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Ejemplos de fábricas recuperadas hay varios en la provincia. Dos de ellas son la Bolsas Kraft -ex La Arminda Limitada- que está ubicada en Puerto Rico y la otra es Amanecer Limitada, ex MBM, que se sitúa en Colonia Delicia. Tras el quiebre de las respectivas empresas, los trabajadores tomaron la decisión de mantener su fuente de trabajo, por ello, conformaron cooperativas.
Bolsas Kraft trabaja de forma continua y apuesta a los nuevos mercados, en vía de expandir sus ventas hacia Brasil y Paraguay. En la actualidad, son 24 socios los que forman parte de la entidad.
La empresa como tal quebró en 2015, luego de haber estado operativa por 25 años. Esa situación derivó en que 65 empleados queden sin trabajo.
Sin embargo, se negaron a aceptar esa realidad y lucharon para mantener sus puestos. Es así que la idea de conformar una cooperativa, fue tomando forma poco a poco y como dicen sus socios “nació por una necesidad”.
Tras todo el proceso legal, la cooperativa comenzó a funcionar del todo en 2017. Si bien el año pasado fue complicado para muchos, desde la entidad consideran que “tuvieron un golpe de suerte con el almidón, porque salimos beneficiados con un tipo de bolsa que hacemos y que es la que nos salvó en 2018”.
El presidente de Bolsas Kraft, Gabriel Berón y el tesorero, Adam Antúnez, hablaron con PRIMERA EDICIÓN sobre los trabajos concretados el año pasado y los objetivos para 2019.
En este sentido, Berón apuntó que “este año vamos a aprovechar esa suerte y, por eso, vamos a reinvertir en la reparación de las máquinas que nos ayudarán a ser más competitivos en el mercado nacional”. En cuanto al arreglo de los aparatos deslizó que los expertos llegarán desde Brasil y las tarifas son fijadas en dólares.
No obstante, la mejora en las herramientas permitirán la creación de bolsas de medio y un kilo. En la actualidad, Kraft comercializa paquetes de 2 a 70 kilos. Los principales compradores son empresas de Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba y Misiones.
Berón sostuvo que, “como a todos, a nosotros también nos afectó la crisis, pero así y todo logramos tener una curva de crecimiento como grupo y como empresa, posicionado la marca en la región”.
Además, destacó que trabajan en el objetivo de abrir el mercado internacional. “Tratamos de demostrar que las cooperativas de trabajo que están bien gestionadas, organizadas y cuentan con una visión-misión pueden funcionar bien”, subrayó el presidente.
Por su parte, Antúnez deslizó que “con los sueldos tratamos de estar al día y, si es posible, se abonan a fin de mes o los primeros días del siguiente y los socios están todos bancarizados”. Agregó que “nos regimos por el convenio de fabricantes de bolsas de papel”. Expuso que “también se le asiste a los socios con una bolsa de mercaderías”.
Ambos destacaron que, desde 2007 hasta 2019, la comercialización creció en un 50 por ciento. “Tenemos una gran expectativa para este año, estamos viendo de adquirir un vehículo propio de la cooperativa”, contó Berón. Indicó que pretenden participar en ferias y rondas de negocios con la idea que la cooperativa sea conocida.
Más producción de láminas
Tras estar dos años inactiva, el año pasado la Cooperativa de Trabajo Amanecer Limitada -ex MBM- de Mado, volvió al ruedo. Hoy cuenta con 23 socios, de los cuales 19 están activos.
En lo que va de este año, sólo están fabricando láminas secas, ya que es el producto que más salida tiene en el mercado.
Al respecto, el presidente de la entidad, Juan Cardozo, dijo a PRIMERA EDICIÓN que pudieron “recuperar los clientes anteriores pero, por el momento, apuntamos sólo a uno” que es de Misiones.
Hasta diciembre del año pasado fabricaron fenólicos que se comercializaban a varios puntos del país.
Cardozo deslizó que “todo lo que se hizo para poner en marcha de nuevo el lugar, fue a puro pulmón, hicimos un gran esfuerzo para eso”.
Para estar en actividad nuevamente, la cooperativa tuvo que hacerse cargo de una abultada deuda con EMSA. Para ello, acordaron cinco cuotas de 51.000 pesos, las cuales se terminaron de abonar en estos meses. “Se trata de deudas que habían quedado”, comentó Cardozo.
En la actualidad, la cooperativa aguarda un subsidio que ya fue aprobado por el Gobierno provincial. “Con esa plata la idea es comprar materia prima, arreglar máquinas y comprar algunos motores que son necesarios para mejorar el funcionamiento del secadero de láminas”, contó.
El quiebre de la ex MBM se concretó en 2009, en ese entonces, la fábrica contaba con 50 empleados quienes, tras varias protestas incluida la toma del predio durante varias semanas, lograron recuperar el espacio de trabajo. Sin embargo, en 2016 volvió a tener problemas y estuvo a punto de ser rematada. Pero los socios se convencieron que podían seguir operando como lo hacen hasta ahora.