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Integrante de una reconocida familia de artistas de la capital misionera, Aldo Pedro Vendrell (45) se estableció en España con el propósito de probar suerte, como lo hicieron muchos de sus compatriotas después de la experiencia del “corralito”. Junto a su esposa, la marplatense Laura Paraje Esteve, se llevaron lo indispensable para permanecer lejos de los afectos pero, particularmente, la música y la danza de nuestro país que es lo que vivenciaron desde jóvenes en un ballet de Posadas y lo que los llevó a unirse en matrimonio.
En Valencia, donde residen desde hace quince años, se encargaron de divulgar estas tradiciones y conformaron el Grupo de Música Popular Argentina y Latinoamericana “Che paisano”, que abraza a todo argentino que anda suelto por gran parte de la Península Ibérica. De regreso a casa tras un fugaz paso por su Posadas natal, contó que se fueron en 2004 pero que no les resultó tan brusco porque miembros de la familia de Laura, que es descendiente de valencianos, ya residían en España. La pareja se conoció en el ballet de Luz y Fuerza, que funcionaba en San Lorenzo casi La Rioja, dirigido por Sergio Macron y Víctor Cáceres. Y ahí empezó todo.
“Llegamos hace quince años, fuimos conociendo gente de distintos puntos de Argentina y armamos un grupo de música y el Ballet Corazón Salamanquero”, contó. Y a la distancia, no se privaron de nada. “Hicimos peñas con Raly Barrionuevo, Bruno Arias, Juan Carlos Carabajal, Yamila Cafrune, Juan Cruz (santiagueño cantante de chacareras) y otros artistas que están radicados en Francia y que anduvieron de gira por España. Buena parte de la gente que anda por aquí nos llama y nos dice chicos queremos/podemos hacer una peña e intentamos coordinar la actividad. Estamos lejos de la tierra pero se vivencia mejor, con más intensidad, como si se estuviera allí”, manifestó Vendrell, que fue parte de la primera camada de alumnos de la Escuela Superior de Danzas de la provincia, con Lidia del Piano, Sergio Macron, Marcelo Caballero, Víctor Cáceres, entre otros.
Admitió que “no podemos vivir de esto. Es sólo a modo de promoción y el dinero que sacamos es para los diversos gastos que se generan, para ir actualizando el ballet y demás. Es como un hobbie. Cada uno, tanto mi esposa como yo, tenemos nuestro trabajo particular, y hacemos esto en nuestro tiempo libre”, dijo quien en Argentina pertenecía a la Policía de Misiones hasta que, licencia mediante, decidió cruzar el océano. “Desde que llegué, me fue bien gracias a Dios. Conocí a un grupo de músicos y durante seis años fui técnico de iluminación y montaje de la orquesta “Gamma Live”, de Soneja-Castellón. Después pasé a ser operario de una planta depuradora de agua, y es a lo que me dedico hace nueve años, desde que dejé la orquesta”, agregó.
Vendrell siente orgullo al hablar de sus hijos, que siguen el camino del arte, la música, en el Conservatorio Profesional de Música de Torrente, que es la ciudad donde viven, que pertenece a Valencia. Lucas, que emigró con apenas siete años, cursa el cuarto año de la Universidad de Bellas Artes. Sus hermanos más pequeños, Ariadna y Marco, continúan por la misma senda. “Mi hija toca la viola y mi hijo menor hace percusión. Van con nosotros a los festivales y hacen alguna chacarera. Estudian en el conservatorio pero también gustan de nuestras raíces. Ellos también se sienten argentinos. Si algún día quieren volver al país a estudiar o a vivir pueden hacerlo porque tienen la doble nacionalidad”, aseguró.
Primo hermano de María Alejandra ”Marile” Vendrell, directora de los “Grillitos sinfónicos”, sostuvo que “hay muchos argentinos aquí. Nos juntamos cuando hacemos peñas. Los fines de semana hay movimiento cultural aquí en Valencia. En radio Russafa hacen un programa de folclore, tango, así que siempre estamos ahí hablando un poco de nuestra tierra, contamos sobre lo que hacemos o sobre algún concierto que presentamos. Conocer gente de tu tierra y que haga lo mismo que vos, te ayuda a llevarla bien. El idioma también ayuda mucho. Además, siempre pinta un asadito. Eso no falta. El mate y el asado, siempre están”. Entre risas, dijo que a su paso por Argentina “comimos carne por un año, para toda la temporada. Es increíble. Se consume todos los días. Acá llevamos una comida más variada con pollo, conejo, pescado de mar”.
Sobre la procedencia de su apellido catalán contó que “mi padre, Rogelio Armando Vendrell, que era jubilado de la Policía de Misiones y falleció en junio, un mes antes que yo volviera a la tierra colorada, era descendiente de catalanes. Y hay una ciudad en Barcelona que se llama El Vendrell, que es playa también. Nos queda a unos 270 kilómetros”.
Confió que “perdí la ciudadanía porque mi padre no la había hecho. Entonces traje a España la partida de nacimiento de mi bisabuelo, Esteban Vendrell, pero no me sirvió. Mi padre tuvo que haberla hecho como nieto y no la hizo”.
Visitar la tierra que lo vio nacer está entre las prioridades de Aldo Vendrell. “No es fácil volver pero fuimos en julio después de diez años. Lo hice un mes después que falleció mi padre, Rogelio. Hay que coordinar muchas cosas más aún si vamos los cinco”, explicó. No está en sus planes regresar a Posadas para vivir aunque “si en algún momento por cuestiones de la vida tenemos que volver, lo haremos. Tengo mi familia ahí. Está mi mamá, Elsa Dutra de Miranda; mi hermana Soledad, y mi hermano Andrés, que también es músico”. Afortunadamente “no hay mucho tiempo para extrañar porque donde residimos siempre anda dando vueltas algún argentino.
Pero siempre aflora algo de nostalgia, de eso no hay dudas. La tierra, los seres queridos”. Durante su estadía en Misiones, los Vendrell visitaron varias localidades del interior donde tienen parientes, sobre todo maternos, de descendencia brasileña, entre ellas, Leandro N. Alem, San Javier, Puerto Rico, además de las Cataratas del Iguazú, hasta donde llegaron con toda la familia. “Los chicos más chicos no las conocían y quedaron maravillados. Yo también hace muchos años que no volvía y me parecieron imponentes, impresionantes.
Es un orgullo la tierra”, celebró, quien fue invitado a subir al escenario por los integrantes de “La guitarreada”. Antes de radicarse en Europa, Vendrell formó parte del Grupo Generación, con quienes obtuvo el premio Revelación en el Festival Nacional de la Música del Litoral, y ganó el premio Arandú. Durante ocho años formaron parte de la delegación misionera en el Festival Nacional de Folklore de Cosquín.