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Arduas tareas de investigación se desplegaron desde la siesta del viernes pasado en esta capital, cuando un joven de 27 años solicitó la presencia de efectivos de la comisaría Primera porque habría notado violentados los accesos a la vivienda de su locadora (él reside en el departamento de planta alta) y sospechaba que delincuentes ingresaron con fines de robo.
También llamó a la comerciante y dueña del lugar, que no se encontraba en Posadas y que le había dejado las llaves del inmueble a título o función de cuidador.
Tal como adelantó ayer PRIMERA EDICIÓN, en esta propiedad de la calle General Frías casi Alberdi, en Villa Sarita, supuestos ladrones se alzaron con un cinematográfico botín -superaría los cinco millones de pesos- que, siempre de acuerdo a lo denunciado, consistió en cien mil dólares, además de euros, joyas y relojes importados de la damnificada, dedicada al rubro de venta de elementos de decoración en pleno microcentro posadeño.
El caso, que se mantiene con extremo hermetismo y cuidado, comenzó a ser investigado pasado el mediodía del viernes, cuando el abogado e inquilino llamó al 911 y, de inmediato, arribaron los primeros efectivos policiales de la seccional Primera (que está a cien metros del lugar) y de la Unidad Regional I.
Consternado, el joven aseguró que había señales de un intento de robo, ya que el portón principal presentaba daños similares a los de haber sido violentado para ingresar. Situación similar habría notado en la puerta de madera que posee una estructura de metal con múltiples pestañas que se accionan al cerrarse, lo que definen como una de las denominadas puertas “blindadas” contra el accionar de las personas dedicadas a los robos domiciliarios.
También se comunicó con la comerciante, a quien él alquila el departamento superior a la casa damnificada.
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Pocas horas después, cuando arribó la mujer, alertó que el robo era millonario y contemplaba no sólo sus ahorros en dólares (y un monto no precisado en euros), también valiosas joyas y relojes importados.
Con la misma celeridad, se solicitó la participación de efectivos de la Dirección Investigaciones en Delitos Complejos de la Policía provincial para establecer los movimientos, principalmente recoger indicios y testimonios que puedan determinar el horario del presunto robo y la identificación de sospechosos.
Fuentes consultadas por este Diario adelantaron que la vivienda no posee sistema de video seguridad, por lo que se intentaba registrar los puntos más próximos de hogares o edificios con cámaras.
La franja de tiempo que los investigadores deben analizar no es menor a las diez horas, ya que el abogado, en el rol de cuidador de la vivienda de su vecina, señaló que a las 2 del viernes había salido de su departamento sin percibir nada extraño y que cerca de las 14 regresó y vio la primera irregularidad.
La labor, de costumbre denominada “de laboratorio”, corresponderá a las muestras de huellas dactilares tomadas por peritos de la Policía Científica en varios puntos y habitaciones de la casa, principalmente los picaportes y marcos de las puertas.