La Policía Federal inició la investigación minuciosa hace cuatro meses, con los primeros rastreos y seguimientos a camiones de gran porte que arribaban a la zona costera del río Uruguay. La sospecha no descartaba actividades de narcotráfico, pero el “negocio” era otro: el contrabando millonario y por toneladas de granos de soja a Brasil.
El sábado, con las órdenes emanadas del Juzgado Federal de Oberá, se desbarató una organización de contrabandistas que transportaban soja a granel desde campos en Santiago del Estero y Chaco, la embolsaban clandestinamente en la zona de colonia El Progreso (El Soberbio) y la cruzaban en precarias balsas de madera hacia el vecino país.
Según las fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, “la actividad era millonaria”. Con falsos remitos y demás documentos, las cargas oleaginosas atravesaban múltiples controles hasta la orilla del río Uruguay. Allí, con el amparo de actividades de chacra, se descargaban los camiones y los granos eran embolsados y cosidos como si fueran producción brasileña. Una vez que las cargas cruzaban el cauce, ya en suelo vecino, su procedencia ya no debía explicarse a ningún organismo impositivo o de sanidad.
El sábado se realizaron trece allanamientos autorizados por el juez federal José Luis Casals, uno de ellos en un domicilio de Oberá y los restantes en los centros de acopio de la soja en El Soberbio.
El operativo fue denominado “Kumandá” (poroto en guaraní) y el presunto cabecilla de la organización, un supuesto comerciante misionero de 51 años, fue detenido y puesto a disposición del juez mencionado.
Los investigadores de la Policía Federal lo atraparon en simultáneo a los demás allanamientos. Además secuestraron tres camiones cargados con soja, cuatro armas sin registrar, entre ellas un revólver Smith Wesson 357, una camioneta Toyota Hilux, 502 bolsas de fertilizante producido en Brasil sin remitos de compra y menos de importación, 22 toneladas de alpiste, también sin documentación de transporte, una grúa para cargar las balsas, una cinta elevadora, una motocicleta, cartas de porte, una máquina para coser las bolsas, 140 mil pesos (monto que incluye dólares y reales) y varias patentes de vehículos brasileños, entre otros elementos probatorios o que comprenderían evidencia de los contrabandistas.
El operativo “Kumandá” contó con el apoyo de agentes de la AFIP-Aduana, quienes también se sorprendieron al notar el volumen y la logística con la que contaba la red en Colonia El Progreso para traficar los granos. “Va a costar mucho estimar la cantidad de dinero que se evadió con la venta en negro y con el contrabando”, admitió una de las fuentes que participaron de los allanamientos, aunque a última hora de ayer se calculaba oficialmente en torno a los 14 millones de pesos para la carga secuestrada.
Ninguno de los involucrados (no sólo el supuesto cabecilla detenido) que quedaron supeditados a las causas por violación al Código Aduanero y tenencia ilegal de arma de fuego, entre otros delitos, estaban inscriptos en la AFIP como contribuyentes para realizar tamaña cantidad de transporte y comercialización.
Hoy, desde la delegación Eldorado de la Policía Federal, será llevado a Oberá el aprehendido para ser indagado y se le impute provisoriamente de los delitos.
“Un kapanga”
Los movimientos del supuesto cabecilla de la organización descubierta por la Policía Federal fueron definidos como los de un “kapanga de la costa del Uruguay”.
En camionetas lujosas y sin respeto alguno incluso por los controles viales. Un camión de presunta propiedad del sospechoso fue interceptado 10 días antes por Gendarmería Nacional en San Vicente. Transportaba soja sin aval de procedencia y sin registro de pago de impuestos de ingreso a Misiones.