Da unos pasos hacia atrás y observa el lienzo. Con las manos pintadas en múltiples colores y la ropa salpicada con pintura: humedece el pincel y se acerca. Busca el detalle, la perfección vista desde su universo.
Con movimientos sigilosos genera luz, sombras, energía y cierto misterio. Después de idas y vueltas, finalmente se lo escucha: “Listo. Ahora sí quedó”, confirma el artista Matías Rivas.
Sus óleos, es cierto, hablan por sí solos. Pertenecen a un “movimiento propio”. Al cual define “como misionero”. Las figuras humanas aparecen deformadas, colores intensos y cierto lenguaje neofigurativo.
Siempre fue dibujante, desde pequeño. “Digamos que nunca dejé de dibujar”. Pero, su primer cuadro lo pintó a los 18 años. Y lo llamó: Trasfondo de Microondas Cósmicas.
Ese día, mientras observaba su obra, pensó: “Esto es lo que haré por siempre. Porque fue en ese momento cuando me di cuenta qué era lo que quería hacer en mi vida”.
Mi profesión es la de pintor, desde hace varios años vivo de esto. Y hoy, mi sueño a nivel profesional y personal es trascender”.
Con 29 años se define “más pintor que dibujante y disfruto mucho de eso”. Para Matías, lo más maravilloso “que me da la pintura es poder pasar mucho tiempo en un estado meditativo. De esta forma poder entender la existencia desde un punto místico, que se despega de los conceptos habituales de la rutina”.
Nació en Campo Viera, donde vivió hasta los 3 años y medio. Y de allí “me quedan recuerdos muy profundos, guardados en el fondo de mi memoria”.
A la edad de 4 años, la familia Rivas se mudó a Oberá. Allí vivió hasta los 17. “Luego nos mudamos a Posadas, donde viví hasta los 27”.
Hoy reside en Capital Federal, “mi primer año lo viví en Palermo y actualmente, estoy en Recoleta”.
Lleva más de diez años viviendo de su profesión como artista. “Moviéndome entre los cuadros de mi taller y los murales”. En medio de ese mundo de colores, “investigo e intento comprender el arte, el significado real y místico que se esconde detrás de la palabra. Vivir de la pintura me ayuda a entender este misterio”.
En este momento, el artista se encuentra trabajando en dos series: Crónicas y Antediluviana.
Explica a la Revista SextoSentido que “Crónicas” es una serie de obras costumbristas y contemporáneas. “Allí me inspiro en momentos poéticos y aventuras extraídas de la noche bonaerense”.
Su serie “Antediluviana” está inspirada en descubrimientos arqueológicos, “recolectados por todo el mundo, donde se ven vestigios de una humanidad anterior y diferente a la que conocemos”.
Sus expectativas “son madurar mi pintura, poder viajar y experimentar nuevas culturas, paisajes, conocimientos y seguir creciendo hasta donde se pueda. Me gustaría pintar cuadros y murales por todo el mundo, mover todo lo que voy aprendiendo”.
Las exposiciones
Desde el 2012, Maticus expone de forma individual y colectiva. En Misiones, sus muestras han sido exhibidas en: Casa de Gobierno, Museo Vicente Cidade y Museo Juan Yaparí.
A nivel nacional, el artista presentó sus trabajos en la galería La Rosa China, La Plata, Buenos Aires. Y hace apenas unas semanas estuvo en la Galería Error, en la muestra Colectiva “Estados Alterados”.
“Maticus” y Matías
A los 17 años Matías soñaba constantemente con un personaje de madera, que al principio, era un árbol. Un día, una amiga bautizó al personaje como: ‘el Maticus’. “Con el tiempo lo fui aceptando. Hoy mi firma es una composición de dos ‘M’ invertidas, forman un símbolo de infinito, representa a Matías y a Maticus”.
Por
Susana Breska Sisterna
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Fotografías Gentileza: Lucia Raiden