Gracias a esta iniciativa se evitaron los caminos de plástico que solían quedar como testimonio del maratón -que obviamente sumaban más de 40.000 botellas, si pensamos en que cada maratonista usa más de una-.
La idea de generar productos sin necesidad de envases -parte de la tendencia zero waste, o “cero desperdicio”- toma cada vez más fuerza, y es una de las ideas que más podrían generar transformaciones a corto plazo. Otras tendencias han optado por algo aún más original y apegado a la naturaleza, haciendo 100% comestible el producto en cuestión, como las botellas de agua comestibles y biodegradables de la marca Ooho,
hechas de alga marina.
No cabe duda de que este cambio de paradigma debería implementarse en todos los maratones y eventos deportivos del mundo, en los cuales se utilizan miles de botellas de plástico. En ese sentido, las bebidas isotónicas tendrán que ir pensando también en un cambio de paradigma.
Pero por ahora ya es de celebrarse que se evite el uso de agua embotellada, que además contiene microplásticos dañinos para el organismo, y eso sin contar el hecho de que para fabricar cada botella de 1 litro se usan por lo menos 1,3 litros. Paradójico, ¿no?
Fuente: Medios Digitales