
La apasionante vida de la maestra Angélica Schnarbach, que en enero pasado reflejó PRIMERA EDICIÓN en una extensa nota, llegará ahora a la pantallas televisivas de todo el país, como parte de un ciclo de unitarios que emitirá el canal Telefe a fines de este año.
Esta producción que se filmará en Misiones, más precisamente en locaciones de Leandro N. Alem, Picada Sueca y Caá Yarí, entre otros puntos de la provincia, contará además con la destacada presencia de dos misioneros: Daniel Sheske y Adela Érica Görhing, madre e hijo, que actuarán en el capítulo dedicado a la valiente descendiente de inmigrantes europeos y, entre otras cosas, precursora de la Fiesta de la Yerba Mate.
Cabe destacar que Daniel y Adela ya tienen experiencia audiovisual, ya que el año pasado fueron parte de un documental filmado también en la tierra colorada y emitido en su momento a nivel internacional por History Channel, sobre la búsqueda de Adolf Hitler en Argentina.
Una producción impactada
La producción del “canal de las pelotas” quedó impactada con la historia de Angélica Schnarbach y desde octubre comenzaría a filmar el capítulo con la vida de esta maestra, su amplio legado y trágico final.
Sergio Casabianca, scouting de locaciones de Telefe, visitó días atrás Leandro N. Alem y sus alrededores en busca de los posibles sets de filmación y de los personajes (extras) que darán vida a la historia. “Los actores principales rodarán en Misiones y una parte menor en estudios de Buenos Aires”, relató Casabianca al sitio web Alem News, antes de regresar a Capital Federal.
“Estábamos buscando historias para un unitario que se emitirá por Telefe y nos encontramos con la historia de esta maestra rural que no deja de sorprenderme. Desde que llegamos comenzamos a escuchar historias de sus exalumnos, vecinos y conocidos y no tenemos duda que será un capítulo fuerte”, aseguró.
Por otra parte, el “scouter” adelantó al medio local que “vimos dos personas de Alem que ya habían hecho TV y nos parece que los perfiles son los que buscamos. Ya fueron confirmados y me imagino que será una alegría para la ciudad, yo soy del interior también (NdR: nació en Rafaela, provincia de Santa Fe) y recuerdo que cuando veía cosas de mi ciudad era muy emocionante”.

La emoción de madre e hijo
Tras esta visita nacional, PRIMERA EDICIÓN dialogó con Daniel y Adela, los elegidos para actuar en este unitario dedicado a la maestra misionera.
Daniel fue el primero en hablar y dijo que “nos llena de alegría a mí y a mi mamá poder estar en esta filmación que relatará la vida de Angélica Schnarbach, una enorme mujer y conocida por todos en la zona”.
“No somos actores ni mucho menos, somos gente de trabajo. Yo soy licenciado en Periodismo, pero hoy me dedico de lleno al rubro de la imprenta, pero como ya tuvimos una participación importante en un documental para una cadena internacional, creo que volvieron a confiar en nosotros por eso y por conocer la historia de esta maestra”, especuló.
Adela agregó emocionada que “a mí me pone muy contenta que me vuelvan a elegir para ser parte de un set de filmación, es algo realmente increíble y sorprendente”.
Aunque aclaró que “no la llegué a conocer a Angélica”, aseguró que “sé de su obra, su legado y su triste final. La mayoría de la gente conoce. Ella se afincó en Picada Sueca, donde la mayoría eran inmigrantes ucranianos. Yo lo hice con mi familia en Picada Belgrano, donde estaban las llegadas de Alemania, porque somos descendientes de inmigrantes alemanes y polacos. Había mucha distancia entre una picada y otra y ahora no es como antes: nosotros salíamos poco y nada, sólo íbamos de vez en cuando al pueblo y nada más”, explicó para justificar no haber llegado a encontrarse personalmente con Schnarbach.
Al respecto de esta nueva incursión cinematográfica, Daniel adelantó que “es un gran desafío para nosotros: Angélica fue una mujer que hizo mucho por Picada Sueca, por la Escuela 97, fue la precursora de la Fiesta de la Yerba Mate, una mujer muy dedicada y sufrida, que además tuvo un triste final”.
El hombre nacido en Alem comentó que “todavía no me pude conectar con la producción para conocer mi papel y el de mi madre, solamente se nos ratificó en el set. Ojalá mi mamá y yo podamos plasmar e interpretar de la mejor manera lo que la producción tenga y quiera dar a conocer sobre Angélica. Estamos contentos y orgullosos de estar en esta filmación”, finalizó.
