El último domingo, alrededor de las 20.30, el misionero Néstor Pitana señaló al medio, sopló fuerte y le puso fin a la angustia de miles de hinchas de Tigre. Lo imposible se había vuelto real: el club de Victoria conseguía por primera vez el título de campeón del fútbol argentino, tras vencer ni más ni menos que a Boca Juniors, con todas las apuestas en contra.
El triunfo ya es historia. Y la fiesta copó las calles en el partido del norte bonaerense, cuna de la pasión por el “Matador”, como también se lo conoce al nuevo campeón. Sin embargo, a mil kilómetros, un puñado de hinchas se unió a los festejos a la distancia. Muchos podrán catalogarlo con el ofensivo mote de “equipo chico” -al final de cuentas, ¿cómo medir de manera cualitativa la pasión y separar entre clubes grandes y no tanto?- pero en Misiones también hay hinchas -y fanáticos- de Tigre que no se perdieron esa noche histórica.
Es cierto que no abundan por estas latitudes, pero EL DEPORTIVO logró unir a dos fanáticos del club de Victoria, misioneros ambos, quienes brindaron el relato de una pasión inexplicable en palabras e inagotable más allá de la distancia. Oscar “Cocodrilo” Jaquet (63), policía retirado, y Nicolás Sosa (29), periodista deportivo (en realidad, son tres, ya que Francisco, de poco más de 2 años e hijo de Nico, también cuenta) se estrecharon en un abrazo al encontrarse para la entrevista y luego le contaron a este Diario lo que significó el triunfo del domingo más allá del descenso a la B Nacional. Las penas y alegrías del amor… a Tigre, en primer persona.
Antes que nada, ¿por qué son hinchas de Tigre?
Coco: Bien, yo tenía 7 u 8 años, mi viejo era hincha de Boca y siempre me hablaba de “Tito” Cucchiaroni, que jugaba en Tigre y lo habían vendido a Boca. Por ese pase, Atlético Posadas, del que también era hincha, había podido hacer una de las tribunas. Y sucedió que en el 67 o el 68, a mi viejo, que era empleado del Correo, lo trasladaron a Buenos Aires. Fuimos a vivir a Talar de Pacheco y lo primero que pregunté era dónde quedaba la cancha de Tigre. Tenía 12 años y lo primero que hice fue ir a ver Tigre con Morón, fue el primer partido al que fui. Y ahí ya me hice hincha, desde siempre, fanático.
Nico: En mi caso también fue el parentesco. Con mi viejo y mi hermano vivíamos en Zona Norte, Buenos Aires, porque mi papá era empleado telefónico. Y cuando tenía 12 años me presentaron a la hinchada. Ahí ya nació mi amor por Tigre. El primer partido que fui fue en la B Nacional, un 0-0 con Almagro. Me acuerdo que estaba con mi hermano y le anularon un gol a Tigre, y yo desde me inocencia dije que sí, que había sido offside. Casi nos matan (se ríe).
¿Cómo vivieron el partido del domingo? ¿Salieron a festejar el campeonato?
Coco: No pude salir a festejar porque no ando muy bien de salud. Y la verdad es que festejé poco, porque estoy triste con el descenso. Descender es una deshonra, más para un club humilde como el nuestro, que estuvimos 43 años en la B, cerca de la C, luchando. Y ascender y ahora volver a la B me duele mucho. Festejé, sí, pero hasta ahí nomás.
Nico: Yo miré el partido en casa. Y un amigo mío hincha de Boca, Matías, llegó cuando terminó y me dijo “esto es histórico, te voy a llevar a festejar”. Era el único en la plaza, el único en la Costanera (se ríe).
¿Siguieron alguna cábala? ¿Alguna promesa?
Nico: No soy de tener cábalas, pero en este torneo, a medida que fueron pasando los partidos, publicaba una foto en las redes con Francisco, mi hijo. Hace poco lo llevé a conocer la cancha de Tigre.
Coco: Soy devoto del Gauchito Gil y de la Virgen de Itatí, así que en todos los partidos les prendí una velita. Esa fue mi cábala. Y cada vez que Benedetto erraba un gol, lo miraba al Gauchito. Yo todos los años me visto de Tigre y me voy a Itatí. Y todos me gritan “payaso”, pero mirá, ahora salimos campeones… La virgencita nos dio una buena mano, de eso estoy seguro.
Gorosito dijo que Tigre pedirá no descender porque, según el reglamento, el campeón no desciende… ¿qué opinan?
Nico: Y sería la frutilla del postre. Ojalá. Muchos me preguntaron si prefería ser campeón o no descender, y yo prefiero quedarme en Primera.
Coco: Yo digo lo mismo. Si me dicen “te sacamos el título pero no descendés”, yo escojo no descender. No quiero estar en la B….
