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La hija adolescente de Fidencia Estela Arapayú (49), la mujer asesinada a martillazos en Colonia Oasis, declaró este martes en Cámara Gesell y dijo que su madre era maltratada psicológicamente por su padre, quien es el único detenido por el crimen, indicó un vocero del caso.
Arapayú fue asesinada la madrugada del 7 de mayo, por su pareja y padre de sus hijos, un colono de 54 años que tras ser detenido confesó el macabro homicidio ante el juez de Puerto Rico (subrogante), Roberto Sena.
Más allá de que el detenido admitió la responsabilidad del hecho, el magistrado debe cumplimentar todos los pasos procesales, como las múltiples pericias y testimoniales.
En ese sentido se supo que el lunes pasado arrancó la ronda de testimoniales, donde primero una hija mayor de la víctima ratificó lo dicho a este Diario acerca de que la relación de su madre con el acusado “no era buena” y que ella “poco antes del hecho le dijo que quería irse, porque la relación no prosperaba”, indicaron fuentes del caso. Este martes fue el turno de la hija de 14 años, quien relató que su progenitora era “víctima de maltratos psicológicos”.
Lotario Pablo Puzin se encuentra imputado -desde el día en que confesó el crimen- en forma provisoria por “homicidio doblemente calificado, por alevosía y por el vínculo”.
Sigue la etapa testimonial
En la continuidad de la etapa testimonial está previsto que declare, también con el sistema de Cámara Gesell, el hijo de 15 años de la víctima, quien fue demorado aquel lunes 13 de mayo junto a su padre y horas antes del hallazgo del cadáver.
Posteriormente fue liberado por orden del Juzgado Correccional y de Menores de Puerto Rico, a cargo del magistrado Osvaldo Rubén Lunge. Además, su propio padre lo desvinculó en aquella confesión detallada del crimen.
Lotario, entre otras cosas, dijo que asesinó a su esposa Fidencia porque se sentía “celoso y sospechaba” que ella había iniciado una relación sentimental paralela y que ello derivaría en que lo abandonara. Lo hizo “con un martillo y en la cama”, durante la madrugada del martes 7 de mayo, una semana antes que el cadáver fuera hallado dentro de un pozo de tres metros de profundidad, en el patio de la vivienda familiar en Colonia Oasis.
Puzin, de oficio agricultor, changarín y mecánico, se quebró en llanto y respondió todos los interrogantes del juez.