Desde chiquita, Mía comienza una relación inusual con un cachorro de león blanco llamado Charlie, nacido en el refugio de leones de sus padres. Los dos amigos crecen juntos.
A los 14 años de Mía se entera que su amigo, ya un león adulto, será vendido y está en peligro, por lo que decide iniciar un viaje a través de la sabana africana para encontrar un nuevo hogar para Charlie donde pueda vivir libre.