Entre muestras de agradecimiento y mucha emoción, una ONG del barrio Fátima recibió sus balances contables para ponerse al día con Personas Jurídica, Rentas y AFIP y de esa manera se logró unir dos necesidades en torno a una misma solución.
Por un lado, las flamantes egresadas de la Tecnicatura en Administración del ITEC 3 necesitaban certificar sus prácticas profesionales y por otro, las titulares de la ONG tenían que ponerse al día con ocho años de atraso en la contabilidad de la organización vecinal.
Como acción concreta, en el marco de un proyecto de vinculación entre escuela y comunidad presentado por el docente y contador Claudio Fleitas, se planteó la posibilidad de que las alumnas realicen los balances, en el marco de sus prácticas, pero a la vez que éstos sirvieran para ayudar a una organización real a poner sus papeles al día.
“Sabíamos que a las asociaciones les cuesta sostener su administración y estos trabajos de las alumnas les van a permitir que sigan con sus tareas de bien público. Además ellas suman certificados para sus curriculum que acreditan experiencia”, dijo a PRIMERA EDICIÓN el autor de la iniciativa.
Se trató de una practica supervisada de principio a fin, y redundó en mejorar la administración de la asociación con asiento en Garupá.
“No tener los balances al día para una ONG significa no poder trabajar. Donde te vas te piden los papeles en regla, al no tenerlos no hay forma de hacer gestiones de ningún tipo”, explicó la presidenta de la entidad sentada en primera fila.
Las participantes del proyecto, Silvina Boroski y Zunilda Zanabria, flamantes egresadas de la Tecnicatura Superior en Administración de Pymes, encararon la tarea “como una forma de incentivar al resto del alumnado a la realización de éstas prácticas en relación con la comunidad”.
Además de Fleitas, ambas contaron con la ayuda y la guía del profesor Fleitas y del docente universitario, Diego Villamayor.
“Hay una gran necesidad en todos los institutos de educación superior, y es poder facilitar a sus estudiantes herramientas para practicas profesionales y que ello no implique un shock de realidad, si no al contrario, minimizarlo. Teniendo estas dos cuestiones: estudiantes aptos para egresar y organizaciones sin fines de lucro, que necesitan una ayuda concreta, unimos las experiencias y obtuvimos estos resultados”, señaló en tanto el contador Villamayor.
Oportunidad
“Cuando me propusieron hacer la contabilidad, me pareció importante porque estuve mucho tiempo enferma y ya no pude hacerme cargo para arreglar la contabilidad. Ahora tuvimos la oportunidad que nos ayuden los estudiantes del ITEC”, agradeció la titular de la ONG.
La asociación trabaja en distintas actividades para acompañar a las mujeres y niños del barrio. También enseñamos oficios de salida rápida, aprender a hacer manualidades, costuras, reciclaje. Estaban atrasados ocho años, pero la ayuda de estas estudiantes les ha dado un empujón para reactivarse.
“Nosotras nos capacitamos con distintos cursos y talleres, todo ello requiere acreditación y si la asociación no tiene marco legal, los cursos tampoco”, explicó.
Además de directivos de la escuela y de funcionarios de Garupá, estuvo presente la coordinadora del programa Formación Docente del (Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET), Valeria Quevedo, para reconocer el trabajo de las alumnas.
Tras los resultados del proyecto, los autores avanzarán en la presentación del proyecto para que se pueda implementar en otras instituciones terciarias y en la UNaM.