Este miércoles se desarrolló la segunda jornada de debate por un caso de abuso sexual ocurrido contra un menor de nueve años. El imputado tiene 47 y es el padrastro de la víctima. El dato relevante de la primera audiencia fue la detención de la madre del niño por falso testimonio. Cerrada la etapa de los testigos, pasaron a los alegatos donde el fiscal pidió una condena de 12 años para al acusado, mientras que la defensa solicitó la absolución.
El hecho de que la progenitora hoy esté tras las rejas, radica en que negó ante el Tribunal la denuncia que ella misma había presentado contra su pareja. Para explicar este cambio de “parecer” ante los jueces, argumentó que la psicóloga de la Policía la había instruido sobre qué decir y cómo decir para que armara la acusación contra su concubino. El testimonio de la profesional descartó que esto haya ocurrido así, puesto que subrayó que sólo se había limitado a dar contención a la mujer y a su hijo y ni siquiera lo indujo a que recordara lo que había padecido. Por otra parte, manifestó que cuando la madre se presentó en la Comisaría de la Mujer, se la notaba visiblemente compungida por lo que le había contado su hijo, que fue lo que reveló los abusos. Tanto los magistrados como el fiscal, dieron por ciertas las afirmaciones de la funcionaria policial.
Debido a esto, y tras pedir la detención de la madre por mentir en el juicio para defender burdamente a su pareja, para el Ministerio Público había elementos suficientes como para seguir adelante con el debate.
La pericia de Cámara Gesell a la que oportunamente fue llevado el menor, sumó los elementos necesarios para confirmar que los abusos sí habían existido. Esto dejaba en claro que la mujer prefirió defender a su pareja antes que buscar justicia por su hijo.
Imputación
“Abuso sexual con acceso carnal calificado por la condición de guardador, reiterado en número no determinado de hechos, en concurso ideal con promoción de la corrupción de menores, agravado por la edad de la víctima y por la condición de guardador”.
Hechos
En octubre de 2012 la mujer comenzó a convivir con quien hoy está sentado en el banquillo de los acusados. La vivienda era ocupada además por tres menores. Dos eran hijos biológicos del acusado, en tanto que el menor que resultó víctima es hijo de la mujer hoy detenida.
Cuando el hijastro cumplió seis años comenzaron los vejámenes, según había denunciado oportunamente la progenitora.
El hombre aguardaba a que su mujer y sus hijos no estuvieran en la casa para someter sexualmente al niño. Lo hacía en la cama matrimonial, en el baño o en la pieza del menor. Le decía que no contara nada porque o sino él iría preso.
También era habitual que lo llevara en su motocicleta a una cancha de fútbol del Kilómetro 3 y abusara del menor detrás de un arco donde había pasto alto.
La última vez, fue una noche de febrero de 2018 en ese campo deportivo. Cuando regresaron, la madre le preguntó a su hijo por qué tenía pegada en su ropa restos de plantas conocidas comunmente como “pega pega”. El niño accedió a revelarle a su madre lo que pasaba, hecho que fue presenciado por su pareja. Ante el relato del menor, el padrastro le pidió perdón a su mujer, aduciendo que “tenía un problema”. Lo que siguió después fue la denuncia y la detención del acusado.
Hoy será la última jornada de audiencias. Se le dará la palabra al imputado y luego los magistrados se retiraran a debatir la sentencia.