Ambientalistas ven con preocupación la reactivación de un proyecto brasileño para la construcción de una carretera dentro del Parque Nacional do Iguaçu (Brasil), ya que aseguran que esta iniciativa atenta contra los avances logrados en materia de conservación de la selva paranaense.
Días atrás se conoció que la comisión de Transporte de la Cámara de Diputados de la República Federativa del Brasil aprobó por unanimidad un proyecto para la reapertura de la denominada “Estrada do Colono” (Carretera del Colono) que une a los municipios brasileños Serranópolis do Iguaçu y Capanema, ambos en el vecino estado de Paraná. El próximo paso del proyecto es pasar por la comisión de Medio Ambiente.
Anteriormente, ya se había tratado en el ámbito legislativo de ese país un proyecto similar que finalmente quedó archivado en el Senado.
La iniciativa busca la creación de un camino que permita la conexión entre el Oeste y el Sudoeste de Paraná, de forma que el recorrido al Sur del país hasta Foz do Iguaçu sería mucho más corto.
Comercio vs. ambiente
Los impulsores de la propuesta aducen que el comercio de la triple frontera tendría un mayor movimiento y que la generación de empleos sería una consecuencia natural.
Sin embargo, ambientalistas argentinos advirtieron que la iniciativa tendrá un impacto negativo en la conservación de los grandes felinos como el yaguareté.
“Este camino afecta la continuidad de los corredores protegidos que garantizan la sobrevivencia de especies protegidas como el puma y otros mamíferos”, explicó el guardaparques Leonardo Rangel, integrante del grupo ambientalista Defensores de la Selva.
En este sentido, señaló que “los animales no saben de fronteras políticas, sino de ecosistemas”.
“Las conexiones regionales de selva paranaense han sido fundamentales para la sobrevivencia de la fauna nativa. Es lamentable que se den pasos atrás a esta altura de la vida, cuando deberíamos estar pensando en cómo fortalecer las áreas protegidas existentes”.
“El año pasado, el intendente del Parque do Iguaçu (Ivan Carlos Baptiston) me manifestó personalmente que desde el país vecino estaban interesados en colaborar con proyectos de conservación en la península de Andresito, ya que era de interés que se garantice la protección del ecosistema en este sector de la gotera colindante al Parque”, recordó.
Y sostuvo que “nuestros científicos que están trabajando en la conservación del yaguareté en la selva deberán elevar un informe vía Cancillería fundamentando la importancia que tiene la integridad del vecino Parque para la sostenibilidad de esta especie. Esto como forma de apoyo para la lucha que se avecina”, apuntó.
En consonancia, el presidente de la Fundación Amigos de los Parques, José “Cacho” Barrios, señaló que “Estrada do Colono” es una iniciativa impulsada por los diputados oficialistas del presidente brasileño Jair Bolsonaro, quienes enviaron una nota a Brasilia pidiendo que se haga la ruta.
“Esa discusión ya se cerró hace más de diez años, antes había una balsa, que después se hundió, y ahora el Ejército intenta nuevamente abrir ese camino. Estamos todos en alerta, tanto nosotros en Iguazú como la gente de Foz”, expresó Barrios.
Anticipó que solicitarán a las autoridades brasileñas que se revea la medida y que se hagan los estudios de impacto ambiental correspondientes, porque “esa ruta causará un gran perjuicio al Parque Iguazú”. “Es una decisión política del gobierno de turno en Brasil”, reiteró.
Retroceso
A todo esto, el presidente de la Red Yaguareté, Nicolás Lodeiro Ocampo, explicó que “desde hace años se está intentando abrir ese camino que atraviese el Parque Nacional do Iguaçu” y que hacerlo “implicaría retroceder 50 años en materia de conservación y cuidado del medio ambiente”, advirtió.
“Si bien es cierto que se acortará mucha distancia, lo cierto es que, desde el punto de vista ambiental, sería un retroceso enorme”, insistió.
Expresó que esto “tendrá un impacto sobre todo en la conservación del yaguareté, además de que atenta contra las políticas exitosas que se vienen realizando desde hace más de 15 años en toda esta región de la selva paranaense que compartimos con Brasil en el Norte de Misiones, donde las poblaciones de yaguareté vienen recuperándose y aumentando”, apuntó.
Es que esa ruta no sólo generará la posibilidad de atropellamientos de fauna, sino que también “facilitará el ingreso de cazadores”.
“Tenemos impactos directos y concretos sobre la fauna mayor, en particular sobre el yaguareté, por los posibles atropellamientos y por el ingreso de cazadores furtivos, quienes ya hoy representan en esa zona un nivel de peligro bastante alto”, señaló.
En este sentido, Lodeiro Ocampo consideró que “sin dudas el camino fomentará el comercio”, pero aclaró que el Parque Iguaçu “es el último parque nacional que le queda al estado de Paraná”.
“La mayor parte de las selva paranaense queda en la provincia de Misiones y en Brasil sólo en el Parque Iguaçu y en el Parque Estadual do Turbo. Hay un montón de actividades económicas que pueden generar beneficios, pero que no son sustentables a largo plazo, mientras que el impacto al Parque se tornará irreversible”, asestó.