La indetenible alza de precios golpea a los argentinos desde todos los sectores. Además de los productos de primera necesidad, relevados por el INDEC con los índices de la “canasta básica”, en los últimos meses los consumidores se vieron afectados por fuertes incrementos en las cuentas que deben abonar dentro de la “canasta tecnológica”, conformada por los abonos de televisión por cable, internet y telefonía móvil.
En Posadas, luego de los últimos aumentos y dentro de una complicada época donde las familias tratan de ingeniarse para recortar sus gastos y hacerle frente a una inflación que parece no detener su marcha, un hogar compuesto por una familia tipo, dos adultos y dos menores, debe desembolsar cerca de 5.000 pesos mensuales para acceder a estos servicios, según la velocidad y el combo de servicios contratado.
En marzo de este año los servicios de televisión por cable HD alcanzaron el valor de $1.440, mientras que la banda ancha con 12 megas y wifi cuesta $1.490. En una gran parte de los casos se debe sumar la contratación de algún pack especial, variando el paquete Premium para las transmisiones de fútbol en $450 y los canales exclusivos de películas (HBO y Fox) en HD en $246. Sin embargo, la combinación de los servicios también deriva en una promoción combo con descuentos que rondan el 25%. De esa manera, para acceder al cable y wifi el usuario debe pagar entre $2.500 a $2.647 por mes.
A esto se debe adicionar el gasto fijo de telefonía móvil, otros $2.240 por las cuatro personas, teniendo en cuenta que el valor actual para un plan básico de control, con 1 Giga de internet, arranca desde los $560 por cada línea celular.
Cabe mencionar que el servicio de Televisión HD por cable que actualmente tiene un valor de $1.440, en marzo del 2018 costaba $1.044, mientras que en el mismo mes del 2017 el importe era de $865. Así, en dos años casi duplicó su precio. Lo mismo ocurrió con el servicio de banda ancha y wifi por 12 megas que en marzo de 2017 costaba $886, para el mismo mes del año pasado ascendió a $1.036 y actualmente cuesta $1.490.
En tanto que la suba en la telefonía celular se observa en la comparación con el año pasado. El mismo paquete básico que actualmente tiene un valor de $560, en agosto del 2018 costaba $350.
Al mismo tiempo, pese a encarecer sus tarifas, las empresas suman cada vez más críticas de los usuarios por la mala calidad de los servicios otorgados. Según confirmaron desde Defensa del Consumidor provincial a este Diario, el rubro Comunicaciones es uno de los que más reclamos cosechan, sobre todo por problemas de navegación de internet y variación de las tarifas sin previo aviso.
Los principales reclamos de los clientes se basan en la falta de compensación por los “constantes cortes del servicio”, siendo que también la mayoría de las empresas cobran hasta un mes más a quienes optan por dar de baja un contrato.
Otro ícono muy cuestionado es la labor de los call centers. Reiteradamente los clientes que se comunican para efectuar algún reclamo se encuentran con el obstáculo de ser atendidos por la automatización durante un extenso lapso de tiempo.
Cuando al fin logran comunicarse con un operador las quejas por caída del servicio o lentitud en la navegación, las más frecuentes, topan con un simple “registro del caso”, por supuestos problemas momentáneos de señal o antenas, sin obtener la solución inmediata. Por otro lado, todos los usuarios reciben llamados a toda hora con ofertas de paquetes, descuentos y promociones que no siempre se cumplen luego que el usuario haya aceptado un cambio en la modalidad pactada desembolsando más dinero.
Otra situación, que puede catalogarse como “insólita”, es que los nuevos clientes que ingresan al circuito, y también los que exigen ser dados de baja, reciben importantes ofertas a modo de combo y rebajas sorprendentes, mientras que los habituales usuarios, los que tienen un tiempo largo de antigüedad y no emiten quejas, continúan pagando casi el doble de la cifra mensual por los mismos servicios.
Descenso de la demanda
El consumo de la televisión por cable viene en franco descenso ya que cada vez son más las personas que prescinden de este servicio. En el país se repite la tendencia mundial que incluye a los denominados millennials y cord cutting, es decir, aquellos que cancelan sus suscripciones a la TV de cable para migrar a servicios como Netflix u otras prestaciones similares a través de internet.
Según la consultora BBBusiness Bureau, en Argentina todavía existe una penetración del 78% de la TV paga, contra un 51% de servicios de conectividad de internet. Es decir que los abonados al cable son alrededor de 11 millones de personas, mientras que los que utilizan la red son más de 7 millones.
Complicación con la luz
A los altos importes que se determinan dentro de la “canasta tecnológica” se suman las reiteradas subas sobre el consumo de energía eléctrica que golpean con intensidad, principalmente, a los bolsillos de los desocupados, asalariados y comerciantes.
Con el comienzo del cuarto año del Gobierno de Cambiemos y, gracias a su decisión de eliminar los subsidios, la luz subió más de 2.500%, es decir, más de 25 veces. Por ejemplo: si una familia pagaba 150 pesos en agosto de 2015, teniendo el mismo consumo su boleta en marzo de este año superó los 3.000 pesos. Mientras que el promedio de los salarios, en los últimos cuatro años, apenas sobrepasó el 100%.