Las redes sociales y hasta Whatsapp revolucionaron la forma en la que las parejas se forman, evolucionan, terminan, e incluso marcan situaciones que suelen suceder cuando los enamorados ya no son tal cosa. Y es, al mismo tiempo con el cual Facebook, Twitter e Instagram, entre otras, pueden ser buenas herramientas para estar en contacto con amigos y familiares o para conocer gente nueva, también es cierto que pueden ser traer muchos problemas entre dos personas que han entablado un vínculo amoroso.
En este sentido, es muy habitual escuchar a novios quejarse de haber sido víctima de algunas de las siguientes malas prácticas, que comentamos a continuación porque es necesario estar informado ya que muchas veces la víctima puede resultar emocionalmente lastimada.
Ghosting
En pocas palabras, éste se produce cuando una de las dos personas que integra una pareja desaparece de un día para el otro. Ya no hay llamados, ni chats ni intentos de comunicación. Esto puede suceder después de un par de citas o bien tras una relación establecida. Desde luego, en este segundo caso la experiencia es más dolorosa.
Frente a este fenómeno, los especialistas recomiendan a la víctima resistirse a la tentación de intentar comunicarse con el fantasma, y dar por finalizada la relación aunque eso no haya habido un cierre formal.
Benching
Siempre existieron las personas con más de un plan bajo la manga en cuestiones del amor, pero hoy es más fácil que nunca contar con más de una alternativa por si las cosas con una pareja no marchan como estaban planeadas.
En este contexto aparece el benching, que consiste en tener una relación “sin compromiso”, en donde se coquetea y se crea un vínculo con otra persona pero no para tener sexo, sino para sentirse valioso y deseado.
Las personas que hacen benching suelen chatear con varias personas en simultáneo, con intenciones no del todo claras. Además, muchas veces la relación se mantiene entre los límites del mundo virtual porque ni siquiera se concretan encuentros reales.
Por supuesto, todos los interlocutores creen que son únicos, y esta relación nunca pasa a otro nivel.
Orbiting
Es cuando una persona decide finalizar una relación amorosa, pero luego se dedica a “orbitar” en la vida digital del abandonado, es decir, que aparece en sus redes sociales colocándole “likes” o comentarios, pero no atiende llamados telefónicos ni mensajes.
O sea, su objetivo no es interactuar, sino indicar que aún existen.
Qué hacer frente a estos casos
En primer lugar, al ser consultado por PRIMERA EDICIÓN, el psicólogo Gustavo Farray, que es Psicoterapeuta Sistémico y especialista en familias y parejas, explicó que estas prácticas no son algo novedoso sino que existían antes del surgimiento de las redes sociales, con lo cual estamos ante nombres nuevos de fenómenos viejos.
“Por ejemplo, lo que hoy se llama benching es lo que históricamente conocemos como histeriqueo, y es una conducta habitual de cierto tipo de personalidades narcisistas e histriónicas que por alguna razón valoran más estar en el foco de la atención de los demás que la concreción de las relaciones afectivas. En el caso de las personalidades narcisistas, esto se da porque necesitan esas miradas para reafirmar su autoimagen, mientras que los histriónicos se ven volcados a una búsqueda constante de amor pero temen que su concreción termine en abandono”, detalló.
“De todas estas conductas, por lejos la más habitual es el orbiting”, señaló Fabio Fusaro, counselor y autor de los libros “Mi novia: Manual de instrucciones”, “La Mujer de tus Sueños” y “Mi ex–novia”.
Sobre esta práctica, Farray sostuvo que “se trata de maniobras de control interpersonal que intenta afectar a la ex pareja y su entorno con la intención de no interferir en la aparición de nuevos vínculos, así es como dejan una marca en el territorio para un eventual regreso, aún cuando la persona no tiene intenciones de volver a ese espacio afectivo”.
Los especialistas entrevistados admitieron que todas estas conductas aparecen mencionadas con mucha frecuencia por sus pacientes en la consulta. En relación a esto, Farray indicó que los pacientes no los mencionan con los nombres con los cuales se los reconoce ahora sino apelando a los tradicionales como “decepción, histeriqueo y control interpersonal”.
Algo que observó Fusaro es que los social media ocupan un lugar central en la vida de mucha gente, que incluso basa sus relaciones a través de canales virtuales más que presenciales. “Es alto el porcentaje de parejas que se relacionan más a través de canales digitales que en vivo. E Incluso las conquistas se están dando a través de las redes sociales o de las aplicaciones de citas como Tinder o Happn”, agregó Fusaro.
Al momento de las recomendaciones, los especialistas fueron contundentes: “Hay que poner límites”, sintetizó Farray. Por su parte, Fusaro detalló: “Frente al ghosting, lo mejor que puede hacer la víctima es tomar esa experiencia como una enseñanza ya que una persona que hace eso no puede aportar nada bueno”.
En cuanto al benching, el counselor señaló que ha conocido parejas que han llevado más de un año de noviazgo virtual sin entablar ningún encuentro real. “Incluso tienen escenas de celos y reconciliaciones sin haberse encontrado nunca a tomar un café”.
Dado que muchas personas caen en la trampa del enamoramiento, Fusaro recomendó poner una fecha límite: “Si no nos vemos este sábado, la relación se termina”.
Respecto al orbiting, la sugerencia fue evidente: hay que bloquear al orbitador de las redes porque, caso contrario, el luto puede extenderse hasta cuatro veces.
Frente a tantas prácticas que pueden resultar muy dolorosas, el secreto está, quizás, en abordar los “temas del corazón” desde una perspectiva más vinculada al sentido común.
Por Débora Slotnisky
Periodista especializada
en tecnología – Twitter: @deboraslot