Mientras en el Gabinete nacional pensaron en “respirar” con los cambios de intervención del Banco Central de la República Argentina (BCRA), con el fin de contener la cotización del dólar, a los pocos días vieron que ni esa decisión posibilitará atesorar e incrementar las reservas disponibles para seguir cumpliendo los pagos con los acreedores y frenando al mercado financiero.
Con muchas críticas por la decisión, desde hace unos días, el BCRA ya no difunde la cantidad de millones de dólares con los que interviene en el mercado cambiario. Pero, entre los economistas, todo se sabe. Por eso trascendió que en los últimos siete días hábiles, se habrían utilizado U$S 5 mil millones, en tiempos donde la moneda norteamericana estuvo “contenida”, sino la demanda hubiera sido mayor, como el año pasado cuando en un solo día se necesitaron U$S4 mil millones y se terminó acudiendo al FMI. Pero ya no hay margen de pedir más préstamos al organismo.
La gran duda sigue siendo qué “poder de fuego” le quedará al Central si el dólar se dispara. Y más aún, con qué pagará los vencimientos de la deuda que comienzan a operar el año que viene, con la cada vez más escasa disponibilidad actual.
Por más cosecha récord que se tiene, una balanza comercial un poco menos inclinada, un achique del déficit como el que se aplicó el año pasado, la economía argentina no repunta, no hay inversiones que permitan planificar la forma en que Argentina afrontará los pagos a los tenedores de la deuda.
Por eso, en tiempos de campaña, Cambiemos insiste tanto en firmar un consenso declamativo que, dicen, es para dar una señal a los mercados cuando, en realidad, en la vereda política de enfrente, el consenso está en que el país tiene hoy dos caminos posibles: el default o una renegociación de pagos. Y ya no importa quién gane. El que llegue al sillón de Rivadavia tendrá los mismos graves problemas con las finanzas.
No son pocos los hombres de negocios, los bancos internacionales y funcionarios de países que consideran que Argentina está virtualmente en default. Recientemente en los Estados Unidos, representantes de una famosa consultora de nuestro país, afín al Gobierno nacional, terminó admitiendo de manera lapidaria que Argentina seguirá en recesión incluso todo el 2020, cuando apenas transcurrió un cuatrimestre de 2019.
Ayer, el diario Perfil reveló que “La posibilidad de salir a recomprar deuda en forma directa con dólares del Tesoro fue desechada por el secretario de Finanzas, Santiago Bausilli, quien alega que “no hay recursos para eso, y se prioriza la caja para fines fiscales”. Ese fue el mensaje que transmitió el funcionario en distintos encuentros con bancos y fondos de inversión, que en estas semanas mantiene febriles reuniones aquí y en el exterior.
Con un riesgo país otra vez al borde de los 1.000 puntos básicos (cerró en 926 el viernes), hay funcionarios del propio Mauricio Macri que intentan convencerlo de la necesidad de salir a renegociar la deuda. Por ahora, dicen, no hubo una orden en ese sentido salvo la recompra “selectiva” como la que realizó ANSES días pasados con los bonos de corto plazo AO20 y AY24.
Algunas cifras
Inversión, consumo, gasto, salarios, actividad y demás indicadores muestran la mayor depresión económica sin signos de una leve recuperación.
La semana comenzó con un dato del INDEC que lo muestra claramente: la actividad económica bajó 4,8% en febrero, en relación con igual mes del año pasado debido a la caída de la industria, el comercio y la construcción. Sobre este último sector, mañana se darán los indicadores de coyuntura de la actividad a marzo de 2019. El primer bimestre del año cerró con una contracción del 5,3%.
Si de bolsillos de los trabajadores se trata, el Índice de Salarios aumentó durante febrero 2,7% y acumuló un alza de 5,8% en el primer bimestre, pero sigue por debajo de la inflación minorista (3,8% y 6,8% respectivamente) que suma un efecto negativo sobre la pérdida de poder adquisitivo de 2018, por las paritarias que no le ganaron a los precios.
El próximo 15 de mayo, el INDEC dará la inflación oficial de abril. Sin embargo, ya se estima que estará por encima del 4% (entre 4,2% y 4,5%).
El relevamiento de economistas que realiza mes a mes el Banco Central, elevó su estimación de inflación en el informe conocido el viernes. Los analistas del mercado esperan una inflación del 40% para este año. “Los especialistas estiman que la inflación de abril habría sido de 4% mensual, completando un cuatrimestre con una inflación promedio de 3,8% mensual”, se señaló y aclaró que quienes participaron de la encuesta “subieron sus pronósticos mensuales para el período entre abril y septiembre”. Otra vez los mercados no le creyeron a Macri cuando habló de un “pico” en marzo y una disminución de los índices en adelante.
