
El domingo 17 de marzo el grupo z publicó una solicitada en otro diario local, donde afirmó que “cuando se habla del servicio SUBE la responsable es la empresa Servicios Urbanos SA” dando a entender que no hay ninguna relación empresaria entre las partes.
Es importante aclarar esta situación a los lectores, la opinión pública y los usuarios del transporte público porque, desde el discurso empresarial, se pretende hacer creer que una firma controla a la otra y que son necesarias para un funcionamiento transparente.
Lo cierto es que debería ser así: una debería controlar a la otra, sin vínculos de ningún tipo, ni actuales ni en el pasado, porque ello solamente abonaría más sospechas sobre el millonario negocio que, día a día, se lleva cientos de miles de pesos del bolsillo de los posadeños.
La relación que tienen las empresas es muy importante en el andamiaje millonario. Servicios Urbanos SA es la firma que vende, cobra por la recarga y administra la tarjeta SUBE misionera. A la vez, es la firma que informa al Gobierno, mediante “declaraciones juradas” cuántos boletos vende y cuánto dinero recauda cada día, cada semana y cada mes el transporte z. Con esas declaraciones, el Gobierno provincial, los municipios y las empresas elaboran el cálculo de cuánto debería costar el boleto para que al concesionario le “cierren los números”.
El exsubsecretario de Transportes del clossismo, Hermes Almirón, admitió que el Gobierno no controlaba los ingresos y se guía por las declaraciones.
Es decir, si la empresa declara muchos boletos vendidos, la lógica indica que el valor de cada pasaje debería ser menor. Y si la empresa declara pocos boletos vendidos, el costo debería ser más alto para cubrir los gastos y tener rentabilidad.
Esta tarea tan importante, que tiene impacto diario en el bolsillo de los posadeños, según indicó en su momento Almirón, no tiene ningún otro control del Estado.
Los gobiernos municipales y el provincial aceptan la declaración de la empresa como verdad y en base a esa declaración calculan los costos del boleto.
Lo normal en esta situación sería que las dos empresas no sean “amigas” ni socias ni hayan tenido nunca un vínculo empresarial o familiar. Cualquier hecho parecido le quitaría transparencia.
Sin embargo, PRIMERA EDICIÓN pudo corroborar que la empresa que explota la tarjeta SUBE fue creada con dinero de las firmas z, de acuerdo a una investigación sobre el origen de la conformación societaria.
Gracias a una denuncia hecha en la Legislatura Provincial en el año 2014, se conoció que “en 2007 inscribieron la empresa Servicios Urbanos SA en el Registro Público de Comercio y en el acta constitutiva, que es un acta de Escribano, consta que quienes fundaron la empresa”, son: Don Casimiro, Tipoka y Nuestra Señora del Rosario.
Quiere decir que estas firmas pusieron el capital inicial para crear “Servicios Urbanos SA”, con el objeto de hacerse cargo de la emisión de tarjetas de boleto electrónico y la colocación de las máquinas expendedoras.
No se puede seguir diciéndole a la gente que no hubo relación entre las dos empresas, una de las cuales supuestamente controlaría a la otra.
En la actualidad se desconoce cuál es la relación, si el grupo z sigue integrando o no Servicios Urbanos. Pero los datos marcan que, desde el principio, no hubo transparencia ni control.
La responsabilidad no es sólo de las empresas, ya que el gobierno de Maurice Closs debió explicar quién contrató a esta firma, por qué no se hizo licitación, informar si pagan impuestos. También se debió instaurar un mecanismo de control que no se base únicamente en las declaraciones de las empresas.
El negocio de la SUBE local
Mientras que en muchos municipios del interior de Misiones y el resto del país se extiende el uso del SUBE Nacional, en esta provincia, fundamentalmente Posadas, Garupá y Candelaria; los usuarios siguen siendo rehenes de una empresa que domina el mercado y el negocio, sin permitir que el sistema adoptado por el país pueda llegar.
Para colmo, hay muchos beneficios que permite el SUBE Nacional que los pasajeros del área metropolitana no pueden recibir porque nadie obliga al SITM a cambiar el sistema.
Se impuso hace varios años una tarjeta “a la misionera” que nadie controla. A pesar del sistema electrónico, no tienen controlador fiscal de los organismos de recaudación.
En Posadas, el poder z impuso su propia tarjeta. No se permite la llegada del SUBE Nacional y, tanto los vecinos como los turistas, se ven obligados a tener que tramitar el SUBE Misionero o bien pagar en efectivo el precio del boleto notablemente más caro. También hay dudas acerca de si los comprobantes que se emiten en los escasos puntos de carga son o no válidos como comprobante fiscal.
Beneficios de la SUBE Nacional
Dentro de los beneficios vigentes para la tarjeta SUBE Federal se encuentra la Tarifa Social aplicada con ANSeS, y se accede de manera rápida a descuentos especiales en comercios, al abonar peajes, entre otros.
Pueden pedirla los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo y Asignación por Embarazo; Becas Progresar; Hacemos Futuro (Argentina Trabaja y Ellas Hacen); Monotributo social; jubilaciones y pensiones; pensión Universal para el Adulto Mayor; pensiones no contributivas por discapacidad; pensiones no contributivas madre de 7 hijos; pensión Honorífica de Veteranos de Guerra del Atlántico Sur; personal de servicio doméstico. Todo estos tienen un 55% de descuento en siete provincias.
En las ciudades de Posadas, Garupá y Candelaria estos descuentos extra no existen.
El poder z
Misiones tiene un millón cien mil habitantes según el censo 2010, y casi la mitad de la población vive en las ciudades de Posadas, Garupá y Candelaria, que suman unas 400 mil personas. El único servicio de colectivos urbanos e interurbanos con el que cuenta esta parte de la provincia depende de empresas que aglutinaron las frecuencias y líneas (salvo muy poquitas) en los últimos años.
Desde hace muchos años los usuarios se quejan sin ser escuchados por el Gobierno, por el abusivo sistema de transporte urbano metropolitano que padecen estas tres ciudades con el absoluto silencio de los funcionarios de turno que fueron cediéndole cada vez más poder al grupo z.
Empresa sin control
Almirón hace años atrás, fue citado a la Legislatura y aseguró que “no conocía el origen de la conformación de la empresa que gestiona la SUBE”. Admitió que no tienen forma de controlar la cantidad de boletos que se venden por mes y deben confiar en la información empresarial. Así, justificó los “boletazos” sin tener información veraz.