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La noche del jueves 12 y madrugada del viernes 13 de julio de 2012 para Jorge Aizcorbe, propietario de una farmacia de la avenida López Torres frente a uno de los ingresos al hospital Ramón Madariaga, son imborrables, constituyen un episodio dramático de los denominados “volvió a nacer”,luego que fuera privado de su libertad, robado y de milagro no murió baleado.
Uno de los detenidos por esta secuencia delictiva, Claudio Aníbal Ramos (33) admitió su culpa y en juicio abreviado firmó conforme la propuesta del fiscal Martín Rau de doce años de prisión efectiva por los delitos de “homicidio en grado de tentativa, robo calificado por el uso de arma de fuego, privación ilegítima de la libertad y portación ilegal de arma de fuego, todo en concurso real”.
El acuerdo de suspensión de juicio abreviado resta ser homologado por los jueces del Tribunal Penal 1, Eduardo D’Orsaneo, Martín Errecaborde y Ángel Dejesús Cardozo.
De acuerdo a lo que se reconstruyó en el expediente elevado a juicio por el juez de Instrucción 2, hoy camarista del Tribunal Penal 2, César Antonio Yaya, a las 23.55 del jueves mencionado, el farmacéutico Jorge Fabián Aizcorbe fue interceptado en la playa del estacionamiento del hospital Madariaga por Ramos y un cómplice, que aseguraron ser investigadores policiales primero y luego, ante la duda y resistencia de la víctima, lo esposaron e introdujeron por la fuerza a la parte trasera de un Citroën C3 negro con vidrios polarizados.
Ramos lo condujo y el restante se subió al Fiat Palio de Aizcorbe y se retiraron rápidamente del Parque de la Salud, rumbo al barrio San Jorge. Sobre la avenida Cocomarola, frente a una empresa del transporte urbano de colectivos, fue estacionado el Palio y entre ambos captores llevaron a la víctima en el C3 hasta el kilómetro 1.371 de la ruta nacional 12, jurisdicción de Santa Ana.
Allí lo obligaron a descender y de espaldas lo empujaron a la profundidad de una barranca y le efectuaron dos disparos. A partir de este instante, la fortuna comenzó a jugar del lado de Aizcorbe, porque ninguno de los balazos de un revólver calibre 22 le impactó. Uno de los delincuentes bajó y constató que habían fallado. Le ordenó que se quedara quieto, lo volteó y quitó las esposas, la billetera con 400 pesos, tarjetas de crédito y documentos.
Más que fortuna
Pero el destino guardaba una carta más a favor de Aizcorbe, ya que el captor volvió a gatillar su revólver y la bala le impactó en la parte posterior de la cabeza, por encima de la nuca, pero el proyectil no rompió el hueso occipital. El farmacéutico permaneció inmóvil, dolorido y aterrorizado, mientras que sus atacantes huyeron. Cuando pudo ponerse de pie subió a la ruta y una patrulla de Gendarmería lo auxilió, llevó nuevamente al Madariaga y se inició el rastrillaje para atrapar a los agresores.
El procedimiento fue múltiple, con efectivos policiales de la Dirección de Investigaciones de Jefatura de Policía y de las unidades regional I y X, quienes a las 7.30 en el barrio San Jorge ubicaron el Citroën C3, sobre la avenida Cocomarola, entre calles Lapacho y Pindó, y atraparon a Ramos que transitaba acompañado de su pareja de 18 años y un niño de 3. En la maniobra por escapar de los pesquisas chocó un patrullero y se rindió.
Dentro del automóvil hallaron dos revólveres calibres 22 y 32, proyectiles, un puñal, 2.500 pesos, esposas, chips de teléfonos celulares y documentos del Fiat Palio de Aizcorbe.
A pocos metros, el juez Yaya ordenó el allanamiento a la vivienda de Ramos, allí el caudal de indicios aumentó: se encontraron una escopeta 16, un revólver y un rifle calibre 22 y una pistola de aire comprimido, junto con varios elementos y herramientas de sospechosa procedencia.
El operativo permitió seis detenciones más en otros barrios de Posadas, entre estos sospechosos, el cómplice de Ramos.
Encuadre legal
Claudio Aníbal Ramos firmó una condena a doce años de prisión por las imputaciones previstas en los artículos del Código Penal Argentino: 166 “si el robo se cometiere con armas, o en despoblado y en banda”, 189 “la portación de armas de fuego de uso civil, sin la debida autorización legal, será reprimida con prisión de un año a cuatro”, 141 “será reprimido con prisión o reclusión de seis meses a tres años; el que ilegalmente privare a otro de su libertad personal”, 79 “se aplicará reclusión o prisión de ocho a veinticinco años, al que matare a otro…” en función del 42 “el que con el fin de cometer un delito comienza su ejecución, pero no lo consuma por circunstancias ajenas a su voluntad”, todos en función del 55 “cuando concurrieren varios hechos independientes reprimidos con una misma especie de pena, la pena aplicable al reo tendrá como mínimo, el mínimo mayor y como máximo, la suma de las penas máximas correspondientes a los diversos hechos”.