
Yesica Brizuela, una mujer de 30 años que trabaja y estudia, que vive en el barrio Santa Lucía de la capital misionera, denunció que al subir a una unidad del grupo z le debitaron de su SUBE dos veces el pasaje y que realizó el reclamo a los empleados del monopolio. Pero, reveló que se negaron a devolverle el dinero.
La mujer se comunicó con PRIMERA EDICIÓN para dar a conocer su historia y advertir a otros usuarios que no se dejen perjudicar.
El hecho relatado por Brizuela ocurrió el 6 de marzo en la estación de transferencia de la avenida Quaranta. La propia protagonista relató paso a paso lo ocurrido: “Cargué saldo en la tarjeta y me acerqué al molinete para entrar a la terminal, pasó mi tarjeta pero no impactó porque el molinete no me permitió ingresar”, dijo la mujer.
“Acerqué nuevamente la tarjeta y recién ahí se abre el molinete pero me di cuenta que me descontó 40 pesos, que son dos pasajes”, explicó.
Dijo que inmediatamente realizó su queja a los empleados que estaban en el lugar. “Revisaron en la computadora y encontraron que me había debitado dos veces el pasaje. Le dije que me devuelvan la plata pero me dijo que tenía que ir a quejarme a la oficina del Shopping, en el centro”, contó.
Indignada por la situación y la pérdida de tiempo, igualmente se dirigió a esa oficina, abandonando las otras tareas que tenía para ese día. “Dejé mi queja asentada en el Libro de Quejas y me fui al centro. Pedí hablar con el encargado, me atendió un muchacho de barba y me dijo que la empresa no me iba a devolver el dinero porque nunca lo hace”, contó con bronca.
“Me puso un montón de excusas y me dijo que la empresa toma esa situación como si fuera un error del usuario por pasar dos veces la tarjeta pero la verdad es que, cuando pasé la primera vez, el molinete no se abrió por eso tuve que pasar la segunda vez”, explicó. Luego dijo que “ellos tienen toda la información, sabían que me debitaron dos veces, lo tenían asentado en el sistema”. “No sé para que tienen libro de quejas porque no sirve para nada. Ponen excusas y no te devuelven la plata”, se indignó.
Otra ola de quejas se generó en los primeros días de clases, cuando los estudiantes concurrieron a la estación de transferencia de la UNaM para gestionar la tarjeta SUBE. Varios usuarios se comunicaron con este Diario para relatar sus penurias y los perjuicios que sufrieron. Dijeron que nadie los escucha, ni el Gobierno ni la empresa.
La situación fue similar en todos los casos. Ocurrió que, para tramitar la SUBE, los usuarios debían ingresar al edificio de la terminal y la única forma de ingresar era pagando un boleto para que se abra el molinete y permita el ingreso.
Pero hubo usuarios que se fueron en su propio vehículo y no tenían pensado usar el colectivo porque sólo fueron a realizar el trámite, pero igual fueron obligados a pagar un boleto para entrar al edificio.
A pesar de la queja al personal de la empresa, el dinero nunca fue reintegrado, de acuerdo a lo contado por algunos perjudicados. Muchos estudiantes sufrieron la misma situación. Algunos se quejaron pero otros lo padecieron sin reclamo, posiblemente ya acostumbrados al maltrato.
El negocio de la SUBE local
Mientras que en muchos municipios del interior de Misiones y el resto del país se extiende el uso del SUBE Nacional, en Misiones, fundamentalmente Posadas, Garupá y Candelaria, los usuarios siguen siendo rehenes de una empresa que domina el mercado y el negocio sin permitir que el sistema adoptado por el país pueda llegar.
Para colmo, hay muchos beneficios que permite la SUBE nacional que los pasajeros del área metropolitana no pueden recibir porque nadie obliga al monopolio a cambiar el sistema.
Se impuso hace varios años una tarjeta “a la misionera” que nadie controla. A pesar del sistema electrónico, no tienen controlador fiscal de los organismos de recaudación.
Cabe destacar que la SUBE nacional es utilizable en todos los servicios de transporte público de pasajeros (colectivos, subte, tren), de las ciudades y provincias adheridas, como es el caso de la vecina ciudad de Corrientes y en varios municipios misioneros.
Pero no en Posadas porque el poderoso grupo impuso su propia tarjeta. No se permite la llegada del SUBE nacional y, tanto los vecinos como los turistas, se ven obligados a tener que tramitar el SUBE Misionero o bien pagar en efectivo el precio del boleto notablemente más caro. También hay dudas acerca de si los comprobantes que se emiten en los escasos puntos de carga son o no válidos como comprobante fiscal.
Beneficios de la SUBE nacional
Dentro de los beneficios vigentes para la tarjeta SUBE Federal se encuentra la Tarifa Social aplicada con ANSES, y se accede de manera rápida a descuentos especiales en comercios, al pagar peajes, entre otros.
Pueden pedirla los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo y Asignación por Embarazo; Becas Progresar; Hacemos Futuro (Argentina Trabaja y Ellas Hacen); Monotributo social; jubilaciones y pensiones; pensión Universal para el Adulto Mayor; pensiones no contributivas por discapacidad; pensiones no contributivas madre de 7 hijos; pensión Honorífica de Veteranos de Guerra del Atlántico Sur; personal de servicio doméstico. Tienen un 55% de descuento en siete provincias.
En Posadas, Garupá y Candelaria esos descuentos extra no existen. Por el contrario, muchos usuarios se quejan de descuentos dobles.