Desde Bahía Blanca, donde vive, habló con EL DEPORTIVO sobre cómo se prepara para lo que se viene. “Representar a la Argentina en precisión es un gran logro para nosotras”.

De mañana los libros, la investigación, el microscopio, los apuntes. Por la tarde, los patines y la pista. Ambas pasiones para Marcela Vera, esta joven misionera de 33 años que es licenciada en genética, doctora en bioquímica y actual becaria postdoctoral de CONICET y, como si todo esto fuera poco, una talentosa patinadora. Ni bien vieron su destreza sobre los patines, la convocaron para ser parte de Euforia, equipo de patinaje de precisión, que con ella en el team clasificó a los World Roller Games que se realizarán en Barcelona del 2 al 14 de julio. En una charla con EL DEPORTIVO, Marcela contó sus inicios en la disciplina, la clasificación a Barcelona, su tarea investigativa y lo que se viene. Ella es la doctora patín.
Marcela patina desde chiquita. Tenía ocho años cuando ya se desplazaba sobre el parqué del Club Alemán de la mano de sus profes de aquella época, Karina Alfonso y Susana Gómez (?). Compitió hasta los 15 años cuando se alejó de los torneos pero siempre siguió arriba de los patines. Entre tanto patín también se dedicó al estudio. Se inscribió en la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) y salió de allí con el título de licenciada en genética debajo del brazo.
Fue entonces que buscó nuevos caminos. Se fue para Buenos Aires a hacer la tesis de grado y allí conoció a su actual novio Nicolás Valdéz “mi sostén”, oriundo de un pueblito cercano a Bahía Blanca, y se fue a vivir al Sur de la provincia de Buenos Aires. Tras el amor, sí, pero también en búsqueda de su mayor potencial a nivel profesional. Una vez allí, en 2014, se inició la investigación gracias a un beca doctoral de CONICET. “Comencé investigando sobre el rol de los lípidos en las enfermedades neurodegenerativas de la retina”, explicó a EL DEPORTIVO.
El 15 de marzo pasado defendió su tesis doctoral y sumó un título más, esta vez como doctora en bioquímica. No se dio por satisfecha y ahora tiene una beca postdoctoral de CONICET “donde voy a investigar sobre los canales iónicos en los sistemas sensoriales”. Marcela llega todos los días al Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Bahía Blanca (INIBIBB) donde trabaja, a más de 1.600 kilómetros de su Posadas natal.
Como una manera de distracción de tanto estudio, y también porque el amor al patín siempre estuvo, Marcela se subió a los patines siempre que pudo. Lo hizo el tiempo que vivió en Buenos Aires, cuando se mudó a Pedro Luro a 100 kilómetros de Bahía y una vez instalada en Bahía también buscó un lugar donde dar rienda suelta a su pasión y donde descontracturar un poco. “En 2014, cuando comencé el doctorado y me mudé a Bahía Blanca, comencé a buscar clubes porque siempre me gustó patinar. Empecé a ir a un grupo de adultos donde la mayoría de la gente va para desestresarse un rato”, contó. Fue ahí donde la vieron un par de chicas del equipo Euforia, encabezado por la profe Sofía Mitili, de patinaje de precisión, conformado en 2013. “Me preguntaron si quería probar para el año siguiente, le dije que sí, que iba a ir a ver, que si me gustaba me prendía y me gustó”.
Casi sin querer, Marcela estaba de nuevo en competencias para el 2015, pero en una modalidad poco conocida por estas tierras: patinaje de precisión, donde se hace una coreo de cinco minutos donde patinan 16 personas al mismo tiempo y donde se realizan formaciones sincronizadas. En aquel entonces entrenaban en el club que vio nacer a Manu Ginóbili, el Bahiense del Norte, pero después se mudaron porque allí le daban más importancia al básquet. Entonces las recibió el Sindicato de Químicos y Petroquímicos en su pista. Allí se preparan para la cita que se viene: los World Roller Games de Barcelona, la competencia que reúne a la mayoría de los deportes sobre rueditas.

El camino a Barcelona
Euforia consta de dos equipos: uno internacional, del cual Marcela forma parte, y otro junior que se conformó el año pasado. De 2013 a 2017 estuvieron en precisión avanzada, la segunda de las categorías después de inicial y antes de internacional. En 2017 clasificaron al Sudamericano de Mar del Plata y se quedaron con el segundo puesto por lo que en 2018 decidieron subir de categoría a internacional, fueron evaluadas y se ganaron la clasificación a los World Roller Games. “Se hace una evaluación a puertas cerradas adonde evalúan todos los elementos y deciden si se está a la altura de representar a la Argentina o no”, señaló Marcela.
Argentina es potencia en patinaje de precisión y tierra de campeones mundiales. Un grupo rosarino denominado “Milenium” y otro bahiense llamado “Roller dreams”, son reconocidos a nivel mundial. “El nivel de Argentina es muy bueno en precisión, por lo que representar al país es un desafío muy grande porque Argentina siempre tiene el primer lugar, el segundo y si va un tercer equipo sale tercero en el podio. Representar a la Argentina en precisión es un gran logro para nosotras”. De hecho Euforia participará en Barcelona con “Roller dreams” que supo ser campeón mundial. Ambos son los únicos representantes argentinos en la categoría.
Es por eso que las chicas vienen haciendo de todo para viajar. Porque lo deben pagar el viaje de su bolsillo. “Estamos haciendo un montón de cosas para juntar la plata. Son 1.500 dólares cada una y somos 19 en el equipo”, señaló Marcela.
Entonces, “vendemos bolsones de verduras y frutas, miel, hacemos sorrentinos, el finde del 25 de mayo hicimos empanadas de carne y jamón y queso fritas, organizamos un torneo de truco, vamos a hacer un bingo. Abrimos una cuenta bancaria para los que puedan colaborar. Todo va dejando un poquito, igual falta un montón”. El costo es alto por lo que, según explicó Marcela, el viaje no está asegurado aunque ya lo señaron y no van a dejar pasar esta oportunidad.
La niña de 8 años que comenzó en el Club Alemán de Posadas, varios títulos bajo el brazo después, patinará en tierra española. “Todavía no caigo, porque estamos en la tierra de los campeones mundiales y era muy difícil ir por la calidad de los equipos argentinos”.
Seguro lo creerá cuando pise la pista en Barcelona y la música comience a sonar. “Por ser la primera vez, vamos a ir a participar y a dar lo mejor de nosotras. Ojalá podamos algo más. Vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance, para entrenar y para llegar”. Todavía falta, pero no piensan bajar los brazos. Barcelona las espera.
Un equipo de distintas latitudes
¿De dónde son las chicas en Euforia? “Somos un paisano de cada pueblo porque justo Bahía Blanca es una ciudad que está rodeada por muchos pueblitos y que costea el mar, entonces todos los chicos, como pasa en Posadas, vienen a estudiar a Bahía Blanca de muchas partes del interior y fue así como vinieron muchas chicas que les gustaba patinar, igual que yo, y se sumaron a este equipo. Hay una chica de Coronel Pringles, a 250 km de Bahía, y otra chica de Huanguelen a 230 km. Hay chicas de Patagones y la mayoría de Bahía y yo que soy la de más lejos”, dijo Marcela.