Mario Ríos (19) la pisa, con el taco pega la media vuelta y encara a un rival. Lo pasa como si fuera un cono y escapa por la línea. Mete el pie a pie y saca el latigazo. El arquero rival se estira y con la punta de los dedos alcanza a sacarla al córner. Primero de varios intentos. El segundo es casi calcado: el 9 la recibe en mitad de cancha, vuelve a enarbolar la bandera del fútbol exquisito, del balompié champagne. Y otra vez el guardavallas rival le dice que no.
Muy equivocado está el que cree que el fútbol para ciegos no tiene emociones. Ayer, la pasión y la magia de Los Magos Misioneros derribó cualquier mito, en lo que fue el debut del equipo en su segunda presentación en la Liga Nacional de Fútbol para Ciegos.
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Una de las canchas de hockey del CePARD se vistió de gala para recibir a los equipos que conforman la zona nordeste, que tiene seis equipos. Sólo los dos primeros avanzarán a la fase final, donde podrían medirse con Boca, River o Estudiantes de La Plata.
“Esto para nosotros es un sueño”, le dice Mario Ríos, el de la gambeta fácil, a EL DEPORTIVO. Paradójicamente, aunque no ve, con su fútbol llena los ojos de quienes tienen la dicha de contar con la vista.
“Comencé a perder la vista a los 5 años, justamente jugando al fútbol. Tenía oftalmía. La mala suerte, el destino, hizo que tuviera un accidente. A los 7 perdí la vista por completo”, cuenta Mario pero, pese a lo que muchos pensarían, sin perder la sonrisa. “Empecé una nueva vida y estoy feliz porque aprendí mucas cosas en este estado que siento que no habría entendido hasta hoy si no fuera así”, confiesa el crack, al que no le hace falta verla para tenerla atada.
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La calidad del player misionero lo llevó a concentrar primero con la Selección Argentina sub-21, luego con la sub-23 y, finalmente, jugar un torneo internacional con Los Murciélagos, la selección mayor, que trascendió con aquel legendario jugador, Silvio Velo.
Ríos bien se parece a Velo. Tiene una calidad que cuesta creer. Es verlo jugar… y reventar. Recién entonces, al ver a Los Magos en acción, se entiende el por qué del nombre del equipo. Nada más acertado. Lo que hacen no puede ser otra cosa más que magia.
Mario vuelve a encarar a la defensa de Libertad (Chaco) y otra vez prueba al arco. Saca un bombazo foribundo y preciso, en buena parte, gracias al llamador, el integrante del equipo que se para detrás del arco rival y guía al atacante con la voz para que sepa dónde está el arco. La audición lo es todo en el mundo donde reina la oscuridad. El arquero chaqueño, que ve pero sólo puede moverse un metro de su arco, vuelve a sacarla afuera. Ríos se lamenta.
La pregunta se impondrá luego al jugador clave. ¿Qué piensa Mario cuando le dicen que es un ejemplo? Es que después de perder la vista, el mundo no se derrumba ni mucho menos. Los Magos muestran que hay vida más allá de los obstáculos. “No sé qué decir, lo agradezco, pero me causa gracia, ¿yo ejemplo de vida? no, no, no….”, se ríe el artillero, con la humildad propia del que la lucha sin esperar nada cambio. Por último, EL DEPORTIVO le pide un mensaje: “A la gente, que sea feliz, con lo poco o lo mucho que tenga, que sea feliz”. Emociona.
Y encara otra vez Ríos hacia el arco de los chaqueños, por enésima vez en la fría mañana de sábado. Una buena cantidad de público se acercó hasta las afueras de Posadas para ver la magia. Muchos, quizás, curiosos que vieron desde lejos a esos futbolistas con los ojos vendados. Todo el mundo está por sorprenderse. Del cascabel de la pelota -que permite a los jugadores ubicarla- sale música al ritmo del pie a pie del misionero. Nadie puede frenarlo. Y entonces, mete un torpedo que va a morir al ángulo izquierdo del arquero, que ni con la ventaja que le dan sus ojos puede evitar el gol y la explosión del grito contenido en las gargantas de Los Magos. La magia de Mario y de sus compañeros está en los pies, pero nace en otro lado. Nace en el alma.
“El fútbol llegó a mi vida para salvarme”
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Todos los integrantes de Los Magos tienen detrás una historia de dolor, sufrimiento y superación. Entre ellos, emerge la experiencia de Nelson Branford (37), ideólogo del equipo y exjugador de Mitre, quien perdió la visión por completo a los 30 años y quien divagó por diferentes mundos, hasta que el fútbol llegó para salvarle la vida.
Hasta los 14 años, Nelson jugaba en el club Bartolomé Mitre y hasta contaba con chances de jugar en Rosario Central y Newell’s. Sin embargo, a raíz de una enfermedad, su vista comenzó a oscurecerse y, lo reconoce, primero el mundo se le vino abajo.
“Hasta los 14 jugaba en Mitre, pero a los 15 comencé a sufrir desprendimiento de retina en el ojo derecho. Y a los 21, empecé con lo mismo en el ojo izquierdo. Me operé y todo, pero finalmente a los 30 quedé completamente ciego”, le cuenta Branford a EL DEPORTIVO en la previa de la jornada de sábado. Como el resto de sus compañeros, no pierde la sonrisa y tampoco pide evitar hablar de aquello. Esa experiencia de vida es la que los hizo tales.
