“Debería haber por lo menos un Juzgado de Violencia de Género en cada circunscripción de la provincia que se ocupe de manera especifica de la problemática”, reflexionó la directora de la Línea 137, la exdiputada Myriam Duarte, durante una charla con PRIMERA EDICIÓN para hacer visible la fecha de vigencia de la Ley de Prevención, Sanción y Erradicación de todas las formas de Violencia hacia la Mujer.
La cuestión facilitaría, de acuerdo a la mirada de Duarte, intervenir rápidamente desde el Poder Judicial; sin embargo, como sólo hay uno en Posadas y las demás localidades misioneras todavía no cuentan con un juzgado de esas características, “lo que promovemos, y también lo ha hecho con insistencia el Poder Judicial, es el trabajo de los Juzgados de Paz”, contó.
“Éstos tienen la potestad de dictar las medidas de manera automática: restricción de acercamiento, exclusión de hogar, alimentos, de manera provisoria, por lo menos por 48 horas hasta que un juez de familia pueda tomar una determinación al respecto”, explicó Duarte, quien desarrolla una capacitación específica dirigida al personal policial de la provincia en lo relativo a la violencia de género.
A continuación, las reflexiones más salientes de la entrevista.
¿Cuáles son las estrategias para abordar la problemática?
A fines de marzo comenzaremos con el ciclo de capacitaciones específicas. Las vamos a hacer con cada Unidad Regional, las comisarías y sus dependencias. Girará en torno a todo lo que tiene que ver con la legislación en materia de prevención y sanción de la violencia de género.
Estamos desarrollando capacitación específica del personal policial, por ejemplo, para que sepa que no hay que esperar una nueva agresión para considerar que un agresor con (restricción) perimetral cometió un delito. El delito ya está cometido cuando se transgrede lo planteado por el juez.
Usted habla de batalla cultural. ¿Cuál es el rol de los medios?
Ese concepto es importante, pero no debe darse sólo en los medios de comunicación sino en muchos operadores del Estado también. Es parte de esta matriz cultural de la que todos somos parte y necesitamos cambiar.
En cuanto a la forma que lo publican los medios de comunicación, en relación a cómo se comunica, hay varios acontecimientos. Algunos tienen que ver con qué es lo que vende, y lo otro es que en realidad una noticia sobre un femicidio no se entiende como una problemática social, sino como una problemática policial. El asesinato de una mujer visto así es como un delito más y no como lo que es: un problema cultural.
¿A qué se debe prestar atención?
Me parece que, en gran medida, a los abordajes. Cuando se publican casos de víctimas, se puntualiza tanto en la vida y en la historia de esa víctima, no se habla jamás del agresor, qué es lo que en la vida de ese agresor lo llevó a ser así.
Digo, sabemos todo lo que pasó con la vida de la víctima y que por eso está muerta; sin embargo, no sabemos nada de la vida del agresor. Allí hay un claro sesgo de género.
Y si vemos el caso de la chica entrerriana que asesinó a su novio, pasó lo mismo pero al revés: como la agresora era una mujer, se supo toda la historia de ella. Fue la foto de ella la que salió en todos los medios de comunicación. De él no se supo prácticamente nada. Ahí está el sesgo. No se trata solamente del hecho de quién es la víctima, sino de la mujer que es quien siempre está visibilizada, expuesta a las críticas sociales -muchas veces infundadas- que hace el público sin criterio…
Hay antecedentes sumamente importantes en el país de colectivos conformados por periodistas mujeres y varones que han establecido un decálogo para el tratamiento de noticias que tienen que ver con violencia de género.
¿Qué proponen para empezar a modificar sustancialmente estas situaciones?
Es muy importante que, además de que se muestren los casos de violencia, también se muestre en los medios que el agresor recibe la sanción por sus actos, y no que esto pueda ocurrir sin que nada pase. De lo contrario, por un lado, atemoriza a las mujeres que no se animan a denunciar más; y, por otro, envalentona a los agresores.
Después del femicidio ocurrido en Aristóbulo del Valle, hubo un recrudecimiento de las situaciones de agresión de hombres que tenían medidas de restricción perimetral, por ejemplo.
No se registraron más femicidios en ese momento, pero sí aumentaron las denuncias que recibimos en la línea 137 con respecto a hombres que tienen restricciones de acercamiento y que no las estaban respetando. Antes de esa situación, el mayor número de llamadas no era para denunciar violencia, sino de mujeres que ya habían denunciado, habían conseguido la restricción y que no se estaba respetando.
Lamentablemente, en la mayoría de los casos de femicidios donde hay denuncia anteriores, hay órdenes de restricción y esas órdenes no se cumplen. Ahí hay que trabajar fuerte.
Fecha de importancia
El 11 de marzo es el Día Nacional de Lucha Contra la Violencia de Género en los Medios de Comunicación. Al referirse a la fecha, Duarte pidió abordarlo con criterios unificados. Destacó el trabajo de redes de contención en la problemática.