Al agricultor Ángel Márquez (59) lo sorprendieron tres individuos. Iban armados con un cuchillo tipo puñal. Le asestaron 47 puntazos, en la cabeza, espalda, brazos y piernas. Además, tenía el cráneo fracturado, estaba desfigurado y le arrancaron el ojo izquierdo. Nunca quedaron claros los motivos del irracional ataque y tampoco se pudo ubicar al tercer implicado, sólo se supo que tenía acento brasilero y alrededor de 20 años.
Ahora y avanzada la investigación judicial dos jóvenes, uno de ellos menor al momento del hecho, deberán ir a juicio por el homicidio de Márquez, quien era el cuidador de una chacra en el paraje Los Vecinos de la Colonia Itatí, municipio de Bernardo de Irigoyen, lugar donde halló la muerte.
El crimen fue perpetrado entre las 19 y las 22 del viernes 28 de julio de 2017, entre los dos imputados y un cómplice que no pudo ser hallado.
Los acusados, quienes actualmente tienen 21 y 19 años fueron detenidos a doce horas del hallazgo del cadáver, que estaba tendido boca arriba en el acceso a la vivienda de madera donde residía. La autopsia estableció que murió por “shock hipovolémico”, es decir desangrado por las múltiples lesiones punzo cortantes que sufrió.
Ambos individuos, de nacionalidad brasilera, deberán ir a debate oral y público por el mismo delito por el cual recibieron la prisión preventiva, es decir “homicidio calificado por haberse cometido con el concurso premeditado de dos o más personas y resistencia a la autoridad en concurso real”.
Cóctel de caipiriña y drogas
Según consta en el auto de elevación a juicio, el día del hecho, alrededor de las 15, ambos implicados estuvieron bebiendo caipiriña y fumando alguna sustancia que, según testigos, era alucinógena.
Allí estuvieron haciendo preguntas a un lugareño respecto a si el cuidador, al que conocían en la zona como “Marreco” (Márquez) tenía “armas y dinero”.
Más adelante, a eso de las 22, el ahora imputado de 21 años le pidió a un vecino del lugar -menor- que le esconda una “faca y un machete”, amenazando de muerte a él y a su familia, tal y como surgió en la investigación judicial.
A las pocas horas los dos brasileños fueron capturados por la Policía cuando intentaban escapar hacia su país a través de la frontera seca. Pericias posteriores indicaron que el cuchillo tenía manchas de sangre que al ser cotejadas con las de la víctima arrojaron una coincidencia de un 99,99 por ciento. El machete sólo presentaba salpicaduras. El lugar del crimen está situado a 20 kilómetros de la zona urbana de Bernardo de Irigoyen. Queda sobre la ruta provincial 18.