
Juana nació en San Carlos (Corrientes), allá por 1914, pero desde muy joven y junto a Pedro Salazar, que años más tarde sería su esposo, llegaron para trabajar en un chacra en cercanías del río Paraná, en lo que fuera la primera capital del Territorio Nacional de Misiones.
Esta jovial mujer tuvo 11 hijos: 4 varones (dos ya fallecidos) y 7 mujeres (una ya fallecida), que a su vez le dieron 40 nietos, 88 bisnietos y 12 tataranietos.
Recuerdos de antaño
En contacto telefónico con PRIMERA EDICIÓN, Juana relató que “llegamos con Pedro muy jóvenes a Corpus a trabajar en la chacra de sus padres. No había nada y nosotros teníamos sólo lo puesto”.
“De a poco fuimos trabajando la tierra, haciendo nuestra casita y años más tarde aparecieron los hijos”, añadió.
La abuela, que aún hoy está muy lúcida, recordó que “mi marido trabajaba cortando leña y en la tarefa, con eso nos manteníamos. Además, en nuestra chacra teníamos animales y se plantaba maíz, mandioca, batata y todo tipo de verduras. Yo siempre le ayudaba en el campo y también me ocupaba de los chicos y las tareas del hogar”.
Hoy Juana vive un poco más cerca del pueblo, en el Lote 38 y ante la atenta mirada de algunos de sus hijos que optaron por quedarse en Corpus y seguir los pasos de sus padres trabajando la tierra.
Hace pocos días, sus hijos, nietos, tataranietos y vecinos le dieron una sorpresa y le festejaron sus juveniles 105 años en su propia casa y con torta incluida.
Tras ese inolvidable festejo, Juana comentó: “Tengo la suerte de que mis hijos aún hoy me cuidan y disfruto con los nietos, bisnietos y tataranietos”.
“Fue un cumpleaños muy lindo porque hubo mucha gente. Agradezco a todos los que vinieron. Cumplir 105 años es una bendición de Dios”, resaltó entre risas.