
“Nunca me ocurrió algo así, jamás imaginé no poder dormir por miedo a que me roben, hasta con un cuchillo me acosté por temor a que intenten volver”. La comerciante posadeña Marta Graef (66) todavía se manifiesta agobiada por el evento de inseguridad que le tocó afrontar el viernes pasado cuando la alertaron de que en su hogar de Villa Sarita habían ingresado a robar.
La víctima solicitó dialogar con PRIMERA EDICIÓN, medio que informó el domingo en exclusiva del robo denunciado como millonario en la vivienda de la calle General Frías casi Alberdi, en uno de los tradicionales barrios de esta capital y a dos cuadras de la comisaría Primera.
El miedo no se va, ya sospecho de todo y de todos, porque esto fue hecho con la llave de la puerta de mi casa, es un acceso con múltiples cerraduras, imposible de forzar”, resaltó.
Para la propietaria de un local de decoración de viviendas del microcentro, las sospechas apuntan en todos los sentidos: “No sé ya en quién pensar, esto fue planificado, sabían que no iba a estar y contaban con la facilidad para entrar a mi casa, revolver todo y llevarse una caja fuerte que debieron desempotrar y que contenía dólares y euros, pero no recuerdo con precisión cuánto dinero, creo que por el estado de shock habré dicho que eran 100 mil dólares, pero aseguro que no es así, que no eran más de tres mil dólares y 800 o mil euros, además de relojes, joyas y todos los perfumes”.
Siempre en base a la denuncia y a las fuentes consultadas, el hecho se investiga desde el viernes a las 14, cuando uno de los inquilinos, que habita un departamento construido sobre la casa de la damnificada alertó a la seccional Primera de que la puerta principal del inmueble estaba abierta y el portón del garage forzado.
El mismo joven, de 27 años y abogado, de inmediato le envió mensajes de texto a la locadora, que se encontraba en Eldorado disfrutando del feriado largo religioso.
La víctima regresó raudamente a Posadas y sufrió la conmoción de ver sus pertenencias revueltas y que le faltaban elementos de mucho valor.
Hasta el momento, son múltiples las hipótesis que se tejen en torno a lo que habría sucedido. Los investigadores no descartan ninguna sospecha y coinciden con la afirmación de la dueña de la casa de Villa Sarita: la cerradura no fue rota o forzada y sólo con la llave se podía abrir esa puerta.
Se intenta establecer si una copia de la misma fue realizada pocos días u horas antes del robo. Mientras tanto, hay tres cámaras de seguridad próximas pero que no toman el acceso principal a la vivienda de Graef.