Siendo apenas un niño posó sus manitos sobre un disco y logró sus primeras mezclas, la adolescencia lo encontró “compitiendo” con mayores. La música lo llevó por su camino durante su juventud y hoy, ya más maduro, Tato Piatti continúa escogiendo las cabinas, los mixer, los vinilos, ya con la experiencia de haber recorrido todo Argentina, gran parte de Latinoamérica y varios países de Europa haciendo lo que comenzó siendo sólo un juego, musicalizando.
Sus tres décadas de historia comenzaron casi como una casualidad, en la Capital del Monte. Su hermano mayor era DJ, trabajaba en uno de los boliches de la ciudad y, por supuesto, tenía algunos equipos en casa, muchos fabricados por él mismo.
“Tenía ocho años y jugaba a mezclar discos de música electrónica, de house y algunos hits que se escuchaban en esa época. A los doce un grupo de chicos, amigos suyos, todos mayores de 18, me invitaron al Oberá Tenis Club a pasar música en una batalla de DJ, de moda en ese entonces. Así arranqué, a mucha gente le llamó la atención ver a un niño mezclando bandejas, entre ellos al dueño de Soucer y la particularidad era que en esa época no estaba prohibida la entrada a menores de 18 en las discotecas, tuve esa suerte, entonces, siempre acompañado por mi hermano, mis padres me dejaban ir a musicalizar”, recordó Piatti a Ko´ ape.

A partir de allí el camino, simplemente, se fue abriendo. “En 1991 Flavio Bogado me trajo a Posadas, a ‘Power’, a poner música primero en los ‘Boy’s’, un año después Daniel Petruf me llevó a Octavio, donde compartí cabina con Nicky Salazar, pasé por todas las discotecas de Posadas, Lola, Barcelona; viajé a Entre Ríos, a una disco llamada ‘Space’, volví a Oberá, inauguré ‘Slice’, también abrí ‘Melmac’, el primer club de música electrónica de la provincia, muy avanzado para la época, pero la gente empezó a entender la onda y años más tarde se ven los frutos porque hoy existen fiestas de ese tipo en la ciudad”, añadió.
Con “Melmac” se abrió la posibilidad de presentar artistas y dj de otras latitudes y tuve la suerte de conocer a Miguel Silver, uno de los pioneros de la música tecno, uno de los primeros que arrancó en Argentina con el género.
La amistad con él y Luis Nieva se tradujo en la posibilidad de hacerse un lugar en la noche de Buenos Aires, donde rápidamente se integró al circuito de los DJ, viajar por el país e, incluso Uruguay.
Trabajar en las disquerías “All Music” y, poco después, “Plasma Record”, “donde todos los dj compraban la música que me encargaba de elegir pensando en el gusto de cada uno me llevó a tener un conocimiento muy grande e, inclusive, despegarme un poco porque el gran sentido del disc jockey es mostrar lo nuevo, aunque muchas veces pasa que sólo se acude a pasar los hits”, sostuvo Piatti.
Y reconoció que durante su carrera se enfrentó siempre a estas situaciones, “porque para mí el dj es sinónimo de vanguardia, de presentar lo nuevo, de hecho así nacieron, en las radios, donde eran musicalizadores o selector, porque seleccionaban la música nueva y la presentaban a la gente, eso con el tiempo se fue perdiendo, sobre todo con los que van a la fácil, poner lo que ya se escucha en todo el mundo, a pesar de que el verdadero sentido no es ese”.
Un antes, un después
“Era muy difícil encontrar la música, así que todo se resumía a buscar información, conocer lugares, contactarse con gente, vía carta inclusive, conseguir alguien que viaje al exterior y traiga alguna revista, llevaba mucho tiempo”, memoró. Internet cambió todos los paradigmas, años más tarde, llegó la música pirata, que golpeó muy duro a la industria del vinilo, y, por supuesto, los programas con los que la manipulación de un disco estaba al alcance de todos.
“Mi música es diferente, está en mí, me pasó en una época en Brasil que tenía que poner lo que no me gustaba y eso me llevó a ir de quince o más veces por año a sólo dos, porque preferí mantener la esencia de lo que siempre hice y lo que me gusta hacer, realmente sigo con esta profesión después de treinta años porque me apasiona, amo lo que hago, por dinero no haría, la música comercial no me interesa”, confesó el DJ y agregó que “vivo lo que predico, por el club de mezcla pasaron más de 150 chicos, varios están tocando y son testigos de esto, de ser diferentes, porque si hacés lo mismo que el resto nunca te vas a destacar, es importante”.
Trabajar en Pachá, una de las discos más importantes de Sudamérica y catalogada entre las mejores cinco del mundo, llevaron al DJ de la tierra colorada a sentir que había llegado a un techo.
“Había ido a Alemania, España, Francia… seguir viajando por Europa era una opción. Pero una discoteca en Tucumán, La Boite, me inspiró. Se convirtió en un punto referente en el país, donde la mayoría de los Dj querían ir a tocar y yo tuve la suerte de inaugurarlo, me llevó a decir por qué no llevar a que Misiones sea un punto referente, entonces el desafío fue volver y transmitir un poco lo que había aprendido, empezar a generar eso y lo logré, hoy está Der Tanz, por donde en dos años pasaron más de 250 artistas no sólo de Argentina, también de países como Suiza, Alemania, España, Grecia, y nos convertimos en uno de los referentes más importantes del interior del país, logré un poco mi cometido”, confió.
Piatti, un apellido con historia
Tato es hijo de José Raúl ‘Tano’ Piatti, uno de los más laureados mecánicos y preparadores del automovilismo. Camino por el que continuaron Cristian, “Alchu” (Alcides) y “Bodo” (Bodo).
“Mi padre, mis hermanos, todos fuimos bastante destacados en diferentes rubros, pero porque somos una familia que siempre va para adelante, nos tomábamos muy en serio, ‘Alchu’ sacó campeón a Matías Rossi, es un número uno en el automovilismo en Argentina y lo vi más en TyC Sport o en otros canales que aquí”, mencionó Tato, quien tanta garra le pone a sus proyectos que en 2018 lanzó un sello discográfico en vinilo cuya particularidad es que son exclusivamente 200 copias.
“Es limitado, lo que hace la piratería cuando sale un tema es que al toque esté en todos lados, al ser tan pocas copias es prácticamente exclusivo, se distribuye en Europa y algunos pocos aquí”, dijo. Además, junto a Martín Cortés se aboca a otra de sus pasiones, la gastronomía. “Trabajamos en un proyecto al que llamamos ‘Nómades’, porque estábamos de lugar en lugar, cuando nos asentemos ‘nómade’ va a ser el menú”, adelantó.
Y, por supuesto, los viajes seguirán en agenda, el año pasado recorrió Londres, Bélgica, Ibiza, Berlín, Barcelona, entre otros países, “y lo voy a seguir haciendo hasta que pierda la pasión, el día que no me apasione dejaré la música”, finalizó Tato Piatti.