La Asociación Civil Yarará en Acción es una entidad capitalina que trabaja en toda Misiones y la región, en pos de la concientización y la protección de los animales y del medio ambiente.
Este grupo, constituido hace unos dos años con alrededor de 50 colaboradores, lleva adelante innumerables acciones ambientalistas como rescate de animales silvestres, primeros auxilios, liberación de éstos cuando se dan las condiciones, entregas al Ministerio de Ecología de la Provincia, charlas, exposiciones sobre la fauna local y su protección y reuniones de distinta índole para generar conciencia ambiental y conocimiento sobre los animales de la región y el ecosistema que nos rodea.
El experimentado especialista, taxidermista y herpetólogo Amado Martínez es el alma máter y presidente de “Yarará en Acción”. Su curiosidad y amor por la flora y la fauna lo llevaron a involucrarse aún más y tener en su propia casa, ubicada a pocas cuadras del centro posadeño, una especie de museo, clínica y hogar para animales accidentados y lesionados, y otros que ya se transformaron en parte de la familia.
PRIMERA EDICIÓN fue hasta la residencia de Amado y se encontró con un verdadero “mundo animal” en plena capital provincial. En plena recorrida, contó cómo nació la asociación. “Nos reuníamos en forma periódica con un grupo de personas para hablar de la flora, la fauna y el medio ambiente, hasta que un día nos invitaron a disertar en una exposición por el Día del Niño y ahí nació un interrogante: ¿y qué decimos si viene el periodismo? No tenemos nombre, presentación, nada”.
“Entonces ahí nació la idea de conformar la Asociación, cuyo objetivo primero fue reafirmar el grupo y comenzar a plantearnos objetivos que ya se hablaban desde hace tiempo, como el cuidado de la naturaleza, los animales, la flora”, recordó este formoseño de nacimiento, pero misionero por adopción.
La asociación posee personería jurídica y está realizando los últimos pasos para su real y efectiva constitución, tras dos intensos años.
Durante todo este tiempo, explicó Martínez, “realizamos ya cientos de rescates, curaciones, tratamientos y cuidados a animales atropellados, encontrados, lastimados por otros animales, por el hombre o por la naturaleza misma. También hicimos liberaciones y entregas al Ministerio de Ecología”.
Además, comentó que “estuvimos en varias escuelas de Posadas y del interior, como así también en diversas instituciones públicas y privadas, donde dimos charlas, realizamos reuniones, disertaciones y exposiciones, siendo la del Día del Animal la más esperada por grandes y chicos”.
Jaulón de recuperación
Ya metidos de lleno en el atípico patio de este ambientalista, destacó que “en este espacio, que yo llamo el ‘jaulón de recuperación’, tengo una iguana, un lagarto overo, un sapo silvestre, un loro, un pato, un tero y una martineta, entre otros. La mayoría fueron rescatados y otros traídos hasta mi casa, como la iguana, la cual llegó a modo de donación. Ella es muy buscada y a la vez fotografiada y filmada en las exposiciones, al igual que el lagarto. Es un animal que llegó lastimado, lo recuperamos y luego no se quiso ir más del lugar y se quedó con nosotros”.
La pareja pitón
En otro apartado de su vivienda, el herpetólogo tiene distintos ofidios como una pitón macho y otra hembra. “El macho mide 5 metros y pesa cerca de 100 kilos. También tengo ñacanina, culebras y yararás. La pareja pitón, en especial, es otra de las atracciones de las exposiciones, por su color, tamaño y contextura. Pese a ello, las dos se merecen hoy por hoy un lugar mayor para su hábitat diario”, reconoció.
“El Santuario de las tortugas”
La recorrida llevó también a otro espacio que tiene nombre propio: el propio Martínez lo bautizó como “El Santuario de las Tortugas”. Allí viven 50 ejemplares de este quelonio, originarias de Argentina, más específicamente de las zonas de Santiago del Estero y Córdoba. También en un apartado de dicho santuario se encuentran en cautiverio dos conejos blancos y uno negro.
“Estas tortugas son autóctonas. Algunas llegaron lesionadas, en la mayoría de los casos, luego tuvieron crías y ahora ya son unas 50. Además, tengo más de 20 huevos de próximas tortugas a nacer en 2020”.
Para la mona
En otro tramo, el camino se detuvo en una jaula especial donde estaba una mona carayá, quien tiene una historia muy particular: “Hace una semana me avisaron que habían atropellado a un mono sobre la ruta nacional 12, en cercanías del aeropuerto local, y que pese a los golpes estaba viva. Me la trajeron y luego la llevé hasta la Reserva Ecológica El Puma (en Candelaria), donde le hicieron las primeras curaciones, pero como ahí no cuentan con todo el equipamiento necesario para estudios más exhaustivos y cuidados especiales, la traje de vuelta y la atendió el veterinario de nuestra asociación, Cristian Reinaldo, quien le hizo placas y luego le operó la mandíbula, que la tenía rota en tres partes y se le puso una prótesis. Ahora es alimentada por sonda y esperamos su recuperación”, detalló.
Embalsamados
Pero no sólo animales vivos posee este “santuario” urbano posadeño: Amado Martínez también hizo un lugar bajo techo en su casa para colocar en exhibición, en tres enormes vitrinas, animales embalsamados, plantas y datos precisos y a la vez alarmantes sobre la fauna y la flora de la tierra colorada.
Finalmente, Martínez anticipó que está preparando sus valijas para vivir dentro de unos meses una nueva aventura en un exótico viaje al Congo, en el corazón de África.