
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, defendió este martes al astrólogo Olavo de Carvalho en la polémica pública y plagada de insultos que el considerado “gurú” de la ultraderecha brasileña mantiene con generales retirados que forman parte del gabinete.
La polémica que obligó a Bolsonaro a pedir a su equipo “tirar para el mismo lado” se originó con ataques que Carvalho lanzó por Twitter contra el ministro de Gobierno, general retirado Carlos Santos Cruz, a quien califico de “bosta” y de “traidor” al presidente.
La disputa interna entre el ala de Olavo de Carvalho -de la cual forman parte los tres hijos del presidente, el diputado Eduardo, el senador Flavio y Carlos Bolsonaro, concejal de Río de Janeiro, enfrenta a los “ideológicos de la ultraderecha” con el sector militar, que aparece como la más moderada del gobierno.
Este martes Bolsonaro publicó por Twitter un mensaje en defensa de Olavo de Carvalho en su disputa con el ministro Santos Cruz, y pidió “dar vuelta la página” de las luchas intestinas que ponen en aprietos la negociación política para aprobar la reforma previsional, principal objetivo económico del Ejecutivo.
“Sigo admirando a Olavo”, escribió el jefe del Estado, que calificó al astrólólogo radicado en Estados Unidos como un “ícono” y uno de los pocos que lo acompañó en toda su carrera política.
Bolsonaro elogia al escritor Carvalho y dice que sin su colaboración “el Partido de los Trabajadores hubiera regresado al poder”.
Hace una semana, el presidente le concedió por decreto a sus hijos y a Carvalho la Orden del Barón de Río Branco, máxima condecoración de las relaciones exteriores brasileñas.
Pocos días antes, Carvalho había llamado “traidor” al vicepresidente brasileño, Hamilton Mourao, otro general retirado. Bolsonaro, un ex capitán que abandonó el Ejército en 1988, conoce desde hace tres décadas al ministro Santos Cruz, su interlocutor con el Congreso.
Cruz fue calificado por redes sociales como una “traba” a los cambios sociales propuestos por Bolsonaro de parte de Carvalho.
El lunes, el ex jefe del Ejército Eduardo Villas Boas, asesor de la Presidencia, tildó a Carvalho de “Trotsky de derechas” por intentar dividir al gobierno.
“No comprende Carvalho que reemplazando una ideología por otra no contribuye para la elaboración de una base de pensamiento que promueva la solución a los problemas brasileños“, escribió Vilas Boas, que anda en silla de ruedas por una enfermedad degenerativa.
Carvalho, festejado por gran parte del bolsonarismo no militar, le respondió este martes por la madrugada en su cuenta de Twitter aludiendo a las limitaciones físicas de Vilas Boas: “su culo no para de cagar el día entero”.
Carvalho es el responsable, públicamente reconocido por Bolsonaro, de la designación de los ministros de Educación, Abraham Weintraub, del de Relaciones Extriores, Ernesto Araújo, del de Derechos Humanos, Mujer y Familia, la pastora evangelista Damares Alves.
La disputa entre militares y el ala de extrema derecha del gobierno desembocó el lunes por la noche en cambios repentinos en segundas líneas del gabinete. El ala militar se quedó con la conducción de la estratégica Agencia Brasileña de Promoción de Exportaciones (APEX), con la designación del contraalmirante Sergio Segovia Barbosa, quien expulsó a directores alineados con Olavo de Carvalho.
En el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), fue expulsado el director de Encuestas Claudio Crespo, un funcionario de carrera responsable de la preparación del Censo 2020, quien se había opuesto a la reducción presupuestaria para ese trabajo demográfico dispuesta por el ministro de Economía, Paulo Guedes.
Fuente. Agencia de Noticias Télam