Una vida de película
Angélica Schnarbach nació en el municipio misionero de Santa María el 14 de enero de 1894. Hija de inmigrantes alemanes y polacos, fue la penúltima de doce hermanos. En 1912 se recibió de maestra y a partir de ahí dedicó su vida a la docencia y al servicio a la comunidad. En 1913 Angélica se convirtió en maestra de la Escuela 56 de Colonia Paraíso, en Apóstoles. En 1921 fue trasladada a La Picada San Javier, donde asumió como directora de la Escuela 79 y, en paralelo, ese mismo año fundó la Escuela 97 en Picada Sueca.
Los pobladores de este último lugar la recibieron de muy buena manera, con la ayuda de los vecinos limpió más de una hectárea y allí armó un galpón que transformó en aula. A partir de ahí comenzó a aplicar el concepto de ‘enseñar haciendo’, combinó la teoría con la práctica. Organizó huertas escolares, plantaciones de árboles de las más variadas especies, armó jardines, preparó gallineros y criaderos de chanchos. A los niños les enseñó a hacer almidón, jabón, velas, aceite de tártago y -lo más importante para la época- almácigos de yerba mate. Más tarde sería el cultivo madre y más redituable de la economía familiar de toda la zona, y todo gracias en parte a Angélica.
En 1935 logró que en Picada Sueca hubiera una estafeta de correos, abrió y mejoró caminos de la zona, también fue la impulsora de la biblioteca popular “Mariano Moreno”, un destacamento policial, de diferentes comisiones vecinales y de ex-alumnos, de talleres de gastronomía, corte y confección y de pintura y escultura, entre otros.
El primer automóvil Ford a pedal de la región lo tuvo esta maestra y lo usó para transportar enfermos y hacer más de una diligencia para los vecinos de toda la zona. Además, en verano, iba a Buenos Aires para hacer cursos y lo aprendido lo volcaba en forma inmediata a su regreso a Misiones.
No extraña, así, que no tuviera tiempo para casarse y tener descendencia, pero, además de las múltiples actividades que tenía dentro y fuera de la escuela, se hacía un tiempo para ayudar a las familias recién llegadas (rusos, alemanes y polacos, entre otros) que hablaban idiomas que ella manejaba, enseñándoles el castellano e inculcándoles la identidad nacional y el amor por el suelo misionero.
Yerba mate, muerte y olvido
En 1942, “fiel a sus ideales, Angélica vio la necesidad de unir en una conmemoración la importancia de la yerba mate, por ser producto regional y genuino, legado por los pueblos jesuítico-guaraníes, y el reconocimiento justo al esfuerzo de los que dedicaban su vida a este cultivo, cosecha y elaboración”, relató a PRIMERA EDICIÓN Gloria Torres, una de las encargadas de elaborar un exhaustivo informe de la vida y obra de Schnarbach junto a alumnos del Taller de Cultura y Turismo de la Tercera Edad de la UNaM.
Torres recordó además que “esta maestra proyectó, promovió y organizó la primera Fiesta de la Yerba Mate, que se llevó a cabo con total éxito en 1942, en la Escuela 97, establecimiento que ella fundó y que en ese entonces celebraba 21 años de vida”. El éxito de esta primera edición fue tal que el propio gobernador de Misiones en ese entonces, Esteban Semilla, instituyó por resolución 838 que la última semana de agosto se realice la Fiesta de la Yerba Mate. Al año siguiente, y debido a la Revolución de 1943, la fiesta no se desarrolló con todo el esplendor de la primera pero igual se hizo en la Escuela 97 y bajo la organización de Angélica. En 1944, cuando se iba a realizar la tercera edición de la Fiesta en Picada Sueca, se trasladó a Posadas y se la incluyó dentro del programa “Quincena del Turismo” en forma conjunta con el Primer Congreso Nacional del Tabaco y la Segunda Muestra del Trabajo Regional. Y fue este último emplazamiento el que se tomó como antecedente de los inicios de la festividad yerbatera, dejando de lado su auténtico origen y a la innegable impulsora de la idea inicial.
Además del “olvido político” y social casi generalizado respecto a ella, Angélica Schnarbach tuvo un trágico final y así lo detalló Susana Pereira, otras de las encargadas de llevar adelante el informe del taller universitario para transformar, aún más, en apasionante esta historia: “Ya jubilada, todos los años regresaba a su querida Picada Sueca y llevaba regalos, dulces y obsequios para los alumnos de la Escuela 97. Al regresar de esa entrega, en vísperas de Navidad, el 24 de diciembre de 1953, por el mismo camino que había ayudado a construir y mantener una y mil veces, fue interceptada por un grupo de hombres que, en aparente estado de ebriedad, la asaltan, la violan y finalmente la matan a puñaladas elevándola a mártir de la historia de la región”.
Gloria Torres añadió al respecto que “su trágica muerte se lamentó mucho en Picada Sueca, ya que Angélica era muy querida en toda la zona por grandes y chicos. Sus restos fueron enterrados en Apóstoles y, de ahí en más, Angélica Schnarbach quedó en el olvido”.