
Viviana González (68) tuvo que presentar en al menos tres ocasiones un certificado médico porque su salud le impedía presentarse a declarar ante la Justicia.
Finalmente el lunes pasado y tras pasar unos días junto a su hijo en Oberá se sintió fuerte y acudió a los estrados judiciales.
La mujer se hizo conocida por una noticia trágica y que golpeó a gran parte de la sociedad misionera. Ella junto a un familiar fueron quienes filmaron con un teléfono celular al sospechoso de asesinar a Antonella Rocío Bernhardt (27), el jueves 4 de abril último, en el departamento de la calle Comandante Miño, en la chacra 179, zona de la Bahía El Brete de esta capital.
“Desde que pasó lo que pasó me quede sin inquilinos, se fueron yendo”, dice casi resignada y aclara que “no me afecta tanto, lo que importa es que el caso no quede impune. Voy a aprovechar para pintar el lugar”. En su complejo de departamentos residía la víctima. Allí la encontraron muerta y de un puntazo en el cuello.
“Sólo queda un muchacho alquilando y fue sincero conmigo. Me dijo que no se va a ir porque yo no tengo la culpa. Tampoco tienen la culpa quienes dejaron de alquilarme, sé muy bien lo afectados que quedaron. Sobre todo la chica que vivía al lado, quien emocionalmente no quedó bien”, manifestó.
En su diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Viviana agregó que “el lunes fue la primera vez en toda mi vida que tuve que ir a un Juzgado, antes no pude, estoy enferma de angustia y tuve que ir a lo de mi hijo para recuperarme”.
“Conté todo lo que viví aquella jornada pasado el mediodía, con detalles, de cómo me avisó una vecina, una estudiante igual que Antonella, y como junto a un familiar fuimos y logramos filmar al hombre (por el sospechoso). Él no quería que estuviéramos allí filmando, mintió cínicamente adelante nuestro y se fue, y por suerte logramos registrar todo en video y dárselo a la Justicia”.
Ante el juez
La testigo clave en el conmocionante caso resumió su testimonio el lunes pasado. “Cuando llego al piso donde alquilaba Antonella, luego de que me avisaran que se escuchaban gritos y quejidos, todo ya estaba en silencio. Desde adentro del departamento no se escuchaba, nada. Claro que nadie sabía que ya estaba muerta. Cuando él se dio cuenta de que le filmábamos (por el sospechoso y único detenido en la causa), no quería retirarse, ‘que me vaya’ me decía… ‘no puede venir me dijo porque está desnuda’, entonces le contesté que ‘yo no me iba a retirar hasta hablar con Antonella, que se tape y venga’”.
“Entonces él decía algo así como ‘carajo abrime la puerta, acá la señora quiere hablar con vos, boluda no puedo abrir, abrime vos’ haciendo que le hablaba a ella. Con una ironía increíble. Luego y viendo que yo no estaba por retirarme me volvió a insistir con que me vaya. ‘Antonella se va a pegar un baño y baja para hablar con usted, tuvimos una pelea nomás’. Allí colmó mi paciencia. ‘La voy a esperar acá, llamala’, le contesté, que se tape si está desnuda. Y me decía que ‘no, porque ella tenía vergüenza de salir’. Luego y esto se ve en el video, le pedí que me entregue las llaves y él se retiró rápidamente bajando las escaleras”, recordó.
Vale recordar que tras producirse esta escena que se viralizó en las redes, Viviana y su inquilina hallaron muerta a la joven Antonella.
“Pude hablar con los padres”
“La verdad no me importa que esté enferma de angustia y con problemas en el sistema nervioso, todo lo que me pasa, quiero aportar a la Justicia para que esto no quede impune como tantos otros casos. Pude hablar con los padres de Antonella cuando vinieron a buscar sus cosas y me agradecieron por mi aporte” afirmó la mujer.
“Además de la declaración ante la Justicia llevé el teléfono celular que utilizamos para filmar ese día a la sede de la SAIC (Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas) para que quede constancia”, puntualizó.
La causa avanza y se aguardan algunas pericias
Fernando Verón, el juez (de Instrucción 3 de Posadas) que sigue la causa por el crimen de Antonella Bernhardt, ya tiene en sus manos la mayoría de los resultados de las pericias, aunque restan conocerse algunos análisis informáticos para agregar al expediente, como ser la totalidad del contenido de los mensajes entre el único sospechoso detenido y la víctima.
De esta manera se podrá o no corroborar si existía una relación sentimental entre ambos involucrados. No obstante y pese a que el detenido, de 29 años, intentó resetear, formatear y desaparecer el chip del teléfono celular de la joven, en esos pocos momentos en los que estuvo prófugo, los peritos de la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas (SAIC) recuperaron casi la totalidad de los datos que almacenaba el móvil.
También se debe establecer si entre los archivos de video y fotos existen registros de una relación sexual previa que, según el sospechoso, la joven habría grabado para extorsionarlo o de lo contrario se lo haría llegar a su esposa, como se publicó en su momento.
La coartada de Vargas, expresada en su indagatoria, intentaría que la imputación por “femicidio” no avance hacia su confirmación ni se le dicte prisión preventiva por tal delito, que prevé una condena a perpetua.
Para el joven, fue un accidente derivado de una discusión, forcejeo y golpes, que culminó con la joven con un cuchillo en la garganta y su deceso por shock hipovolémico y que decidió escapar por las recriminaciones de las vecinas. Su teléfono también es peritado.