Aun año de que el FMI aprobara el mayor crédito de su historia para rescatar a Argentina, la economía se contrajo, la recesión se acentúa, la inflación llega al 57% y la desocupación rompió la barrera de los dos dígitos.
Fiel a su historia, el país transita un año electoral plagado de incertidumbres políticas, sociales y económicas. Lo único seguro de aquí hasta octubre es eso, la incertidumbre. Y la semana no se salió de ese molde. Dudas sobre la matriz energética y la posibilidad del Estado de hacer frente a un apagón, dudas sobre el rumbo de la economía, que corre paralela a la sensación de exitismo que expresa el Gobierno nacional. Dudas sobre lo que pueda pasar políticamente a pesar de que los frentes ya se alinearon en la grilla de largada. Y la duda más importante, las de las familias que siguen sacando de acá para cubrir allá y ver qué pasa mientras tanto.
Un país a oscuras
La falla en el sistema eléctrico que provocó el apagón del domingo pasado implicará un costo de 3,5 millones de pesos para el Estado dado que la energía hidroeléctrica proveniente de Brasil será sustituida por energía térmica en valores dolarizados. Por estas horas se lleva adelante una investigación que resultará o no en multas para las empresas de transporte de energía.
Dos sensaciones subyacen al evento en cuestión, la poca o nula capacidad del Estado para hacer frente a una crisis energética y las mismas dudas para desarrollar conclusiones automáticas para determinar cómo puede un país quedarse sin luz durante media jornada.
De fondo prevalece la certeza de que la matriz energética argentina sigue siendo del subdesarrollo, sin chances de diversificación que eviten apagones como el del domingo pasado. La dependencia absoluta de un sistema integrado en el que el Estado no logra siquiera identificar el origen de una falla habla de indefensión absoluta.
¿Es por acá?
En días en los que la dirigencia política volvió a mostrar su peor rostro cambiando ideologías y sacándose la corbata con una rapidez y facilidad que asombran, saber que la economía sigue mal aporta, cuanto menos, certeza para el futuro breve.
Más allá del discurso presidencial, del renovado “lo peor ya pasó” y las invitaciones a “ir por acá”, la economía argentina registró una fuerte contracción del 5,8% en los primeros tres meses del año en comparación con igual período de 2018. Así las cosas encadenó el cuarto trimestre consecutivo en recesión.
El sondeo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) advirtió pronunciadas caídas en sectores clave de la actividad, como el consumo, la inversión y la producción industrial… ¿Es por acá? La salida del proceso recesivo está bastante más lejos que las proyecciones y el optimismo oficial.
Inflación y canasta
Otro aspecto que aporta “certeza” a las economías familiares es que los precios siguen subiendo y eso no cambiará. La Canasta Básica Total (CBT) para una familia tipo, que define el nivel de pobreza, aumentó 61,1% en los últimos doce meses.
Con relación a abril, subió 2,9% y una familia tipo necesitó 30.337,84 pesos para no ser pobre. La Canasta Básica Alimentaria (CBA), que define el nivel de indigencia, aumentó 2% en mayo, y su costo se elevó a 12.806,78 pesos. La canasta total aumentó en los primeros cinco meses del año un 19%, mientras la alimentaria creció 18,5% desde diciembre último.
¿El agregado? Ambas superan en cuatro puntos porcentuales la variación de la inflación en la medición interanual.
Al mismo tiempo, el INDEC analizó que los precios mayoristas subieron 4,9% en mayo con relación a abril y acumularon un alza del 68,5% en los últimos doce meses. Los precios mayoristas se van trasladando gradualmente a los minoristas.
El trabajo en caída
Otro rubro que eriosiona la sensación de triunfalismo del Gobierno nacional es la baja performance en materia ocupacional. Y es que el desempleo subió en el primer trimestre del año al 10,1% de la población activa, el indicador más alto desde que asumió el gobierno de Mauricio Macri y el mayor en trece años. Hay 1.920.000 desocupados urbanos, 220.000 más que un año atrás y si se incluye la población rural, el desempleo golpea más de 2 millones de personas.
