El único camposanto que tiene la ciudad de las Cataratas está sobrepasado. “El Salvador”, viene atravesando momentos difíciles y la situación fue descripta por el administrador Claudio Konopka como “desesperante, porque todos los días exhumamos cuerpos para poder hacer los entierros del día”, dijo a PRIMERA EDICIÓN.
Konopka explicó que desde 2014 el cementerio ya no contaba con lugar “desde que estoy en la administración, asumí en 2016, venimos haciendo un trabajo de ordenamiento, y pidiendo que los familiares de los difuntos pongan en regla sus situaciones, porque teníamos más de tres mil tumbas sin identificar, abandonadas totalmente, incluso no había orden, hasta en los pasillos se hacían entierros, hoy no tenemos lugar para pasar, todo eso estamos trabajando para mejorar”, contó.
Al iniciar como administrador, Konopka pidió la intervención del cementerio por parte de la Secretaría de Búsqueda de Personas de la Nación, “por la cantidad de tumbas con NN que había. Intervino la Justicia y la gente de Nación vino y nos explicó, cómo debíamos proceder y qué hacer, porque después de más de 30 años de pasado el proceso en Argentina, y con la tecnología que tenemos ahora, no pueden existir tumbas NN”, explicó.
Desde 2016 iniciaron un proceso de ordenamiento y comenzaron a pedir a los familiares que se acercaran a identificar a los parientes fallecidos. Pero también empezaron a “aplicar la ordenanza que data de 1989 y que implementó un plazo de tres meses. Dicha ordenanza advierte que tras quince años de sepultura se debe hacer una prórroga de arrendamiento. Acá se alquila el espacio y el pago se hace anual. Si tras cinco años no se abona corresponde sacar el cuerpo, ubicarlo en un osario y esperar a que los interesados vengan a reclamar los restos por el plazo de un año. Es lo que dice la ley de cementerio”, explicó.
Otro de los problemas son los nonatos, “no deberían terminar en el cementerio, pero piden certificado de defunción y permiso de inhumación y los entierran, pero los abandonan acá”, dijo Konopka.
El administrador indicó que “al principio la gente lo tomaba a mal, pero insistimos con el pedido de que se acercaran para regularizar su situación, insistimos por todos los medios y logramos que entiendan. Seguimos pidiendo que la gente se acerque, tuvimos que especializar a nuestros empleados, porque todos los días estamos haciendo hasta tres exhumaciones para poder enterrar a los muertos. Los restos van a un osario y a la espera de los familiares. Si logramos ordenar sacando las tumbas que llevan más de 40 años abandonadas y sin identificar, podremos ganar espacio y tendremos tierra para unos 10 o 12 años más”, dijo.
Además, tienen entre 30 y 40 entierros mensuales, “tanto insistimos que hoy el cementerio recauda más de 200 mil pesos por mes, antes de 2016 sólo se recaudaba 15 mil pesos y no había registro de nada”, indicó. El 60% no paga la tasa anual por tener a su familiar en el camposanto y es uno de los mayores problemas que enfrentan. Los familiares no se presentan a regularizar la situación y muchas veces, cuando lo hacen no pueden pagar la deuda que generalmente, es de años. Konopka explicó que “tenemos la tasa más cara de toda la provincia y me animo a decir que del país, acá lo más barato está en 1.350 pesos por año”, y hay gente que adeuda más de 15 años.