La plaza de armas de la Reducción Jesuítica de San Ignacio Miní, colmada de gente, volvió a ser testigo silenciosa de una noche que quedará grabada en la retina de los presentes por mucho tiempo.
No faltó nadie a la cita, una verdadera multitud con sillones y mate en mano, caravanas interminables de autos cuyas chapas patentes daban cuenta del origen, Paraguay, Brasil y Argentina acudió para vivir una experiencia única en su tipo.
Pasadas las 21, el escenario, cuyo telón de fondo fue ni más ni menos que el imponente portal jesuítico, se encendió con el ingreso del cuarteto de voces salteñas, y los primeros acordes de “Tómame”.
“Soy como Soy”, “Canto Nochero”, “Boquita de Luna” y un recorrido por su extenso repertorio hicieron cantar y bailar durante más de dos horas a las miles de almas presentes.
Mezclado entre la multitud, estaban el gobernador Hugo Passalacqua; el vicegobernador Oscar Herrera; el presidente de IPS, Carlos Arce, y el intendente de San Ignacio, Esteban Romero, además de Ministros, legisladores muchas otras autoridades del Gobierno Provincial..
“Este evento, que ya está en la agenda de toda la región, es un reflejo de nuestra identidad. La musicalización de los músicos misioneros, la gente que viene en masa con sillones y mate, van formando la huella misionera de la que tan orgullosos estamos”, manifestó el Ministro de Turismo, José María Arrúa.
La magia de la noche culminó algunos después de las 23, pero la gente coincidió en que la noche daba para más. Así fue como bares, restaurantes, carritos y parrillas fueron copados por turistas que continuaron la noche puertas afuera de la Reducción, compartiendo ese momento único que genera el “después del show”, donde la emoción todavía dura, donde los sentimientos están todavía a flor de piel, donde algo te obliga a quedarte porque la magia todavía está en el aire.