¿La buena, por decirlo así? El NEA fue la región menos golpeada por este flagelo que mostró su peor rostro en la zona sur del país. El distrito de Ushuaia registró el índice más alto de desempleo con 13%. En el otro extremo el Gran Resistencia en el Chaco, con un 1,2% de gente sin trabajo. En el Gran Posadas, en tanto, el registro fue de 4,9%.
Del análisis fino del informe del INDEC surge que el 5,5% de los desempleados son jefes de hogar y que la desocupación afecta más a las mujeres. El desempleo afecta al 11,2% de las mujeres y al 9,2% de los varones, y mostró un crecimiento del 1% en ambos sexos.
Caras e incómodas
Que la macro y la microeconomía sigan dando señales adversas no evita que la dirigencia nacional continúe enfrascada en las elecciones. De hecho vamos rumbo a la encuesta electoral más cara de la historia, una etapa que el macrismo quiere evitar a toda costa y no precisamente por hacer un ahorro.
En la superficie, la mayoría de los frentes electorales no presentarán más de una lista de candidatos a presidente ni a legisladores nacionales. Pero por lo bajo las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO, 11 de agosto) servirán para desnudar todo los votos que perdió el Gobierno desde que lo es y todo lo mal que le podría ir si las elecciones fueran el próximo domingo.
El argumento de que costarán 4.300 millones de pesos vale en la superficie, por lo bajo lo que se intenta es ocultar el humor social.
Más allá de esa dicotomía, los líderes de cada uno de los espacios designó, sin otro proceso más que la simple decisión, a los candidatos que dirimirán las generales de octubre. Y en ese tren de decisiones hay que destacar la destreza del peronismo para abrirse camino en cualquier contexto. Gane quien gane en octubre, habrá un peronista en el poder.
Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner expresan una latitud del peronismo que por estos días lucha por quitarse el estigma de jugar en un extremo. Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey se deslizan por la avenida del medio buscando hacer la diferencia entre el desencanto de modelos. Mauricio Macri y Miguel Ángel Pichetto son una apuesta frente a la crisis y al fracaso del modelo. El actual nunca arrancó del todo y para traccionar a los desencantados hubo que arrimar a un peronista en la fórmula.
Párrafo aparte el de los radicales y su infinita paciencia. Una vez más, terminan siendo el relleno de una administración que echa mano de ellos cuando hay que anunciar crisis.
La lectura del contexto
Mientras los candidatos nacionales se disputan las preferencias de los gobernadores, en la provincia entendieron que la boleta corta representa la mejor opción para que el misionero elija en forma individual al candidato a presidente que más le guste, aunque al mismo tiempo podrá optar por los diputados nacionales que mejor representarán los intereses locales.
Bien se sabe que no por ser de Misiones tal o cual legislador defenderá a su provincia. Ocurrió por ejemplo meses atrás, cuando Luis Pastori votó en contra del impuesto cero a la transferencia de los combustibles hacia la provincia.
El oficialismo en Misiones percibe que el riesgo crece cuando los candidatos son designados desde Buenos Aires y por ello la boleta corta es una opción que antepone a la Provincia por sobre la Nación.
La tendencia de la campaña indica que los argentinos llegaremos a octubre polarizados y desde Misiones se intenta evitar caer en la grieta entre el macrismo y el kirchnerismo que, al fin y al cabo, terminará por dirimir la elección presidencial.
Al igual que Misiones, otros distritos hicieron esa lectura y se decantaron por la boleta corta. Córdoba, Río Negro o Neuquén son algunas de ellas. De todas maneras ello no implica la interrupción del diálogo político, de hecho en la semana el candidato a vicepresidente Juan Manuel Urtubey pasó por Misiones y, antes de partir, manifestó su total respeto por la decisión local de no poner fórmulas presidenciales en la boleta.
A niveles más locales todavía quedan ecos del batacazo de “Lalo” Stelatto en Posadas. La lectura final del escrutinio deja un dato relevante. El intendente electo penetró en los circuitos 1 y 2, allí donde antes no había podido hacerlo la renovación. Su campaña, anclada en la gestión al frente de Vialidad, surtió efecto allí donde antes triunfaba la oposición. También subyace la realidad de que la crisis devenida del modelo nacional hizo pie en las ciudades y ello también traccionó el triunfo de la renovación y de Stelatto.