienda. Es desesperante el tema. Acá hay madres que tienen chicos discapacitados y que cuando van a buscar los chicos a la casa, no pueden ingresar por el desastroso estado de los caminos. Queremos pedir al intendente que nos ayude y nos apoye, que camine por esos caminos y vea lo que tenemos que sufrir para trasladar a nuestros hijos y cuando debemos salir para a hacer trámites”, puntualizó Paola Boschetti.