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Una verdadera pesadilla fue la que vivió una mujer de 21 años que aceptó prostituirse tras conocer a un supuesto “tratante” a través de las redes sociales.
Aunque pareciera imposible, el desenlace de la historia fue todavía peor: el sujeto la violó bajo el pretexto de “probar” su desempeño, le tomó fotografías y luego, con esas imágenes, la extorsionó para continuar con los abusos.
El sospechoso, de 36 años, fue detenido ayer en un inquilinato en el que aparentemente llevó a cabo los abusos, en el barrio El Progreso, hacia el sur de Posadas. Las autoridades aseguran que el caso que se descubrió ayer es apenas el primero de una larga lista de víctimas, quienes no se animaron a denunciar al hombre hasta el momento.
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El acusado fue apresado por efectivos de la División Trata de Personas de la Dirección de Investigaciones y Delitos Complejos de la Policía provincial, bajo estrictas órdenes del magistrado Marcelo Cardozo, titular del Juzgado de Instrucción 1. Paradójicamente, cayó en su propia trampa: una policía se hizo pasar por potencial víctima para dejarlo en evidencia.
Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, todo comenzó a gestarse entre enero y febrero pasado, cuando la víctima, una joven estudiante de 21 años oriunda de Gobernador Roca, cayó en la trampa del abusador a través de las redes sociales. Mediante un perfil falso en el que simulaba ser una mujer, entró en contacto con la muchacha y le ofreció una posibilidad laboral.
En base a la denuncia, surge que la víctima habría aceptado formar parte de una presunta red de prostitución. La crisis económica y el sueño del título universitario, los argumentos de la joven para aceptar entregar su cuerpo a cambio de dinero.
Lo cierto es que, una vez que aceptó, el sospechoso -siempre tras el perfil de una “madame”- la citó a un encuentro con quien sería un enfermero universitario de su confianza, quien debía realizarle un examen ginecológico para determinar si se encontraba apta para el trabajo.
La joven aceptó y se presentó en un departamento del barrio El Progreso. Allí la esperaba el enfermero quien, se sabría luego, resultó ser el mismo sospechoso.
El acusado tiró varias indirectas hasta que finalmente fue al grano: le aseguró que la “madame” exigía que él “probara” a las chicas antes de que ingresaran al trabajo. Una vez finalizado el acto sexual, el imputado le exigió tomarle una fotografía desnuda, la que utilizarían luego para ofrecerla a los clientes. Esa imagen, en realidad, era para extorsionarla y exigirle mantener nuevamente relaciones bajo amenazas de viralizar las fotografías.
Consternada y ante esas amenazas es que la joven resolvió presentarse ante la Policía y radicar una denuncia. Enseguida las autoridades comenzaron la labor y llevaron adelante una vigilancia de poco más de un mes, con una agente encubierta que se hizo pasar por potencial víctima.
La nueva cita marcada por el depredador sexual debía realizarse ayer a las 10 sobre avenida Cocomarola y Cabildo, a una cuadra de Quaranta. El hombre efectivamente se presentó allí. También la muchacha nueva. Y junto a ella, medio centenar de policías que lo rodearon y no le dieron lugar a reaccionar.
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El sospechoso quedó inmediatamente detenido y no tardó en arribar al lugar el juez Cardozo, quien ordenó un allanamiento en el departamento donde vivía, emplazado a ocho cuadras, sobre calle Las Rosas al 6.300.
El hombre enfrenta ahora una imputación por “abuso sexual con acceso carnal y coacción”. En las próximas horas será trasladado ante el magistrado para declaración indagatoria. Mientras tanto, las autoridades aguardan por una triste sospecha: creen que bajo ese mismo “modus operandi” el acusado violó a más mujeres.