En la carta, presentada en una conferencia de prensa en Brasilia, la directora de la oficina de AI para América, Érika Guevara Rosas, manifestó “gran preocupación” de ese organismo de derechos humanos con lo que ocurre en Brasil desde que el pasado 1 de enero asumió el poder el líder de la ultraderecha.
“Es un momento en extremo delicado para el continente americano, donde muchos Gobiernos, en lugar de proteger los derechos humanos de sus poblaciones, fomentan medidas y políticas muy perjudiciales para las personas“, indicó Guevara, citada por la agencia de noticias EFE.
Según AI, el “discurso contrario a los derechos humanos que ha marcado la trayectoria política del presidente”, caracterizada por declaraciones homofóbicas, machistas, racistas y xenófobas, “está comenzando a concretarse en medidas y acciones que amenazan y violan los derechos humanos de todas las personas” en Brasil.
“Esta retórica le quita legitimidad al Gobierno brasileño para condenar las violaciones de derechos humanos que ocurren en otros lugares del mundo“, apuntó la abogada mexicana-estadounidense especialista en derechos humanos.
La directora del capítulo brasileño de AI, Jurema Werneck, dijo por su parte que tanto el discurso como algunas de las políticas impulsadas por el Gobierno brasileño encarnan una “grave amenaza” a “personas y grupos que tienen todo el derecho a vivir sin miedo”.
Entre las medidas que causan “preocupación”, el documento cita la “flexibilización” de normas para la “tenencia y posesión de armas” por parte de la sociedad civil.
En opinión de Werneck, en un país con altos índices de violencia como Brasil, donde cerca de 60.000 personas son asesinadas cada año, “legalizar las armas es igual a intentar apagar un incendio con gasolina“.
La carta divulgada por AI expresa la “alarma” de ese organismo por decisiones que establecen un “endurecimiento” del carácter punitivo de las políticas que regulan el consumo de drogas y la “regulación de la legítima defensa” de los cuerpos policiales.
Otro motivo de “preocupación” son “medidas contrarias a los derechos a la verdad, a la justicia y a reparaciones de las víctimas de delitos de derecho internacional cometidos por el Estado” durante el último régimen militar (1964-1985), que Bolsonaro suele enaltecer en su discurso.
El documento también lanza un mensaje de protesta por reiterados “ataques” contra la “independencia y autonomía del Sistema Interamericano de Derechos Humanos” y, en líneas generales, por una “retórica hostil” por parte de autoridades, “incluido el presidente de la República”, que podría “legitimar distintas violaciones de derechos humanos”.
Fuente: Agencia de Noticias Télam