El 10 de Los Magos reconoce que fue un momento decisivo. Y que hasta pensó en lo peor. “No fue fácil, tuve que empezar de cero. A los 21 tomaba y hasta probé drogas, pero todo cambió cuando conocí a Dios”, confiesa Nelson, a quien la religión le cambió la vida para siempre.
“Le agradezco a Dios, porque llegó a mi vida, puso el fútbol en mi corazón y me hizo crecer, desarrollarme, soñar con este grupo que hoy esta compitiendo en las grandes ligas de fútbol para ciegos”, cuenta Nelson, quien desde hace varios años soñaba con la posibilidad de conformar un equipo y participar en la Liga Nacional, hasta que se hizo realidad.
“Este sueño viene desde hace casi nueve años. Yo cuando tenía 28 pude jugar en Los Murciélagos, pero luego dejé por otras cuestiones. Y ahí me crucé con Seba Bogarín -otro de los jugadores- y Mario. Después apareció Sergio Villalba, que está desde el principio. Hoy podemos decir que somos un equipo de fútbol, pero por sobre todo, un equipo humano”, se emociona Branford.
Los Magos busca este año avanzar por primera vez a la fase final. El año pasado se les escapó por poco y el team quiere revancha. “El año pasado nos aceleramos, pero ahora vamos paso a paso, como dijo Mostaza Merlo”, bromea Nelson, quien no deja de agradecer a todos los que apoyan al equipo.
El pionero de Los Magos no quiere dejar pasar la entrevista para agradecer también a su esposa, Paola, ya sus hijos, David, Elías, Ariana, Juan y Ale. Es que en la familia está el secreto para seguir adelante más allá de todo.
Sobre el final, la pregunta nuevamente se impone. Y Branford es claro para responder. “Todos tenemos problemas, pero lo que le puedo decir a la gente es que hay que perseverar y no quedarse encerrado. Detrás del problema siempre viene la solución. Muchas veces tenemos que pasar algunas cosas para realmente valorar lo que es la vida, lo que Dios nos regaló, para disfrutar del aire, de caminar, de ser libres”, responde. Toda una lección de vida de Nelson, quien para cerrar, reitera: “Dios puso el fútbol en mi vida para que hoy esté vivo”.
Un arranque con toda la furia
La zona nordeste de la Liga Nacional de Fútbol para Ciegos comenzó ayer con un doble triunfo y puntaje ideal para Los Magos Misioneros, que por la mañana derrotaron por 2-0 a Libertad de Chaco con un doblete de Mario Ríos.
Ya por la tarde, el equipo conducido por Julio Altamirano repitió la victoria, aunque fue mucho más abultada. El conjunto misionero no tuvo piedad de Luceros (Formosa) y lo goleó por 8-1. Mario Ríos volvió a demostrar toda su categoría con seis tantos, mientras que los otros dos fueron convertidos por Sebastián Bogarín, quien también forma parte de la selección sub-23 argentina.
También líder de la zona NEA junto a Los Magos está Los Búhos (Santa Fe), que también ganaron dos veces ayer en el CePARD, por la mañana por 3-0 a Luceros y por la tarde, por 4-0 a la Asociación de Ciegos de Corrientes (ACiCo).
En el turno mañana se jugó un quinto partido, el que protagonizaron los correntinos ante la Asociación Chaqueña de Deportistas Ciegos (AChaDeC) y que terminó igualado por 1-1.
La Liga Nacional de Fútbol para Ciegos ya tiene confirmada la próxima fecha para la región NEA, que se llevará a cabo el sábado 30 de junio en Santa Fe. Ese día, desde las 10.45, Los Magos tendrá un partido clave frente a Los Búhos, que actuarán como locales, mientras que a las 14.45 los embajadores de la tierra colorada se verán las caras ante los chaqueños. ¡Qué viva el fútbol!.
Un torneo que ya cuenta con 24 equipos
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La Liga Nacional de Fútbol para Ciegos, el viejo anhelo de Los Magos Misioneros que ahora es una realidad, sigue en crecimiento y ya cuenta con 24 equipos de todo el país, entre los que se cuentan los dos más grandes del país, Boca Juniors y River Plate.
Además de la zona nordeste, donde manda Los Magos tras el doble triunfo de ayer, hay otras tres zonas, todas de seis equipos. Los tres mejores de cada zona -ahora son tres, el año pasado eran dos- al final de la fase regular avanzan a la definición por el título nacional. El año pasado Los Magos terminó tercero. Casi casi.
En la zona Noroeste actualmente lidera en solitario Guerreros de Córdoba, el campeón vigente de la disciplina, seguido por Popeye (Salta), Guerreros B (Córdoba), Fans Tiro (Salta), la Universidad de Tucumán y Leones (La Banda, Santiago del Estero).
En tanto, en la zona Sur A aparecen River Plate (Buenos Aires), FP Cañuelas (Buenos Aires), Centro Vasco de La Plata (Buenos Aires), Huracán de Parque Patricios (Buenos Aires), Cideli (Mar del Plata) y Cuervos (La Pampa).
Finalmente, en la zona Sur B, por el momento es puntero Rosell de San Isidro (Buenos Aires), seguido por Estudiantes de La Plata, Fénix (Rosario-Santa Fe), Boca Juniors (Buenos Aires) y Asociación de Trabajadores del Estado ATE (Buenos Aires).
A diferencia de años anteriores, esta vez el reglamento indica que los tres primeros de cada zona avanzarán a la Copa de Oro, mientras que los otros tres disputarán la Copa de Plata, las fases finales que abarcarán a todo el país.