La canasta de los jubilados ya supera los $30 mil, y sin embargo la jubilación mínima cubre apenas el 30% de lo que necesitan los adultos mayores para tener una vida digna.
Sobre este tema, se expresó Eugenio Semino presidente de la Sociedad Iberoamericana de Gerontología (SIG) y defensor de la tercera edad, quien habló con “El Aire de las Misiones”, que se emite por la 89.3 FM Santa María de las Misiones, y detalló que “los haberes mínimos de un jubilado están en alrededor de los 10 mil pesos y ni hablar de los discapacitados que están en 7.200 pesos“.
“Poder afrontar esto implica sufrimiento, implica que hoy gente mayor tiene que seguir trabajando en condiciones en muchos casos penosas, riesgosas, en trabajos no registrados, en negro, hasta que su salud se lo permita o se extinga su vida“, advirtió Semino.
Y detalló que esta canasta se calcula desde hace una década, “al efecto del sistema político sea abierto o permeable a la situación de seis millones de argentinos, jubilados y pensionados, y casi un millón de discapacitados”.
“Lo que vamos viendo es que la situación se va deteriorando progresivamente, que hay años muy significativos en ese sentido, con mayor perdida del poder adquisitivo del haber jubilatorio y las pensiones, como fue en el 2014 y aún peor el 2018, esos haberes perdieron casi el 20% en relación con lo que fue la aplicación de la ley de movilidad”, manifestó.
Y recordó que “ya el año pasado el 6 de octubre cuando la canasta estaba en 26 mil pesos, habíamos pedido una recomposición del haber de por lo menos de 5.100 peso antes de marzo de este año, precisamente porque no solo daba esta situación que referimos sino que estaba el fondo fiscal para hacerlo, que era el fondo de sustentabilidad y garantía que superaba el millón de pesos”.
Señaló además que “con esta canasta volvimos a reclamar un ajuste integrado a los haberes y lo mismo que le reclamos al Ejecutivo le reclamamos a las fuerzas políticas y sindicales”.
“Lo que estamos hablando no es tema de debate en la política ni siquiera, parece que el adulto mayor, el jubilado, el pensionado, no está registrado como ciudadano y estábamos hablando de más de seis millones de argentinos”, apuntó.
Precisó que a la canasta a la cual se refieren tiene tres grandes rubros: alimentación, vivienda y salud. “Lo que es la alimentación y salud, y también habitad están íntimamente relacionados, los jubilados debieran consumir por diversas patologías crónicas necesitan no solo de medicamentos sino de alimentos hiposódicos e hipocalórico calóricos, por ejemplo, en la hipertensión necesita precisamente de la alimentación, no solo de la droga, son enfermedades que no se curan pero se compensa y se puede lograr una buena calidad de vida”.
Esos alimentos, apuntó Semino, “no están en precios cuidados y son los más caros”. “Un yogur hipocalórico sale más de 50 pesos, ni hablar de cuestiones más directas como una sal de bajo contenido en sodio que sale 150 pesos, y el jubilado va y compra una común de 20 pesos”.
En este contexto, adujo que “los políticos ni se enteran que son parte de la calidad de vida y de la salud” de los jubilados. “La gran mayoría de los jubilados usan dentaduras móviles o llamadas dentaduras postizas, que son tan malas que son más para mirar televisión que para comer, y tiene que llevar una adhesivo para fijarlas y ese adhesivo tiene un gasto de entre 10 y 5 pesos por día”, enfatizó.