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Un hombre que había salido de prisión por cometer un crimen, gozando del beneficio de la libertad condicional, volvió a matar, por lo que ahora admitió su culpa ante la Justicia y regresará a la cárcel para purgar 16 años, indicó una fuente del caso.
La determinación fue a través del sistema de juicio abreviado, es decir cuando las partes acuerdan una determinada pena tras la confesión del hecho por parte del imputado.
El caso se remonta al miércoles 21 de marzo del año pasado, cuando el exconvicto, identificado como Carlos Manuel Ramírez (37), se presentó en una vivienda el barrio Esperanza de Puerto Piray, donde ingresó -tras forzar la puerta trasera- y atacó a cuchilladas a la pareja de su ex.
La víctima fue identificada como Antonio Cabral, de 29 años, quien era albañil y al momento de la mortal agresión, alrededor de las 8 de ese día, tomaba mates.
Murió desangrado en cuestión de minutos, tras sufrir dos heridas cortantes, una en la zona de la axila y la otra en la región intercostal izquierda. Fue testigo del brutal y sangriento episodio la dueña de casa, de 36 años, quien además estaba con sus dos hijos. El acusado se dio a la fuga.
La Policía obtuvo un dato clave, pues un grupo de vecinos lo vio ingresar a un eucaliptal, caminando y cargando un bolso por la avenida República Argentina de Puerto Piray, en dirección a la ruta nacional 12. Al mediodía lo ubicaron.
Estaba a unos 24 kilómetros al sur de la escena del crimen, más precisamente en un pinar de Montecarlo. Fue detenido sin oponer resistencia. Había estado en libertad apenas diez meses.
Ramírez fue acusado por el delito de “homicidio simple y en calidad de autor” y declarado “reincidente”. Ahora la condena de 16 años deberá ser homologada por el Tribunal Penal 1 de Eldorado.
Su primer homicidio
Ramírez, que pasó un gran porcentaje de su vida tras las rejas, había sido condenado a 17 años de prisión a los 21 años. Fue el lunes 10 de marzo de 2003 en Puerto Esperanza y la víctima fue el contratista Valdir Nischke (40). Fue asesinado a balazos durante un intento de asalto a su domicilio del barrio Industrial de esa localidad y poco después la policía detuvo a Ramírez y dos presuntos cómplices.
Como se informó en ese entonces, fue ese lunes a la noche en el inmueble de alquiler situado sobre la calle San Luis. La vivienda era arrendada por los hermanos Valdir y Ricardo Nischke (34), oriundos de la ciudad de Zárate, provincia de Buenos Aires.
Ambos propietarios de una pequeña empresa dedicada a trabajos de mantenimiento de plantas industriales. Se encontraban transitoriamente en Misiones contratados por la empresa papelera Alto Paraná.
Todo se precipitó alrededor de las 23 en momentos que los Nischke descansaban. Ricardo estaba en su dormitorio cuando de repente despertó al sentir que alguien sujetaba sus piernas. Al abrir los ojos vio a dos hombres vestidos de negro y encapuchados, uno de los cuales lo encañonaba con un arma de fuego.
En ese instante también escuchó ruidos provenientes de la habitación de su hermano en la planta baja y la voz de Valdir que discutía con un extraño. Y segundos después los estampidos de un arma de fuego.
El testigo alcanzó a contar un total de seis tiros, según relató más tarde a la policía. En medio de la confusión, Ricardo fue obligado por los delincuentes a trasladarse hasta la planta baja. Cuando llegó la escena era tremenda: su hermano estaba en el suelo, lanzando bocanadas de sangre. Su cuerpo presentaba cuatro disparos: en la clavícula, en la boca, en el pecho y en el abdomen. Casi todos fueron efectuados a menos de dos metros de distancia.
Los delincuentes pensaron que Valdir y su hermano Ricardo habían cobrado los trabajos en la empresa papelera.
Ya en la madrugada, los detectives dieron con un Volkswagen Gacel en el barrio San Blas. En el asiento trasero había un bolso y una manga de abrigo, presuntamente utilizada como pasamontaña.
En el inmueble donde se hallaba estacionado, los policías detuvieron a un remisero y poco después a Carlos Ramírez -por ese entonces de 21 años y a un adolescente. Luego hallaron el revólver calibre 22.
La conoció en la cárcel
Luego se supo que Ramírez habría conocido y entablado una relación sentimental con una mujer que lo visitaba en la cárcel, con la cual habría tenido dos hijos. Luego hubo una ruptura y la mujer habría conocido a quien luego fue la segunda víctima de homicidio de Ramírez.
El acusado debería haber estado en prisión hasta 2020, pero fue beneficiado con la condicional. Ahora se sabe que la mayor parte de su vida la pasará entre rejas.