Consensos selectivos
El ala política del Gobierno nacional salió a “reclutar” apoyos opositores a un decálogo de acuerdos. En plena crisis sin rumbo, Cambiemos necesita mostrar fortaleza en el Presidente. Y convenció a algunos pero, a los principales referentes que podrían competirle al oficialismo en octubre, todavía no.
Un dato no puede pasar desapercibido: hasta el momento la alianza en el poder no logró una sola gobernación en la agenda electoral. Y no se espera que ni Córdoba, ni La Pampa (que votan en mayo) sean una excepción. Más allá de las gobernaciones, como consecuencia de las derrotas, en el Congreso tampoco suben las bancas macristas para un eventual segundo mandato.
Las señales, por más que el FMI le haga guiños, impactan de lleno en el poder presidencial. Al punto que el presidente de la UCR y mandatario de Mendoza, Alfredo Cornejo, salió a admitir públicamente que “Es evidente que el Gobierno solo, con el presidente Macri a la cabeza no lo puede hacer”, en referencia a evitar el retorno de “el pasado”.
Volviendo al consenso, Cambiemos consiguió el visto bueno del salteño Juan Manuel Urtubey que difícilmente sea el candidato presidencial de Alternativa Federal (donde confluyen los gobernadores no kirchneristas). Y, por ahora, también el senador Miguel Pichetto a quien se le reconoce un gran poder de armado y negociación en ese sector.
Sin embargo, el precandidato presidencial Sergio Massa le dijo al Gobierno: “Todos los dirigentes queremos que la Argentina cumpla con sus obligaciones, pero los acuerdos no se construyen por WhatsApp, no se construyen a través de filtraciones de prensa, sino que se construyen con seriedad y responsabilidad, con equipos y números en la mano”.
Roberto Lavagna, por su parte, respondió por Twitter a la invitación: “En los 10 puntos que se publicaron ni se menciona el crecimiento de la economía. Podemos saber entonces que no funcionarán. Como venimos advirtiendo desde 2016”.
La posición fue apoyada por el GEN de Margarita Stolbizer: “Frente a la grave situación de la pobreza, de la infancia y del trabajo, no parece razonable priorizar un acuerdo sobre equilibrio fiscal, exportaciones, independencia del Banco Central, flexibilización laboral, sistema estadístico y pago de la deuda externa, sin perjuicio de la importancia de incluir el sistema previsional y las economías provinciales”.
Por ahora, el consenso no logra el objetivo.
Críticas desde Misiones
El pasado miércoles, el gobernador Hugo Passalacqua dio su último mensaje en ese cargo a los diputados misioneros. Más allá del repaso de gestión, lanzó críticas a la Nación por los recortes de fondos a las provincias en diferentes rubros.
Resaltó “la cancelación histórica” de la deuda provincial, que se realizó mediante un bono del Estado Nacional a cobrar a 11 años que recibió la provincia mediante el “consenso fiscal”. “Utilizamos la acreencia de ese bono para aplicarlo al pago por compensación con una deuda histórica, contraída en los ‘90”, dijo. La compensación fue por $3.049.494.871 y de esta manera la Deuda Pública de Misiones se ha visto reducida en 40%.
“En los ‘90, esa deuda representaba más de 200% de nuestro presupuesto anual, cuando hoy no supera el 8%”, explicó. Por otra parte, resaltó que el informe de Moody´s (calificadora internacional) menciona que Misiones alcanzó superávit corriente, es una economía diversificada con baja tasa de desempleo (2,7%) y no incurrió en endeudamiento.
Todo lo referido a cuidar el bolsillo y el trabajo de los misioneros fue muy destacado en el discurso. Los programas “Ahora”, las 1500 viviendas que se construirán con el Macro, los 700 créditos entregados para generar más de mil puestos de empleo, las cinco mil familias que viven de las ferias francas, el impulso a las PyME, fueron parte de la lista.
En lo político, hubo un fuerte respaldo al candidato oficialista a sucederlo, Oscar Herrera Ahuad, tanto dentro como fuera del recinto. “La anticipación y la visión estratégica le permiten a Misiones tener un gobierno consolidado con fuerte apoyo popular, a diferencia de la crisis que atraviesa Cambiemos derivaba de los conflictos internos de sus principales socios, los radicales”, dijo un funcionario a la salida de la Legislatura ante los militantes.