Son fanáticos de la marca del óvalo y por lo general son dueños de más de un vehículo de la marca. Hace veinte años conformaron el Club Halcón Misiones y desde entonces no dejan de exhibir sus autos y cultivar la amistad que consolidaron con el paso del tiempo. “Empezamos a juntarnos el primer domingo de cada mes. Antes lo hacíamos en el Parque Paraguayo pero cuando empezó la obra de la costanera debimos bajar a la zona del anfiteatro y ahora nuestro punto de encuentro es la pizzería que está frente al monumento al Papa”, manifestó Edgardo Ortíz o “Peckos Pasión”, conocido por conducir a “El trotamundos” modelo 1987. Al momento de crearse el grupo, conducido desde los inicios por Mauricio Vedoya, tenía ocho miembros. Ahora son casi 50, diseminados en distintos puntos de la provincia.
Hay afiliados en Posadas, Oberá, Eldorado, Puerto Iguazú, por citar algunos municipios. También obtuvieron adhesiones de Corrientes, Córdoba, Buenos Aires y Capital Federal. Se enorgullecen cuando los “curiosos” se acercan a tomar fotografía. “Hay adultos que te dicen yo tenía uno de éstos y empiezan a relatar parte de su vida. En mi caso, dos adultos grandes con bastón me pidieron para sentarse.
Uno arrancó, aceleró y se le piantó un lagrimón. Ahí me di cuenta que extrañan y que le da placer ver a los autos bien cuidados. Lo más lindo es que la juventud que se prende con esto. Hay chicos de 18 o 20 años que quieren tener un clásico cuando tienen la posibilidad de tener un auto nuevo”, confió Ortíz, padre junto a Cristina, de Gastón (26), Gabriela (25), Gisela (18) y Giuliana (11) que, entre broma y broma, se disputan la tenencia de los Falcon de papá. Reconoció que “cuesta restaurarlos, mantenerlos”, pero que “una vez que funcionan no se rompen nunca más. Están hechos para perdurar, y eso es lo bueno de la marca”.
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Sostuvo que se dan en llamar club pero que, en realidad, son encuentros de amigos, familia, de gente fanática de la marca. “Lo más importante es que fuimos reconocidos a nivel nacional en el libro de Ford como uno de los clubes más representativos de la provincia por su gran número de adeptos”, narró. Contó que viajan en caravana a encuentros internacionales que se hacen en Brasil, Paraguay, y que en los encuentros de la provincia siempre hay algún representante del Club Halcón. “Es una entidad sin fines de lucro, es simplemente tener el Falcon del año que sea, tratar de restaurarlo y traerlo a la exposición”, alegó.
Cuando se encuentran en la ruta se saludan mediante seña de luces. “Lo más lindo es verlos viajar y cuando vamos en caravana ni te cuento. Cuando transitan de a diez, la gente pasa, saluda, y eso es lo mas gratificante para los amantes del Falcon”, agregó.
En el caso de “Peckos”, la pasión viene desde su padre, Luis. Vivían en Eldorado y por el estado de los caminos había que tener una camioneta y un auto duro. “Teníamos Falcon, Fairlane, Taunus, F-100, de ahí viene mi amor por esa marca. Me crié viajando en un Fairlane, que era gigantesco.
Siendo niños, con mi hermana Mónica, dormíamos en el asiento trasero que era enterizo”, recordó. A los 28 se compró el propio y no paró porque “manejar un Falcon es algo inigualable, la estabilidad que ofrece, es algo inexplicable”. La mayoría de los integrantes tienen “como mínimo” un Falcon.
“Somos muy fanáticos. Yo tengo dos y otro en proceso de restauración. Lo restauro solo. Voy y compro el detalle que necesito, busco el chapista, hago el motor con el mecánico. Generalmente te aconsejan adonde conseguir las cosas. La mayoría se pide vía buenos Aires porque acá hay muy pocas”, explicó, quien desde hace 30 años se desempeña como preceptor en la EPET Nº 1, es DJ, intendente en el Automóvil Club Misiones y oficial de pista de la Federación Misionera de Automovilismo Deportivo (FEMAD). Cuando compró el último rodado, lo primero que hizo fue llevarlo al taller para que lo dejaran en condiciones. Una vez que lo saqué, lo usé para toda clase de viajes y para el traslado de cosas. Una vez saqué el asiento de atrás y cargué 800 kilogramos de mercaderías para un vecino que tenía un kiosco, que lo dejó petizón. No volví a repetirlo pero quedó comprobado que se adapta y aguanta”.
“El trotamundos” es muy conocido porque Ortíz viaja con él a todos lados. “Cuando un Ford gana una carrera siempre se acomodan al lado de mi Falcon y empiezan a saltar porque es el que está más a mano y es el más conocido. Como trabajo en el Autódromo Rosamonte, tengo mucha afinidad con los pilotos del TC. Siempre invito a uno de la marca para que acudan a la cena con los afiliados”, manifestó. Cuando Mariano Werner, Juan Manuel “Pato” Silva, José Ignacio “Nacho” Savino, Omar “Gurí” Martínez, Emanuel Moriatis, Juan Pablo Gianini, acuden a la cita, los integrantes del Club Halcón Misiones “le preguntan de todo, se sacan fotos. Es gratificante. Es un privilegio. Ellos son muy sencillos”.
Sobre la posibilidad de reeditar este modelo, Ortíz comentó que allá por 2008 circuló una versión que daba cuenta que iban a fabricar Falcon a pedido. Y llovieron solicitudes a la fábrica de Pacheco, en Buenos Aires pero “quedaron muy pocas partes y volver a armarlas costaba un dineral. Se desechó la idea y nunca más se dijo nada al respecto”.