En lo que va del mes la automotriz FIAT suspendió a casi 2.000 operarios debido al estancamiento en las ventas. Al cierre de la semana el Ministerio de Producción y Trabajo notificó la apertura formal del concurso preventivo de crisis de la compañía de neumáticos Fate, que emplea a 1.650 personas; y también al filo del fin de semana, afectada por la caída en las ventas, la compañía BGH decidió suspender hasta mediados de abril a todo el personal de la planta de Río Grande.
Apenas tres de los muchos dramas idénticos que se instalaron en el país desde mayo del año pasado, cuando se produjo una corrida cambiaria que fijó nuevos valores para todos los rubros causando una fuerte caída en el consumo que se agudiza todos los días de la mano de la ineficiencia gubernamental. FIAT, Fate y BGH no son sino el resultado de un programa que ajusta el bolsillo de las empresas que producen y promueven el mercado laboral y que, en cambio, agranda al Estado mientras impulsa el déficit cero.
El denso humo que surge de la Casa Rosada y el Ministerio de Hacienda que ellos llaman programa económico está llevando a la industria, al campo y a las pequeñas y medianas empresas a límite insoportables.
De hecho las estadísticas oficiales indican que 2018 habría terminado con más de 200 mil empleos en blanco menos que al inicio. Es otro dato positivo de la realidad… pero real, no como los del Presidente.
A veces lo reconocen, hay que admitirlo, pero al mismo tiempo intentan convencernos de que con decir esas verdades tienen ganado el derecho a ser reelectos. Y como sucede desde que Cambiemos asumió el control, nos prometen que ya hicimos todos los sacrificios necesarios y que de ahora en adelante sólo nos queda crecer.
Tendrán el derecho a ser reelectos cuando en la práctica el programa económico sea de desarrollo y no de achique al privado, cuando no tengamos que leer sobre suspensiones o crisis en FIAT, Fate ni BGH.