Es difícil y, se podría decir hasta injusto, identificar a Patricio Leonel Farías (12) con Buenos Aires. Al pibe que ilusiona a todo Bernardo de Irigoyen sólo lo une con territorio bonaerense la partida de nacimiento. Después de eso, todo lo conduce a la tierra colorada, donde dio sus primeros pasos detrás de una pelota.
Hasta el viernes último por la noche, Patricio era un pibe más luchando por el sueño de llegar a Primera. Y si bien esa pelea sigue, ya dio un paso más que importante: con apenas 12 años, firmó contrato con Huracán de Parque Patricios, club con el que comenzará a entrenar desde mañana.
“Fue una sorpresa, mi sueño es llegar a jugar en Primera”, le dijo ayer a EL DEPORTIVO el propio juvenil, aún sin caer en la secuencia que le cambió la vida para siempre en apenas horas.
Para entender un poco su historia, nada mejor que hablar con mamá Carina, tan emocionada como sorprendida por el contrato de su hijo con el Globo. “Él nació acá en Parque Patricios, pero toda su infancia la vivió en Bernardo de Irigoyen, de donde somos oriundos yo y mi esposo”, arranca la mujer, que tampoco cae aún en la emotiva realidad.
Patricio arrancó con la pelota en la tierra roja. Ese amor nació en la Escuelita Oriental de Fútbol, en Irigoyen, a cargo del profesor Sosa. “Teníamos una chance de que se vaya a probar a Chapecoense, en Brasil, pero por cuestiones de papeles y como su padre siempre trabajó en Buenos Aires, no pudimos”, recordó Carina, sobre aquella frustración.
Sin embargo, el juvenil siguió jugando. Y la situación económica y laboral lo llevó al desarraigo: años atrás debió cambiar el terruño por el barrio de Nueva Pompeya, en Buenos Aires. “Ahí empezó a entrenar en una escuelita, fue el primer alumno y él mismo se encargó de ir llevando a sus amigos a entrenar ahí”, recordó Carina.
Aquello no fue del todo bueno. Es que tanto jugar en piso duro, de cemento, le generó a Patricio un espolón en uno de los pies. Tuvo que parar algunas semanas y zafó milagrosamente del quirófano. Y hace pocas semanas, el sueño comenzó a hacerse realidad.
“Como paró por ese problema, empezamos a buscar que vuelva al fútbol de nuevo. Entonces nos contactamos con un vecino, que tiene conocidos en Huracán. Estuvo una semana a prueba y el viernes finalmente lo llamaron. No sabíamos para qué era, y entonces nos sorprendimos con el contrato”, sintetizó la madre del pequeño, quien juega de defensor.
Mejor escucharlo en primera persona. Patricio cuenta que, tras la prueba, los entrenadores se vieron sorprendidos. “Me dijeron que vaya a entrenar pero no para el equipo de la liga local, si no para el de AFA”, relata el propio player, quien comenzará con la aventura mañana, desde las 15.30, en La Quemita, el predio de Huracán.
Más allá de lo que dice el documento, Patricio no tiene dudas. “Me siento misionero, tengo todos mis amigos allá, en Irigoyen tengo más amigos que acá, extraño mucho la frontera”, se confiesa ante EL DEPORTIVO, a las puertas de un nuevo desafío. Un desafío de Primera.