El programa internacional de estimulación temprana HIPPY, cuenta con la participación de 405 niños posadeños, de dos a cuatro años, y un equipo de 27 tutores para que los padres enseñen a estudiar a sus hijos, jugando. En el cierre del segundo ciclo, ocurrido la semana pasada, “egresaron” 70 pequeñitos de 4 años y se estima que la inserción y permanencia de estos pequeños, en el sistema educativo formal, tiene el doble de chances de ser satisfactoria.
El trabajo, que en Argentina es implementado por Desarrollo Social de la Nación, AMIA y Fundación Conciencia, se realiza en aquellas zonas capitalinas consideradas “vulnerables”, y que en la mayoría de los casos, según las cifras locales del programa, más de 70% de los participantes jamás había leído un libro de cuentos en la casa.
Al momento del cierre (en la semana 30 de actividades), la mayoría de los participantes ya pueden organizar su propia biblioteca, de entre 8 y 10 libros, “y eso ha sido motivador para que los padres se reúnan y a la vez motiven a sus hijos”, dijo al programa El Aire de las Misiones, que se emite por la 89.3 FM Santa María de las Misiones, la coordinadora general de infancia, Corina Lang.
HIPPY propone que los padres puedan dedicarle 30 minutos por día de lectura y juegos a sus hijos en etapa de primera infancia. En Misiones, el promedio de dedicación de los papás es de casi dos horas diarias.
“Padres y madres se juntan con sus hijos a partir de la instrucción que le dan los tutores sobre los cuadernillos y los libros de cuentos, sin celulares ni TV de por medio, cosa que atrae a los más grandes y se termina impactando positivamente en todo el entorno”, subrayó Lang.
Los tutores que coordinan a los padres están constituidos por profesionales y líderes barriales de nueve barrios capitalinos: Provenir II, Parque Adam, San Jorge, San Lorenzo; Miguel Lanús; Tacuaritas, 1 de Abril y Belén (Itaembé Miní) y en el NENI de la Chacra 101, la única institución educativa donde se lleva adelante.
“Uno se imagina que Aprendiendo en Casa supone siempre que venga alguien de afuera, es decir que sea alguien externo quien enseñe a nuestros niños, y este programa, que nace en la Universidad Hebrea de Jerusalén en el año 1969, es un programa que empodera a los papás, mamás, tíos, abuelos, y a cualquier adulto que está en la casa a cargo de los niños como los primeros educadores de su infancia, para que sean los referentes y los modelos”, prosiguió Lang al explicar sus objetivos.
Lucas Carneiro coordinador HIPPY de Misiones, contó en tanto que, dicho programa, tiene un formato sumamente simple pero que en la actualidad se aplica a 17 países: Nueva Zelanda, Canadá, Australia, Estados Unidos, y en algunos de ellos ya es política pública.
“Es una curricula de 30 semanas para niños de dos a cuatro años. Se crea el papel de la tutora, que en general es una persona del barrio que acerca a las familias la explicación de lo que es, les proporciona el material y los acompaña en el proceso”.
Se espera que éste cumpla un proceso diario de veinticinco minutos, para completar las actividades de estimulación temprana para mejorar su rendimiento cuando ingresen a la escuela. Pero el resultado local es que en realidad se triplica ese tiempo.
Cada instructor tiene a su cargo quince familias y se reúne periódicamente con los padres (cada quince días si tiene niños de dos años y cada semana si tienen tres y cuatro años) para entregarle el material de estudio y practicar la dinámica que se aplicará con los chicos a través del juego de roles.
Éxito y financiamiento
En la coyuntura económica actual, el programa está en una etapa de revisión, por cuestiones de financiamiento, porque tiene un alto costo y una logística para manejar con respecto al material didáctico conformado por 30 cuadernillos, libros de cuentos originales, artículos de librería de primera calidad porque se trabaja con primera infancia.
Esos, según señaló Carneiro, son los motivos por los cuales todavía no se ha extendido al resto de las localidades provinciales.
En ese sentido, los coordinadores esperan que gracias a los exitosos resultados HIPPY siga creciendo. En ese sentido, este año se había autorizado la inclusión de más niños de las provincias participantes y se pasó de 2.000 chicos a 2.400.
“Hemos recibido llamados de las escuelas, quienes querían expresarnos los logros de sus alumnos que fueron parte. Ese es el objetivo fundamental, lograr una inserción exitosa al sistema educativo”, enfatizó Carneiro.
“Sobre todo en la zona de barrio Belén y el Porvenir II e inclusive de la guardería Yacyretá, que es un espacio de primera infancia, las maestras nos están preguntando cuál es la metodología HIPPY porque el desenvolvimiento que logran los chicos que hacen este programa es muy superior a los compañeros”, dijo.
A su turno, Lang destacó: “Esto no compite con ningún sistema educativo formal, en absoluto. Esto es parte de aquella estimulación natural que, por muchos motivos se estaba perdiendo en el seno de las familias actuales, y se lo quiere recuperar”.

“Se llega a nivel de cero deserción”
Según indicó Lang, al Aire de las Misiones, “podemos hablar del éxito absoluto del programa al analizar los logros obtenidos tanto en las cuestiones cualitativas como cuantitativas”.
“En relación a lo cualitativo, nos referimos a los efectos vinculares, en la cantidad de tiempo que pasan los padres con los niños y la adquisición de conocimientos. Obviamente, la base del programa, que es la estimulación temprana de los niños por parte de sus padres incide en el aumento de la autoestima de los adultos como modelo de sus hijos y la profundización del vínculo con los niños. En cuanto a los números más duros, podemos decir que hay prácticamente cero deserción y que los resultados en la escuela primaria de los niños que pasaron por el programa son sorprendentes”.
El promedio de familia es de 4 a 5 integrantes y el niño HIPPY ha contagiado a todo su entorno para que el trabajo de juegos en la familia tenga un momento importante con atención plena y de calidad: sin celular ni televisión.