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El juez de Instrucción de esta localidad, Roberto Sena, comenzó la ronda de testimoniales en el marco de la investigación por el homicidio de Fidencia Arapayú (49), por el cual se encuentra detenido su pareja de 54.
En ese marco, el magistrado solicitó que los dos hijos menores de la víctima declaren a través de la Cámara Gesell, teniendo en cuenta que son adolescentes. Uno de los menores, el varón de 15 años, había sido demorado junto a su padre cuando se produjo el hallazgo del cuerpo, sin embargo fue liberado y entregado a sus hermanas para guarda y cuidado. Por otra parte, su mismo progenitor lo desvinculó poco después al admitir su culpabilidad.
Mientras tanto, en la continuidad de las declaraciones, dos de los hijos mayores de la mujer ratificaron que la relación de su madre con el confeso asesino “no era buena” y que ella “poco antes del hecho les dijo que quería irse, porque la relación no prosperaba”, indicaron fuentes del caso.
El acusado, Lotario Pablo Puzin, quien confesó el hecho ante la Justicia, se encuentra tras las rejas desde el lunes 13 de mayo, cuando fue hallado el cuerpo dentro de un pozo, en el patio de la vivienda que compartía junto a la víctima y sus hijos en Colonia Oasis. Se encuentra imputado en forma provisoria por “homicidio doblemente calificado, por alevosía y por el vínculo”.
Participó de la búsqueda
En su confesión ante el juez Roberto Sena, el detenido dijo que asesinó a su esposa Fidencia porque se sentía “celoso y sospechaba” que ella había iniciado una relación sentimental paralela y que ello derivaría en que lo abandonara. Lo hizo “con un martillo y en la cama”, durante la madrugada del martes 7 de mayo, una semana antes que el cadáver fuera hallado dentro de un pozo de tres metros de profundidad.
Puzin, de oficio agricultor, changarín y mecánico, se quebró en llanto y aceptó responder todos los interrogantes del juez y sus secretarios. Tal como ya se publicó, en presencia de su defensor oficial, brindó durante casi dos horas detalles de todo lo que recordaba, horas previas al crimen, como también sus acciones posteriores para intentar encubrirlo, entre ellas acompañar a los policías de Colonia Oasis y Jardín América en la búsqueda con vida y rastrillaje de Fidencia.
“El lunes a la tarde la fui a buscar a Jardín América por varios lugares pero no la encontré”, manifestó Puzin, como parte de su recorrido presuntamente ya furioso porque, si bien su esposa le aseguró que iba al médico porque tenía que terminar los estudios clínicos para operarse de la vesícula, él sospechaba que eso era una excusa para encontrarse con otro hombre.
Puzin, quien adujo tener problemas psicológicos y que por ello tomaba medicamentos, también manifestó en sede judicial que cuando la volvió a ver el lunes, ya cerca de la noche, intentó quitarle el celular porque creía que se “mensajeaba con su amante”, pero que a esta intención Arapayú se opuso y no lo dejó revisar el teléfono móvil.