Nico: Igualmente es cierto que la primera estrella en el escudo es algo muy lindo. Yo tengo el tatuaje con el escudo en una pierna y ahora le voy a tatuar la estrella y la fecha del campeonato…

¿Qué fue lo más loco que hicieron por Tigre?
Nico: Lo más loco fue cuando tenía 18 años. Era mi recepción acá en Posadas, de quinto año. Toda la familia preparada. Hasta mi madrina, que vive en España, me mandó mil pesos, por ese entonces una fortuna, para comprarme el traje. Era 2008 y justo Tigre, Boca y San Lorenzo empatan en el primer puesto y se juega ese triangular para ver quién era campeón. ¿Qué hice? Me pagué el pasaje y dejé plantada a toda mi familia, con recepción y todo. No fui a la recepción. Fui a ver los dos partidos. Y de ahí me quedó la espina porque Tigre le ganó a Boca, pero no salió campeón por diferencia de goles, por un bendito gol.
Coco: Fue en el 72 o 73. Veníamos bien en la B y jugábamos en la vieja cancha de Quilmes. Entre 30 o 40 nos fuimos todos camuflados entre los hinchas locales. Como iba 1-1 y el empate nos servía, empezamos a irnos, pero llego al córner y hay una falta a favor de Tigre. “¡Penal!”, grité. Nos mataron a palos, nos dieron una paliza, me patearon en la espalda, me tiraron al piso. Después, ya en la estación, mis propios compañeros me querían matar por haber gritado. Ligamos feísimo. En esa época era así: vos ibas de visitante y sabías que ibas a ligar
Uffff, una anécdota tremenda…
Coco: Sí, como cuando fuimos a jugar contra San Telmo en la mítica Isla Maciel. Era la primera vez que iba, me puse un vaquero y una remera, y los muchachos en el colectivo se me mataban de risa, porque ellos iban apenas con un pantaloncito corto, en “cuero”. Y había una razón: cuando llegamos, me robaron todo y me dejaron en calzoncillos. Y así entré a la cancha. Un muchacho de San Telmo se apiadó de mí y me regaló un pantaloncito.
No eran tiempos fáciles para ser hincha visitante…
Coco: No, pero bueno, en Victoria también había de todo. A la cancha de Tigre sólo llevaban hinchada y se quedaban los 90 minutos Nueva Chicago, Quilmes o Chacarita, el resto miraba el primer tiempo y se iba, porque si no los barras de Tigre los mataban a palos. Recuerdo una vez contra Quilmes, que había un muchacho que era paralítico, hincha del Cervecero… Y va uno de Tigre y le mete una trompada que lo hizo volar como 40 metros. Yo fui y le dije, “loco, ¿por qué le pegás así?”. Y el muchacho me dijo: “Vos lo ves así, pero ¿sabés cómo escupe y pega cuando vamos allá a Quilmes?”. Era muy duro
¿Cuál fue el mejor y el peor momento con Tigre?
Coco: Yo tuve la suerte de vivir el ascenso de 1979, un equipazo, con Meza, Carrizo, Bravo, Juan De la Cruz Chaparro. Creo que ese fue el mejor momento. Y el peor fue ahora, con Caruso Lombardi, no podés traer 32 jugadores, fue una vergüenza, Caruso no puede dirigir ni el tranvía.
Nico: Lo peor fue el tema del descenso, te bajonea porque ya se veía que el equipo se iba. Fue feo estar en esa situación y a mí nunca me había tocado. Venía de tantas alegrías, después del ascenso de 2007 fue todo una alegría inmensa, jugar la Sudamericana, la Libertadores…
Coco: Esa Copa Libertadores, es cierto, ese fue también un buen momento, como en semifinales, que le ganamos con baile en Victoria a Olimpia de Paraguay, por 2-0, y después fuimos allá y quedamos eliminados.
¿Van a volver a Primera?
Nico: Va a ser difícil, el equipo ahora está bien armado, pero se viene otro torneo y la B Nacional es totalmente diferente a Primera. Ojalá el equipo se mantenga, pero va a ser muy difícil. Soy consciente de que no va a ser fácil, ya le pasó a Chacarita, por ejemplo.
Coco: Justo el fin de semana miré la final de la B Nacional, entre Central Córdoba y Sarmiento ¿y sabés cómo te dan? ¿Vos creés que Montillo va a parar una pelota y mirar así como hace ahora de visitante? Lo van a levantar por el aire. ¿Vos creés que Cachete Morales…? Le van a romper las piernas. En Victoria Tigre va a ser patrón, pero de visitante en la B Nacional… Ese es el torneo más difícil del mundo. Tigre tiene que traer una columna vertebral con 5 o 6 jugadores de la B Nacional, si no, va a ser muy duro.