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Una situación insólita que hasta podría haber estado en el guión de una película tragicómica, ocurrió ayer por la tarde en una heladería de esta ciudad. A cara descubierta, amenazando a la empleada, un ladrón armado se llevó dinero de la caja registradora. Pero antes cometió un error garrafal. Le dijo a la víctima que había dejado su currículum. Efectivamente, su rostro, sus datos y sus aspiraciones laborales estaban en el papel.
La experiencia policial indica que los días lluviosos cuentan con las condiciones que los delincuentes suelen aprovechar para llevar adelante sus fechorías. Esta vez no fue la excepción. A las 14.30, una joven de 22 años aguardaba el fin de su turno en el local de “Polaris” ubicado en Corrientes y Sarmiento. Hasta esa hora la jornada había sido tranquila y prácticamente no hubo clientes. Sin embargo llegó uno que dijo querer comprar helado, pero en realidad sus intenciones eran otras.
Según relató Silvina a PRIMERA EDICIÓN, eran dos los delincuentes que entraron de contramano por Corrientes y pararon sobre Sarmiento. “Uno se quedó esperando en una moto de color roja y el otro entró al local”, dijo la joven.
“Lo primero que le miré fue cómo estaba vestido. Tenía una remera bordó manga corta y tenía tatuajes en los brazos y en el cuello. No pasaba de 25 años”. La joven había sospechado que no se trataba de un cliente, por lo que de forma preventiva se había fijado bien en él. No estaba errada.
“Cuando ingresó me preguntó a cuánto estaba el helado y tras contestarle miró hacia la calle como asegurándose que no viniera nadie. Después me dijo ‘esto es un asalto, dame todo lo que tengas’. Le dije que no tenía nada, que el día había sido malo, a lo que él me respondió ‘no me interesa’. Mirá que hay cámaras, no se si te diste cuenta, le dije, a lo que insitió, ‘no me importa, ¿no vez que tengo un fierro? y se levantó la remera exhibiéndome la culata de un revolver”.
La joven pensó que no podía ser verdad lo que estaba pasando sobretodo por lo que sucedió después.
Silvina continuó relatando que vio que pasaba una persona caminando por Corrientes, por lo que hizo todo lo posible por tener contacto visual para luego pedirle ayuda. Cuando éste pasaba cerca de la puerta miró hacia adentro del local, pero sagaz, el ladrón se apuró en decirle a su víctima “que era una joda”.
Luego, el delincuente le dijo que había dejado su currículum y le preguntó si estaban tomando gente. Pasado el peligro el joven siguió con su plan y desnudó finalmente sus verdaderas intenciones.
“‘Bueno dame la plata que me está esperando la moto’ me dijo, a lo que yo le respondí que no le iba dar nada, que la agarrara él”. El ladrón metió la mano en la caja y se llevo 450 pesos. “Me pidió el celular, el cual no tengo, si bien en principio no me creyó yo le dije que se fuera”. El malechor subió a la moto de su cómplice y escaparon por Sarmiento en dirección hacia el oeste.
La joven llamó a la Policía y en minutos efectivos de la comisaria Decimosexta y de la Brigada de Investigaciones llegaron al lugar. Minutos después, junto con los efectivos comenzaron a revisar los currículums que los aspirantes habían dejado en la heladería y confirmó que se trataba del muchacho que la había asaltado.
En sus referencias figura que su domicilio actual queda en inmediaciones de Alem y Santa Catalina, tenía secundario completo, trabajó como repositor, en atención al cliente y en una empresa de limpieza. Entre sus objetivos laborales que mencionó para trabajar en la heladería que terminó asaltando decía: “Busco adquirir experiencia y conocimiento para poder desarrollarme profesionalmente y dar un buen desempeño de las funciones asignadas”.
Tras dar aviso al Juzgado de Instrucción de turno, emitieron una orden de detención contra el sospechoso.
Según fuentes consultadas fue aprehendido en muy cerca del lugar del fue a robar. Recordemos que según su currículum, vive cerca de allí.
A modo de cierre del insólito asalto con nombre y apellido, vale destacar la temeraria valentía de la joven, quien dijo que si lo hubiera tenido cerca, usando sus conocimientos de artes marciales se hubiera defendido, inclusive a pesar de que estaba armado.