Hace 23 días que un nuevo corazón late en el cuerpito de la misionerita Abigail Irrazábal Cabrera, de seis años, y su recuperación se afianza cada día.
Este miércoles 19, la pequeña será ingresada otra vez al Hospital Italiano para su primer cateterismo luego del trasplante de corazón realizado el 24 de mayo último en ese mismo centro de salud. El objetivo de este estudio es verificar que no haya ningún indicio de rechazo de su organismo al órgano trasplantado.
Desde Buenos Aires, donde debió mudarse en forma transitoria toda la familia para acompañar y contener a Abby, su mamá, Nilda Cabrera contó a PRIMERA EDICIÓN que “el cateterismo se hace con sedación completa por lo que creemos que estará ingresada al menos 24 horas en el hospital”.
Su día a día
Desde que fue dada de alta tras el trasplante, la vida de Abby transcurre entre las paredes de su hogar y rodeada casi exclusivamente de su mamá, su papá Ramiro Irrazábal y su hermano Mariano.
“Cuando le dieron de alta del hospital, después de la compleja cirugía que duró muchas horas y le dejó una cicatriz de unos 13 centímetros en el pecho, una de las recomendaciones médicas fue que debía moverse poco, no correr y por supuesto no golpearse. Y la verdad es que cuesta que ella se quede quietita porque cada día se siente mejor, pero la cuidamos mucho. Cuando la ves con el hermano, primero están sentaditos pintando y al rato ya sale disparada porque quiere correr y jugar como cualquier criatura de su edad. Se mira mal cada vez que la freno, a veces se enoja y se va, pero al ratito vuelve y me abraza”, contó su mamá.
Otra de las cosas que a esta niña aún le cuesta aceptar es que no podrá regresar a la escuela este año. “Para evitar riesgos, se redujo al máximo los contactos con otras personas que puedan contagiarle una gripe o cualquier otra enfermedad que circula comúnmente. Estos primeros seis meses son claves, debemos extremar los cuidados para evitar un rechazo del corazón, por eso durante este período no aspiramos ni siquiera a ir de visita a Misiones”, admitió.
Quiere hacer una pijamada en su cumple
El 17 de julio, Abby cumplirá siete años y su sueño es poder festejarlo con sus compañeros de la escuela en una fiesta temática de unicornio.
Sabedora de su situación actual, la niña aceptó que no podrá compartir ese día con todos sus amigos pero le pidió a su mamá organizar una pijamada con sus amigos más cercanos. “Le pediremos permiso a su cardióloga, todavía no sabemos si podremos hacerlo, sobre todo por esta época donde hay mucha circulación de los virus que provocan afecciones respiratorias”, contó Nilda quien recordó que Abigail escribe todos los días una carta para sus compañeros de primer grado “nunca queda convencida con la carta, todos los días hace una nueva y quiere entregársela personalmente cuando regrese a la escuela”
“La veo tan grande a mi hija ahora, pensar que la estamos peleando desde que nació. Escucharla cuando se ríe me emociona mucho, todavía está con la voz finita y chillona por el tubo del respirador y su voz le da mucha gracia”, relató.
Profundamente agradecida
Nilda recordó que, entre tantos momentos difíciles que pasaron durante estos años, estuvo cuando debieron mudarse a Buenos Aires para que Abby ingresara a la lista de espera del INCUCAI.
“Tenía mucho miedo de perder mi trabajo en la Defensoría del Pueblo justo en el momento que más gastos íbamos a tener al vivir en Buenos Aires, pero se portaron muy bien conmigo y mi familia, el defensor del pueblo, Alberto Penayo, nos mostró la gran persona que es, siempre acompañándonos y preocupándose por la salud de nuestra hija. No tengo suficientes palabras de agradecimiento para darle. Me hizo muy feliz su reelección para un nuevo mandato en ese cargo y deseo con todo mi corazón que pase un hermoso Día del Padre”, destacó.