Ante la reciente reactivación de este tipo de esquemas piramidales, la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC), el área de la Procuración General de la Nación encargada de investigar delitos económicos, reiteró días atrás un comunicado oficial en el que remarca que el esquema de la Abundancia podía terminar en una estafa, o en delitos como la captación ilegal de ahorros sin autorización de entidades como la Comisión Nacional de Valores, penados con multas y cárcel.
“Se trata de un mecanismo mediante el cual se invita al público a colocar su dinero con promesas de retribuirle intereses exorbitantes”, pero “dado que el dinero ingresado no se destina a ninguna actividad que de por sí produzca utilidades, la posibilidad de obtener la ganancia prometida depende exclusivamente del ingreso de nuevos participantes”, establece textualmente la PROCELAC.
El comunicado alerta, en este sentido, que “a medida que se van creando nuevos grupos, se van necesitando cada vez más personas para completarlos, lo que aumenta las posibilidades de que el mecanismo se quiebre y se produzcan pérdidas”.
“En caso de ser víctima de una estafa, la PROCELAC recomienda efectuar la denuncia penal correspondiente”, agrega.
Antecedentes judiciales
La mayor acusación contra un esquema piramidal de estas características en Argentina apunta a “Hope Funds”, la empresa presidida por Enrique Blaksley, hoy preso en el penal de Ezeiza. A través de ese esquema, y con una trama de más de 60 sociedades offshore, ofrecía a inversores retornos casi “mágicos” de más del 10%.
Blaksley está acusado de lavado de activos y estafa, con más de 300 damnificados que se presentaron en el expediente y un daño total estimado de 1.500 millones de pesos.
Mientras se define judicialmente este caso, hay otro más “modesto” que ya llevó a la cárcel a una mujer por el delito de “estafa”, al no poder pagar lo que prometía.
Fue en la localidad riojana de Chamical, en julio de 2016, cuando el “Telar de la Abundancia” todavía se “ofrecía” como “Flor de la Abundancia”. Según un cable de la agencia de noticias Télam, Julieta Magalí Ruiz (quien entonces tenía apenas 18 años) prometía multiplicar hasta ocho veces el aporte de 18 mil pesos que debía realizar cada ingresante al sistema.
Se estima que hubo al menos 1.500 personas involucradas en el círculo y algunos incluso ganaron grandes sumas, pero luego el esquema se quebró y casi todos perdieron el dinero depositado.
Es que, para que la rueda de dinero siga girando, deben incorporarse permanentemente más personas que aporten dinero. Cuando esto deja de suceder, el “telar” se trunca y aquellos que pusieron dinero quedan “atrapados” y sin posibilidad de recuperar su aporte, ni hablar de llegar a la ganancia prometida inicialmente.
En el caso de La Rioja, todo terminó con más de 300 denuncias presentadas en la Justicia penal contra la joven, que fue acusada por una estafa de más de siete millones de pesos.