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La joven misionera Melany Michelle Schendelbek fue hallada ayer pocos minutos antes de las 14. La confirmación trascendió de sus padres una vez que tomaron contacto telefónico con ella y les aseguró que estaba bien, a salvo y que quedaría bajo resguardo de los efectivos de la Policía Federal Argentina especializados en la búsqueda de personas, principalmente en denuncias por el delito de “trata”.
Las actuaciones se tramitan vía el Juzgado Federal de Eldorado, a cargo de Miguel Ángel Guerrero, y se tomaron medidas para mantener un silencio absoluto en torno a la familia de la joven. En cuanto a ella, se analizaba anoche su traslado hacia la capital de Córdoba para tramitar todas las pericias necesarias y determinar los pasos a seguir.
La joven es mayor de edad y, de no mediar alguna imputación o presunción de delito, los cuatro días de ausencia y desesperación de sus progenitores por encontrarla podrían decantar en un episodio con el final más deseado, pero que sólo comprendería al seno familiar su debate y solución.
Desde el sábado, todas las alertas comprendidas por los protocolos de búsqueda frente a un caso de desaparición de una mujer, ante la presunción de la captación de una red de trata, fueron encendidas. Las fuerzas federales fueron comunicadas y se entrelazaron tanto con la Policía de Misiones como con la Justicia Federal.
Datos firmes
Los investigadores de la Unidad Regional V, con base en Puerto Iguazú, brindaron los informes pertinentes y se avanzó sobre la pista del viaje a Córdoba en micro.
El dinero con que contaba Melany Schendelbek, alrededor de siete mil pesos, le alcanzarían para pagar un pasaje de ida hasta la capital mediterránea, pero también para adquirir un par de zapatos nuevos.
Aunque resulte frío, tampoco el perfil de Melany coincidía con las característica de chicas que son buscadas por las redes de explotadores laborales y sexuales. Su situación no respondía a los sectores de vulnerabilidad, poseía contención familiar, instrucción y recursos para no caer en este flagelo.
Con estos datos, la sospecha de la privación de la libertad por la fuerza se corrió hacia la captación vía engaño.
Pero los mensajes que el padre de Melany, Miguel (46), aseguró haber recibido del celular de ella no alejaron el drama sino que lo incrementaron, ante la posibilidad de que la joven haya sido tomada cautiva una vez que arribó al sitio donde el rastreo de la señal lo había indicado: Paraná, Entre Ríos.
“Pa, estoy en Entre Ríos, me ponen suero ¡Ayuda!”, fueron los últimos mensajes que Miguel aseguró haber recibido entre la noche del jueves y la madrugada del viernes de la semana pasada.
Los datos obtenidos por los pesquisas de la Policía provincial, confrontados con los resultados logrados ayer, indicaron que estaban en el camino indicado. Que Melany viajó en un colectivo hasta Córdoba capital y desde allí, ya la vía que tomó para llegar a la ciudad de Villa María (son 150 kilómetros por la autopista ruta nacional 9 Córdoba-Rosario) se conocerá cuando la joven pueda explicarlo, donde corresponda, especialmente quién la instó a viajar y quién la fue a buscar. Además de aclarar en qué tipo de medio continuó el trayecto.
Miedo
El temor que se desprendió de la posibilidad de que haya sido raptada o tomada cautiva con fines de explotación se elevó el domingo.
La desesperación de su padre fue notoria y ya se investigaba una presunta captación por la fuerza. Que alguien la había llevado a Entre Ríos contra su voluntad.
El propio Schendelbek relató: “Desde el jueves por la tarde no la volvimos a ver, nos enviamos mensajes de texto a las 16 y después a la noche del mismo día me llegaron más mensajes de WhatsApp en los que aseguraba que estaba bien. Pero ella no los escribió, estoy seguro porque conozco los términos que utiliza y cómo abrevia las palabras. No eran de ellas y se los mostré a la Policía en Wanda”.
También agregó que, ya en la madrugada del viernes, “a las 2.30 volví a recibir mensajes y sí fueron de mi hija porque eran cortitos y precisos: ‘Hola pa, ayuda pa’, ‘Entre Ríos, en Paraná’, ‘Suran gris’, ‘me ponen suero’, ‘un hombre alto, paraguayo’, ‘casa de madera’. Después no se volvió a contactar más y fuimos hasta Paraná a realizar la denuncia”.
Ayer Miguel, en contacto nuevamente con PRIMERA EDICIÓN, fue firme en que no iba a brindar detalles hasta que escuchara de la voz de Melany qué fue lo que le sucedió. “Pido que me entiendan, estamos contentos pero nos pidieron de la Justicia Federal que no hablemos con nadie hasta que todo quede claro”.
“Agradezco la colaboración de todos, incluso los que habían organizado la marcha” prevista para ayer por la tarde, dijo en plena siesta cuando se celebraba la aparición de Melany. Después se recluyó en su hogar con su esposa Mabel, aún consternada por lo sucedido.
“Agradezco a todos, a Dios por sobre todas las cosas, porque iluminó a los policías, los guió, estoy muy emocionado, estábamos desesperados por ella, ahora solo vamos a aguardar a que llegue, teníamos muchas esperanzas en los investigadores, estamos muy contentos con Mabel (esposa y madre) porque está contenida y en cuanto puedan nos van a avisar cuándo y cómo volverá. Que sea lo más rápido posible, queremos abrazarla”, finalizó Miguel Schendelbek.