“El mensaje que se está dando es que en un momento de turbulencias a nivel multilateral, en un momento de tensiones geopolíticas, hay gente que apuesta por más cooperación y más apertura comercial”, dijo a la AFP Arancha González, directora del Centro de Comercio Internacional (CCI), una agencia conjunta de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y de la ONU, con sede en Ginebra.
En un momento de declive de los intercambios comerciales, “se trata de una señal fuerte, anunciar un acuerdo como este durante una cumbre del G20 en la que Donald Trump y el presidente chino, Xi Jinping, deben reunirse el sábado, en plena guerra comercial”, explicó a la AFP una fuente europea.
Desde su llegada a la Casa Blanca en enero de 2017, el presidente estadounidense criticó el multilateralismo y puso en entredicho los tratados comerciales, al tiempo que impuso aranceles a las importaciones chinas, pero también a las de acero y de aluminio.
El presidente estadounidense renegoció con Canadá y México el acuerdo comercial norteamericano y se retiró del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), cerrado por su antecesor Barack Obama con 11 países de Asia y de América.
Con un G20 que no logra condenar el proteccionismo en sus declaraciones desde que Trump se lo impide, y una Organización Mundial del Comercio (OMC) que podría verse paralizada a finales de año, el anuncio del acuerdo con Mercosur durante el G20 adquiere un matiz simbólico.
“No hay que olvidar que en el G20 hay un montón de países que han firmado el acuerdo del TTP sin Estados Unidos, entre ellos el Japón el anfitrión de la cumbre”, recordó González. Canadá, que alcanzó el CETA con la UE, también está presente, recordó.
Favorable a Macri y Bolsonaro
Para Ward McCarthy, economista jefe del banco de inversiones estadounidense Jefferies, lo principal es que las tensiones comerciales se rebajen lo más rápido posible para que no lastren el crecimiento.
“Todo el mundo se beneficia del libre comercio, pero en una guerra comercial no hay ganador”, explicó durante un encuentro reciente con la prensa en París, cuando destacó que las tensiones comerciales solo se podrían justificar si “sirven para alcanzar un objetivo”.
“Si atravesando este periodo, bastante desagradable, se obtiene un entorno más favorable al libre comercio, entonces se puede decir que valió la pena”, destacó. “Pero cuanto más tiempo pasa, más malo es y no solo para China y Estados Unidos, sino también para la economía mundial”.
El economista aludió a la guerra comercial entre Pekín y Washington y a las negociaciones entre Trump y Xi, que este sábado se reúnen en Osaka para intentar atajar la escalada comercial y tecnológica abierta entre sus países.
En Europa, la Comisión Europea obtuvo el mandato para llevar a cabo negociaciones comerciales con Washington, pero dejando al margen la agricultura, tras la decisión de Trump de otorgar un nuevo plazo antes de sancionar las importaciones de vehículos.
El acuerdo también llega en un momento oportuno para el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y su homólogo argentino, Mauricio Macri, pues el primero acaba de llegar al poder (en enero) y el segundo se prepara para unas elecciones presidenciales, en octubre.
“Para Macri, este acuerdo podría ser la ocasión de mostrar el apoyo internacional a sus reformas”, explicó la fuente europea, convencida de que Bolsonaro también necesita ese tratado, después de una reunión con Trump en la Casa Blanca “que no terminó demasiado bien”.
Desde el punto de vista de Mercosur, “ha llegado el momento de cerrar una alianza estratégica con la UE, que ha tardado en perfilarse […] y que busca una mayor liberalización para hacer sus economías más competitivas”.
Según la OCDE, los dos principales motores económicos de Mercosur, Brasil y Argentina, figuran entre los países “menos abiertos” en la escala mundial, paradójicamente, junto a Estados Unidos.
Veinte años no son nada
La Unión Europea (UE) y el Mercosur lograron el acuerdo provisional para estrechar sus relaciones comerciales, tras un largo camino marcado por pausas e impulsos, con la cuestión agrícola sobrevolando las negociaciones.
• Río de Janeiro, 28 y 29 de junio de 1999: Río de Janeiro acoge el 28 y el 29 de junio la primera cumbre de mandatarios europeos y latinoamericanos, que sienta las bases de la negociación para lograr un Acuerdo de Asociación interregional entre ambos bloques en 2005.
• Lisboa, 20 de octubre de 2004: Ambos bloques deciden prolongar la negociación más allá del 31 de octubre, fecha inicialmente prevista para cerrar las tratativas, durante una reunión en la capital portuguesa de ministros del Mercosur y de comisarios europeos. El detonante fue un insatisfactorio intercambio de ofertas en septiembre entre el Mercosur y la UE. “Ambos llegamos a la conclusión de que éramos ambiciosos y que debíamos esperar”, dijo el entonces comisario de Comercio, Pascal Lamy. Aunque las discusiones continuaron, la negociación entró en la práctica en punto muerto durante 6 años, supeditada además supeditadas a la fracasada ronda de Doha para la liberalización del comercio mundial.
• Madrid, 17 de mayo de 2010: Los líderes de la UE y el Mercosur escenifican en una cumbre en 2010 el relanzamiento de las negociaciones de cara a un tratado “ambicioso y equilibrado”, en palabras del entonces dirigente español, José Luis Rodríguez Zapatero.La cuestión agrícola marcó de nuevo esta reunión en la capital española con la dirigente argentina, Christina Kirchner, llamando a abordar el proteccionismo “en toda su extensión”, en una referencia a los “subsidios” agrícolas en la UE. La reanudación de las negociaciones, que a nivel técnico comenzaron en julio, suscitó además la oposición de 10 países europeos, con Francia a la cabeza, por temer que se vean comprometidos sus intereses agrícolas.
• Bruselas, 11 de mayo de 2016: Seis años después de la reanudación de la negociación, ambos bloques intercambiaron de nuevo ofertas arancelarias, pero los europeos decidieron excluir temporalmente los productos agrícolas sensibles para el bloque europeo. Ambas partes decidieron no obstante continuar las tratativas cuando la afinidad ideológica entre ambos era más patente con la subida al poder del liberal Mauricio Macri en Argentina y, poco después, de Michel Temer en Brasil. La llegada del proteccionista Donald Trump a la Casa Blanca en 2017 supuso un nuevo impulso. En junio, los mandatarios europeos urgen en una declaración a “avanzar” en las negociaciones en curso, “en particular” con el Mercosur.
• 28 de junio de 2019, Bruselas: Aunque la elección del ultraderechista Jair Bolsonaro a fines de 2018 en Brasil generó incertidumbre en la UE respecto al acuerdo en negociación, ambos bloques cerraron finalmente en Bruselas este viernes un acuerdo. Pero el camino es largo. Los negociadores deben ahora cerrar los últimos flecos, comprobar la coherencia jurídica del texto y traducirlo a las diferentes lenguas, antes de la firma del acuerdo final, algo que puede tomar tiempo. La firma en octubre de 2016 por ejemplo del acuerdo entre la UE y Canadá (CETA) tomó dos años desde el anuncio y estuvo bloqueada temporalmente por la región belga de Valonia que impedía a Bélgica dar su visto bueno a la rúbrica.
Fuente: Agencia de Noticias AFP/NA